Futuro incierto en Alemania. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha perdido este lunes la moción de confianza a la que se sometía, lo que abre un nuevo escenario político en el Bundestag. Aunque el presidente de la república Frank-Walter Steinmeider aún no ha anunciado la disolución parlamentaria, la derrota del canciller en la moción de confianza allana el camino para la convocatoria de unas elecciones anticipadas, que se celebrarían, previsiblemente, el 23 de febrero. Concretamente, el hasta ahora canciller y líder socialdemócrata ha obtenido tan solo 207 votos a favor en una cámara de 733 parlamentarios -los de su partido-, quedándose lejos de la mayoría de 367 que necesitaba para continuar en el cargo. De hecho, el hasta ahora líder alemán se ha enfrentado a 394 votos contrarios a su permanencia en el cargo, ya que 160 parlamentarios se han abstenido en la votación.
El motivo que ha precipitado la pérdida de confianza del hemiciclo alemán ha sido la decisión de Scholz de destituir a quien hasta ahora había sido su ministro de finanzas y socio de gobierno, el liberal Christian Lindner. El canciller alemán terminó optando por prescindir de los servicios de su socio en el ejecutivo por diversas desavenencias políticas. Ahora, pues, el escenario de unas posibles nuevas elecciones anticipadas augura un horizonte político en Alemania marcado por un «cambio de rumbo», tal como el mismo Scholz ha defendido desde el atril en su intervención durante la moción de confianza.

Un posible regreso a la derecha
Según las últimas encuestas de intención de voto, la convocatoria de elecciones anticipadas plantea un escenario muy favorable para las formaciones alemanas más conservadoras. De hecho, la derecha tradicional de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) -conocidos como Partidos de la Unión- se perfila como la principal favorita para conseguir la victoria en las elecciones de febrero. En esta línea, el líder de la CDU, Friedrich Merz, aspira a hacerse con casi el 30 % de los votos. Por su parte, Scholz podría caer en los comicios hasta la tercera posición y obtener, tan solo, el 14% de los votos, lo que situaría a la formación de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) como la segunda fuerza más votada con el 20% de los votos -unos resultados que confirmarían su tendencia al alza, tal como ya se demostró durante las pasadas elecciones europeas.




