Son momentos de incertidumbre en los Estados Unidos. El mal debate de Joe Biden frente a Donald Trump, en el cual el presidente actual dejó momentos de dudas y algún lapsus, tiene bastante nervioso al partido Demócrata, que públicamente defiende la candidatura a la reelección del presidente americano, pero que en privado nadie niega que el nerviosismo va
La información de uno de los principales rotativos de los EE. UU. ha generado un terremoto en la Casa Blanca, que rápidamente se ha apresurado a desmentir los rumores de renuncia de Biden. El más tajante director de comunicaciones de la Casa Blanca, Andrew Bates, que en un tuit asegura que se lo habrían desmentido «si el NYK nos hubiera dado más de 7 minutos para comentar [la noticia]». Más tarde, la portavoz de la Casa Blanca también lo ha desmentido en una rueda de prensa rutinaria.
El New York Times hace referencia a unas declaraciones anónimas que vienen de un «aliado clave» de Biden, que en conversación con el rotativo americano habría asegurado que el presidente «está considerando seriamente» si es o no capaz de cambiar la situación. «Biden sabe que si tiene dos episodios más como aquel estaremos en un lugar diferente», apunta el testigo.
Llamadas en privado y peticiones de calma
En un intento de disipar dudas sobre su estado, Joe Biden ha mostrado un perfil más enérgico en los mítines que han seguido al debate electoral. A pesar de todo, en privado continúan las incertidumbres. La agencia americana Associeted Press News apunta que los principales escuderos de Biden han llamado al personal de la Casa Blanca, permitiéndolos preguntas sobre los rumores y animándolos a continuar su obra de gobierno. El equipo de Biden también ha intentado calmar a los inversores del partido Demócrata, que después del debate pedían la aparición de otra figura que pueda competir con Trump.

En todo caso, de puertas en fuera todo continúan siendo buenas palabras y confianza para Biden. El expresidente Barack Obama señalaba en la red social X que todo el mundo puede tener «una mala noche» y Hillary Clinton, exprimera dama y también excandidata demócrata, reafirmaba su voto para Biden porque la alternativa de Trump «es peor». También Kamala Harris, vicepresidenta de Biden y una de las figuras que aparece en las quinielas para sustituirlo, cierra filas con el presidente. Las primeras espadas hacen un llamamiento a mantener la calma, pero a pesar del intento de aparentar normalidad, casi todo el mundo sabe en las filas demócratas que un nuevo patinazo sonado de Biden puede cambiar drásticamente la situación.