Bad Gyal ha sido elegida como la mujer del año por la revista GQ, todo un honor que le ha dado alas para sincerarse en una de sus entrevistas más personales. La cantante ha tocado el cielo gracias al documental que acompaña su nuevo álbum, La Joia, que pone la guinda al pastel después de 22 discos de platino y 6 más de oro.
Este es, seguramente, su mejor momento. Se siente querida, triunfadora y con libertad para mostrarse natural en sus canciones y apariciones públicas: «He entendido que a la gente le gusta que me deje guiar por lo que me apetece hacer. Yo no me siento un robot y no empecé con nadie controlándome o diciéndome que esto sería un negocio y que ganaríamos muchísimo dinero».
¿La clave de su éxito? No olvidar de dónde viene: «Estar en el estudio de grabación es una experiencia blindada en la que me siento como la chica que está en casa de sus padres. También os digo que no es la misma Alba la que está 10 horas en un shooting que aquella relajada con su familia mientras comen paella». Bad Gyal califica este álbum como «agridulce» para ella, ya que el proceso de creación no ha sido fácil y se ha llegado a sentir presionada. Lo que más le gusta es que tiene una parte de mujer de negocios: «Yo soy mandona desde pequeña y tengo suerte de que ahora mismo soy una mujer con poder y me siento respetada por los hombres«.
Bad Gyal lamenta las críticas que recibe desde hace tiempo
La catalana está muy orgullosa del trabajo realizado, ya que musicalmente le encanta el resultado de los últimos singles. En el ámbito personal, sin embargo, reconoce tener más inseguridades e inquietudes: «Me siento muy afortunada y no cambiaría mi día a día por nada, pero sí que veo que la vida adulta tal como la tenía entendida será diferente en mi caso. He vivido la parte bonita de tener una familia y un apoyo con el amor que se tienen mis padres. Pero me pregunto si eso es compatible con el tipo de vida que llevo«.
Mucha gente la adora, pero también hay otros que la critican siempre que pueden. ¿Cómo se toma ella los comentarios negativos? «A la gente le ha costado aceptarme como artista… más que aceptarme, más bien entenderme. Hago música desde hace 8 años y creo que las oportunidades me las han empezado a dar hace un par de años. Ahora se me está aceptando más dentro del pop sin renunciar a mi identidad».

¿Su objetivo? Llegar a hacer historia de alguna manera: «Sé que suena muy grande porque la historia la hace aquel que descubre la cura del cáncer. Yo canto toto, porro y cul… así que es un poco como a ver, chica, ubícate. Pero sí, me dicen que soy una reina y una diosa. Creo que tengo que hacer muchas cosas para llegar a ser icónica».