La victoria de Donald Trump ha generado una importante euforia entre sus aliados internacionales. Los pilares de la extrema derecha global, a menudo impulsados por las estrategias transfronterizas ideadas por figuras cercanas al presidente electo, como su exasesor Steve Bannon, han identificado a su líder tras el amplio margen conseguido en las elecciones de Estados Unidos de este 5 de noviembre. Entre los primeros en unirse a Trump ha estado el presidente de Vox, Santiago Abascal. En una publicación en sus redes sociales, Abascal ha querido destacar «la importancia del voto hispano en esta victoria del mundo libre». «Es la hora de los patriotas«, afirma el líder ultra, en una publicación acompañada de imágenes con el mismo Trump y su vicepresidente, JD Vance.
Alianzas con gobiernos ultras
En las primeras horas después de que Trump se adjudicara la victoria, se han expresado voces de todos los rincones de la compleja familia ultraderechista europea. También ha sido de los más madrugadores el presidente húngaro, Viktor Orbán -el primer líder europeo, de hecho, en felicitar al nuevo mandatario-. Según el autócrata, la de su homólogo estadounidense es «una victoria muy necesaria para el mundo»; y culmina el «retorno más importante en la historia política estadounidense». En términos similares se ha expresado la líder de los ultras franceses Marine Le Pen. La presidenta del Reagrupamiento Nacional identifica, a partir de hoy, una «nueva era política» en el tablero global. De la presidencia de Trump, espera «un diálogo y una cooperación constructiva en la escena internacional» -deseos que chocan con la actitud belicista que el republicano dedicó a Europa durante su primer mandato-. «¡No te rindas, sigue luchando y gana elecciones!», ha aportado el polémico Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad de los Países Bajos. L

Por su parte, el líder de la Lega y miembro del gobierno italiano, Matteo Salvini, ha reivindicado «algunas premisas políticas» que marcan el discurso de Trump. Según Salvini, comparten el «patriotismo, control de fronteras, recortes de impuestos, raíces cristianas, libertad de expresión y compromiso con la paz mundial». Un grito pacifista que ha hecho suyo el gobierno ultra de Tel Aviv, liderado por Benjamin Netanyahu. En medio de la ofensiva sobre Gaza del ejecutivo israelí, Netanyahu ha celebrado «el poderoso nuevo compromiso con la gran alianza entre Israel y los EE. UU.»; calificando de «histórico» el resultado. Se han sumado miembros de su gobierno, como los ministros de Seguridad Nacional y Finanzas, Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich; así como los titulares de Educación y Cultura, Yoav Kisch y Miki Zohar.