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¿Por qué y desde cuándo se siente sola Sofía de Grecia?

Sofía de Grecia se casó con Juan Carlos de Borbón en mayo del 1962, un matrimonio del que se ha hablado mucho por unas infidelidades que habrían sido constantes desde el principio. Ella siempre habría sido consciente de la vida paralela del padre de sus hijos, pero habría hecho como quienes no ve porque no quería un divorcio que podría afectar gravemente a la monarquía. La gran bañuda de España vive separada del marido desde hace tiempo, aunque esta separación se hizo oficial cuando el emérito trasladó su residencia a Abu Dabi. Ya ni siquiera comparten techo, la que le ha dejado sola también físicamente.

La periodista barcelonesa Pilar Eyre ha publicado un video en el que da detalles de esta «soledad tan tremenda» en la que vive asumida la reina emérita: «Tiene ocho nietos, pero prácticamente nunca la vemos con ellos y tampoco la vemos con los hijos… ¿Cuándo empezó a sentirse sola realmente? Escribí un libro sobre ella, en el que empiezo con un hecho que la marcó; la muerte de su madre. La reina Federica de Grecia era un personaje interesante, una mujer avanzada para su época y una reina incómoda. Franco no permitió que se trasladara a España porque temía que influyera en su hija, así que marchó hacia India y convivió con un gurú. Venía de vez en cuando, pero era muy sincera y metía la pata».

La madre de Sofía de Grecia, muerta después de una operación estética

Siempre se ha dicho que ella fue el principal apoyo de Sofía, una teoría que Pilar Eyre comparte: «Nunca ha tenido a nadie tan cerca y que le haya dado tantos consejos como su madre. En 1981, un año convulso en España, Juan Carlos y Sofía hicieron muchos viajes y es por eso que Federica vino a Madrid y les ayudó a cuidar los niños mientras ellos eran fuera. Un tiempo después le dijo a la hija que se quisiera hacer una operación de estética, lo que quería hacer para estar atractiva para su gurú».

Juan Carlos, Sofía y las hijas marcharon en el Vall de Aran un fin de semana. Mientras tanto la abuela se quedó en La Zarzuela con Felipe, ya que el viernes ella tendría la operación estética en que se sacaría unos pequeños bultos debajo de los ojos: «Ella quería un tiempo sin pensar y pidió que la durmieran del todo con anestesia total, cuando no era necesario. Sofía se estaba maquillando cuando apareció Juan Carlos en la habitación con una cara muy seria. A ella se le paró el corazón pensando que podría haber pasado algo a su hijo y, en aquel momento, el emérito le dijo que la madre había tenido una complicación durante la operación. Ella se asustó y tuvo que ir hacia Madrid porque era grave. Pues bien, ella ya había muerto porque le dio un ataque de corazón después de la anestesia. Juan Carlos no se atrevió a decirle que había muerto, pero le dijo que él se tenía que quedar allá».

Sofía no sabía qué hacer, pero finalmente se fue con sus hijas hacia Madrid. Al llegar a Valencia para hacer la escala, un miembro del ejército le dio el pésame y ella supo que su madre había muerto. Cogió un avión hacia allí: «Le debía de pasar por la cabeza todo lo que había vivido con la madre, un destierro de cuatro años en los que vivieron en 21 casas diferentes porque la suya era una monarquía muy pobre y el apoyo que le dio cuando Sofía descubrió a Juan Carlos en brazos de otra mujer».

Durante aquel vuelo después de la muerte de su madre no la oyeron llorar, explican, pero sí que habría pedido que apagaran las luces cuando aterrizó: «No quería llorar delante de nadie. Se encontró el cadáver de la madre, rezó por ella y expusieron su cuerpo en uno de los salones de La Zarzuela durante unos días como marca la tradición griega. Los nietos, antes de ir hacia la escuela, pasaba por el lugar donde estaba la abuela y la saludaba».

Sofía se habría quedado muy sola desde entonces, ya que la madre era una de las pocas personas en quienes confiaba. Sin relación con el marido, sin prácticamente amigas y con una relación fría con las hijas y los nietos; ahora mismo solo le queda la compañía de su hermana Irene. La emérita está sola, un sentimiento triste que parece que le acompaña desde hace más de 40 años.

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