Los incendios forestales que asolan el estado español este agosto están arrasando varios territorios de la península, extendiéndose con fuegos descontrolados por León, Zamora, Salamanca, Ourense, Cáceres y Asturias, donde ya han quemado al menos 50.000 hectáreas. En plena ola de calor que afecta Europa, el sur del continente se ve impactado por otros incendios forestales que queman bosques en Portugal, Grecia, Italia y Albania.
En Portugal se trabaja en combatir múltiples focos con más de 2.000 efectivos de emergencia. En este país, los bomberos luchan por controlar un total de seis grandes incendios. Uno de los más preocupantes se encuentra en Trancoso, unos 150 kilómetros al suroeste de Oporto y cerca de la frontera con el Estado. Estos incendios ocurren en medio de otra ola de calor que se espera que afecte a Portugal hasta el viernes.
En Grecia los bomberos se enfrentan a siete grandes incendios forestales por combatir. El fuego se encuentra en las afueras de Patras, la tercera ciudad del país. Este incendio ya ha obligado a evacuar varias localidades, que han visto varias viviendas y comercios destruidos por las llamas. En este caso, los fuertes vientos que afectan a Grecia han dificultado la extinción. Los combates contra el fuego también han afectado a los bomberos del país, donde al menos quince trabajadores han sido hospitalizados por quemaduras o inhalación de humo.

Albania e Italia, otros territorios donde avanza el fuego
Por otro lado, en Albania el fuego ya ha quemado varios bosques y casas del país, causando la muerte de al menos una persona. Como consecuencia, varios pueblos han sido evacuados, mientras los incendios continúan extendiéndose y quemando las zonas boscosas del país. En este caso, hay 14 detenidos por provocar incendios intencionadamente.
Además, la montaña del Vesubio, situada cerca de Nápoles, en Italia, continúa un incendio que quema desde el pasado viernes en el que las autoridades trabajan para apagar.
Europa es el continente que más rápido se calienta del mundo, según los datos del Instituto Copernicus de la UE, lo que favorece la provocación y extinción de incendios como los que afectan este verano al conjunto de Europa.