Donald Trump se ve cada vez más cerca de la presidencia de los Estados Unidos. Cerca de la medianoche en la costa este de los Estados Unidos, momento en que se cerrarán la mayoría de colegios electorales estatales, los republicanos han asegurado la inmensa mayoría de los estados tradicionalmente conservadores. Con 230 votos electorales ya garantizados, el contingente trumpista en Mar-a-Lago, su finca en Florida, comienza a tomar tonalidades festivas a pesar de la ausencia aún de datos definitivos en los estados campo de batalla, aquellas circunscripciones más ajustadas donde se decidirá la elección. Por su parte, la entrada de las primeras estimaciones en los bastiones demócratas de la costa este eleva el recuento de su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, hasta los 180 apoyos en el electoral college.

Mientras avanza la noche, sin embargo, los republicanos demuestran la validez de las encuestas que dibujaban un panorama de empate técnico en entornos donde la victoria es esencial. Solo uno de los swing states -Arizona, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Georgia, Wisconsin y Pensilvania- ha ofrecido ya datos suficientemente sólidos para que un candidato pueda adjudicarse sus votos electorales. Se trata de Carolina del Norte, que, según la cadena MSNBC, se habría confirmado como bastión republicano, otorgando a Donald Trump una clara ventaja de cara al resultado final. Después de ir por detrás en los primeros momentos del escrutinio, Trump se sitúa por delante en cuatro de los seis territorios destacados restantes -si bien con proporciones tan pequeñas, menores a un punto porcentual, que no se puede confirmar aún el color final que se le asignará en el mapa-. 

Los republicanos, «optimistas»

Con el avance de la noche, sin embargo, el partido conservador se declara cada vez más «optimista» con las posibilidades de su líder de recuperar el poder ejecutivo. En declaraciones recogidas por la CNN, la campaña del expresidente celebra la evolución de las cifras desde el evento organizado en Mar-a-Lago. La excitación de las bases derechistas se ha notado especialmente con la confirmación de los resultados positivos en el estado de Iowa, donde una encuesta de última hora elaborada por la pollster estrella J. Ann Selzer dio un vuelco a las expectativas de la mayoría de gurús políticos del país. Finalmente, sin embargo, los seis votos electorales correspondientes irán a parar a la bancada republicana. A los resultados presidenciales se suma, además, la carrera por el senado: el partido del elefante ya se ha asegurado 49 escaños en la cámara alta, uno más de los que tenía antes de las elecciones. Con una decena de contiendas aún en juego, la mayoría en el hemiciclo estatal está cada vez más cerca para los de Trump.

La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris / EP
La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris / EP

Caras largas en Howard

Las celebraciones en Florida coinciden con caras cada vez más largas en la universidad de Howard, en Washington D.C., donde la campaña de Kamala Harris sigue el recuento oficial rodeada de simpatizantes. Según ha informado la cadena MSNBC, sin embargo, las esperanzas aún se mantienen, a la espera de los estados campo de batalla del medio oeste. Tal como apuntan desde el partido demócrata en el mismo medio, Carolina del Norte y Georgia ya estarían «fuera de juego» -con más de un 80% escrutado en el primer caso y un 91% en el segundo y una ventaja razonable por parte de Trump-; pero la segunda mitad del voto de Michigan, Detroit y Pensilvania podrían ayudar a dar un vuelco a la elección. En el mismo sentido se expresan los republicanos sobre el terreno, que ceden espacio a sus rivales para crecer en lo que queda de recuento. La mayoría de datos definitivos se esperan a partir de la medianoche en la costa este -es decir, a las 6 de la mañana en Cataluña-.

Amenazas de bomba

Todo esto ha ocurrido en un contexto de creciente tensión entre los votantes. Especialmente en Georgia, donde el FBI ha confirmado una serie de amenazas de bomba en localizaciones de votación que han supuesto una importante disrupción en las rutinas electorales. La policía federal, sin embargo, ha asegurado en un comunicado que ninguna de las advertencias ha sido «creíble» y que, por tanto, no ha habido motivos para pensar que elementos exteriores puedan atacar a los ciudadanos en el ejercicio de su derecho a voto. El cuerpo, de hecho, apunta a «dominios de correo rusos» como fuentes de las alertas falsas.

Comparte

Icona de pantalla completa