El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha dejado clara su oposición a la utilización de un lenguaje inclusivo en materia de género y ha instado a no ceder ante «los aires de los tiempos», bajo la premisa que, en francés, «el masculino es neutro» y puede representar tanto hombres como mujeres. Lo ha dicho durante la inauguración de la llamada Ciudad Internacional de la Lengua Francesa, una nueva institución de promoción del francés en la misma localidad en que el rey Francisco I el 1539 impuso esta lengua en los actos administrativos en Francia.
El presidente francés ha defendido la importancia del idioma común -«siempre habrá múltiples lenguas en la República y una lengua de la República»- como herramienta de unión nacional, porque ha quedado asociada a los valores republicanos como la «de la universalidad y de la libertad» y un instrumento de emancipación. «La lengua francesa construye la unidad de la nación» y, según él, es «un cemento» que explica la relación de la nación con los valores republicanos.
Así, aunque ha apoyado que esta lengua «viva», cosa que pasa para «inspirarse en otras» e incluso «robar palabras», Emmanuel Macron cree que se tienen que defender «los cimientos, las rejas de su gramática». «En esta lengua, el que es masculino es el que es neutro. No necesitamos añadir puntos a mitad de las palabras, ni guiones, ni nada para que sea legible», ha afirmado durante su discurso, que entronca con las críticas que ya expresó públicamente su mujer, Brigitte Macron, reticente por ejemplo a introducir neologismos para adoptar pronombres neutros.

La propuesta del Senado
El discurso del presidente de Francia coincide, además, con el debate de una propuesta en el Senado en que se reclama abiertamente la prohibición del lenguaje inclusivo. Los promotores del texto, presentado desde la bancada de los Republicanos, creen que este tipo de construcciones constituyen «una barrera para la lectura y la comprensión de la palabra escrita».