Àngel Llàcer volverá a los escenarios en tres semanas, un momento muy esperado por sus fans porque supone el retorno de un clásico de Navidad como es El petit príncep. El director y actor ha estado alejado de los teatros durante el último año debido a la enfermedad infecciosa que contrajo en Vietnam, un problema de salud muy grave que casi pone fin a su vida. Ahora, se prepara para recuperar la rutina y confiesa qué miedos tiene en una entrevista muy sincera -con lágrimas incluidas- en RAC1.
Resulta que, después de toda una vida actuando, un día sufrió un ataque de ansiedad antes de salir a escena que aún no se explica. Le ocurrió cuando lo estaban maquillando para La jaula de las locas, una obra que tenía «súper aprendida» y donde se sentía «súper a gusto»: «Aquello fue inexplicable, para mí, porque disfrutaba mucho del espectáculo. Pero sí, aquel día en Bilbao empecé a sentirme mal antes de la actuación. Me sudaban las manos y me di cuenta de que no podía salir al escenario. Me dije a mí mismo que no pasaba nada, que me relajara, pero empecé a llorar y me ahogaba… No pude hacer la función«.
Desde entonces, Àngel Llàcer cogió mucho miedo escénico: «Me preguntaba qué pasaría cuando hiciera otra obra, si me había pasado aquello en La jaula de las locas donde estaba contento y feliz haciéndola». En ese momento, comenzó a crear una relación «horrible» con el hecho de subir al escenario porque le daba «mucho miedo». Y el problema se agravó después de estar enfermo: «Este miedo se incrementó, y lo siento si me estoy poniendo demasiado tierno, pero son miedos… Ahora me da miedo que me falle el cuerpo, que me falle la pierna. Y ahora tengo que parar un momento porque me pongo a llorar«, ha dicho en una entrevista en directo que ha emocionado porque pocas veces se le había visto tan vulnerable.


Àngel Llàcer llora en directo en una entrevista sobre su regreso al teatro
Àngel Llàcer se ha sincerado y ha terminado confesando que cree que todo esto puede deberse a una especie de inseguridad interna que arrastra desde hace años: «Siento que tengo la responsabilidad de emocionar y hacer bien mi trabajo. Pienso que fallo -que quizás es un trauma infantil que tengo- si no te hago reír, si no te emociono o si no te hago llorar. En estos casos, siento que te estoy fallando».
El catalán considera que todos estamos tan cansados de tener que fingir delante de la gente, las envidias, las prisas, los enfados, los coches o los gritos que cuando llega la Navidad, también llega El petit príncep «y aquello es un oasis». «Creo que funciona por esa sinceridad rotunda que hay en el escenario», ha añadido.
Una entrevista muy personal que habrá emocionado a sus seguidores, que lo han visto hacer un ejercicio de transparencia que siempre gusta.

