Cristina Pedroche ha publicado un libro sobre maternidad y, desde entonces, no habla de otra cosa. Lo está promocionando en muchos espacios diferentes y el último ha sido el pódcast de Laura Escanes. Aquí, la colaboradora de
Su marido y ella tenían claro que podía llegar a ser perjudicial que se hiciera pública la cara de su hija. Que vivieran una situación muy incómoda en el hospital al día siguiente mismo del nacimiento de la pequeña les confirmó que habían tomado la decisión correcta: «Sentí unas voces en la puerta de la habitación que me dejaban verde a mí, a mi marido y a mi hija. Me sentí tan desnudada, tan vulnerable, tan pequeña y tan frágil… Me dije a mí misma que si yo me estaba sintiendo frágil y soy yo quien tengo que proteger mi hija, esto estaba mal».
Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz querían proteger la identidad de la pequeña Laia, ya que querían dejarla fuera del foco mediático. Ahora, la presentadora da más razones: «No quiero exponer a mi hija por muchísimas razones. Aquel día en el hospital lo vi clarísimo. Decían que si mi hija era fea y no sé qué. Pero ¿qué culpa tiene esta niña que acaba de nacer para que digan estas mierdas? Entonces me di cuenta de que estaba más que convencida de que no la enseñaría nunca».

¿Qué ha explicado Cristina Pedroche sobre el parto?
Cristina Pedroche ha hablado abiertamente del embarazo y el parto, dos momentos en los que se ha sentido muy empoderada. Sin embargo, recibió muchas críticas porque muchas personas no entendían por qué decía que quería tener el parto más natural posible: «Me decían que si me creía que era la única que pariría, que ya vería cuando llegara la primera contracción, que quería sin epidural que era naturista… La mitad de estos comentarios eran de hombres, está claro«.
La tertuliana ha leído mucho para intentar averiguar cómo controlar su respiración en el momento del parto. Lo que no entiende es qué problema encuentran en todo ello. «Yo nunca me he sentido tan poderosa como cuando estaba embarazada y cuándo he dado a luz. Sentía que todo estaba bajo control porque todo estaba saliendo como yo me había imaginado e, incluso, mejor», ha añadido.

En otro momento, Cristina Pedroche ha reflexionado sobre las lecciones que está aprendiendo de su hija. Considera que le ha enseñado que se tiene que vivir el momento y disfrutar de cada día como si fuera el último: «Mi hija se despierta y ya tiene la sonrisa en la cara, todo le parece maravilloso y empezamos a jugar desde primera hora. Antes, necesitaba tres cafés para despertarme del todo y empezaba a sonreír hacia el mediodía». También le gusta ver que su hija llora y no pide perdón a nadie: «¿Por qué tengo que pedir perdón si me echo a llorar? ¿Por qué tengo que estar todo el rato justificándome?».