Íñigo Onieva ha recibido por todas bandas desde que se supo que había puesto los cuernos a Tamara Falcó. Poca gente confiaba en la relación de la pareja, ya que él hacía toda la pinta de ser un oportunista que quería aprovechar la fama de la marquesa para hacerse rico y famoso. Sorprendentemente, ella le perdonó y acabaron casándose en una boda multitudinaria este verano. Desde entonces no han hecho más que viajar por todo el mundo mientras los diseñadores acababan de preparar su nido de amor, un ático de 190 metros cuadrados. ¿Pero de dónde saca el dinero el empresario? Se ha dicho que era socio de una cafetería famosa de Madrid, pero ellos lo han negado. ¿A qué se dedica Íñigo realmente?
En su Linkedin, Íñigo asegura ser socio y director creativo de una sala de cócteles en plena Gran Vía de Madrid llamada Club Lula. Antes, habría estado director de desarrollo de negocio de Mabel Hospitality, empresa dedicada a la creación y gestión de marcas de restauración. Eso sí, él lo que estudió realmente fue diseño de automóviles. De esto trabajó poco, básicamente cuando lo contrataron en una revista automovilística. El chico ya venía de familia rica si nos fijamos en su educación superior, basada en la ingeniería que estudió en una universidad privada de Madrid, el máster en diseño de vehículos que cursó en Londres y otro en Italia.
Íñigo Onieva pone en marcha un negocio fructífero
Esto en cuanto a su currículum, pero ¿qué más hace?

De momento no se sabe demasiada cosa sobre qué está preparando, pero seguro que no le falta la inversión de su mujer. Ahora que están casados, la tertuliana podría convertirse en socia de los negocios de un marido que está aprovechando la expectación mediática que ha generado su compromiso y el posterior matrimonio. Dinero no le faltará, esto queda claro, sobre todo si continúa