Dominique Pelicot, conocido como el ogro de Masan, ha sido condenado a 20 años de prisión por haber drogado y violado a su esposa Gisèle durante una década. También la ofrecía a otros hombres con quienes contactaba por internet. El tribunal penal de Aviñón lo ha encontrado culpable de todos los cargos, incluidos el de violación, sedación química y grabación y difusión de imágenes sin consentimiento. También ha declarado culpables a los 50 hombres que se aprovecharon de que Gisèle estaba drogada para violarla.

La fiscalía, en su alegato final, había pedido la pena máxima para Dominique Pelicot, que en Francia es de 20 años. Lo considera “el organizador” de las violaciones. El resto de acusados han recibido penas de entre 5 y 10 años por violación con agravante, la mitad de lo que pedía el ministerio público. Entre los condenados por violación, hay uno, Jean-Pierre M., que fue juzgado por haber drogado y violado a su propia esposa en compañía de Pelicot.

Gisèle Pelicot pasa por un arco de seguridad a la entrada del juzgado / Christophe Simon/AFP/DPA

El veredicto pone punto final a uno de los juicios más mediáticos de las últimas décadas. La crudeza del caso y el relato empoderado de Gisèle, la esposa de Pelicot, han sacudido a la sociedad francesa. La mujer, de 72 años, se ha convertido en un icono feminista porque pidió al tribunal que el juicio fuera público para que todos pudieran ver y escuchar a los acusados. La expectación era máxima en los alrededores del tribunal de Aviñón, con cientos de personas esperando para poder animar a la superviviente.

El relato estremecedor de la víctima

Dominique Pelicot, de 73 años, había confesado los delitos y a principios de semana pidió perdón a su esposa y a su familia. Durante su comparecencia ante el tribunal, Gisèle Pelicot relató cómo se enteró de todo por la policía. La única sospecha que tenía de que había algo que no funcionaba eran las lagunas temporales de memoria que padecía de vez en cuando. “Incluso nuestros amigos decían que éramos la pareja ideal”, reconoció antes de decir que se sentía como una “muñeca de trapo, una bolsa de basura” después de saber lo que su marido y decenas de otros hombres le habían hecho.

La fiscalía tiene contabilizadas al menos 92 violaciones durante una década y solo se ha podido identificar a una parte de los agresores. La defensa de una treintena de los acusados había reclamado la absolución porque habían sido “manipulados” por Dominique Pelicot y argumentaba que “no tenían intención” de violar a la víctima, un argumento que la fiscalía rechazó al considerar que el supuesto desconocimiento no los eximía de responsabilidad porque en los vídeos era evidente que Gisèle estaba drogada. “La manipulación termina en la puerta del dormitorio”, espetó uno de los fiscales.

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