Este pasado miércoles los Estados Unidos, Israel y Egipto llegaron a un acuerdo para permitir la entrada de alimentos y medicación para la población de la Franja de Gaza. Ahora bien, un día más tarde que se anunciara el acuerdo, la ayuda humanitaria continúa bloqueada en Egipto a la espera que quede abierto el paso de Rafá. La ONU y las diversas ONG desplazadas han acumulado más de 3.000 toneladas de suministros pendientes del visto bueno definitivo y paren los bombardeos sobre el punto de acceso a la Franja. Esta es la única manera para acceder dentro de Gaza, puesto que, tal como ya explicó el gobierno israelí, permitirá la ayuda humanitaria, pero no abrirá ningún punto de la frontera. Como que el paso de Rafá no está controlado por el ejército de Israel se ha convertido en un territorio vital para la población palestina.
A la espera que cesen las bombas y los camiones cargados entren dentro de Gaza, desde la ONU reclaman inmediatez en la hora de abrir la frontera y entregar la ayuda humanitaria. De hecho, para el secretario general de la ONU, António Guterres, es imprescindible hacer un ‘alto al fuego’ temporal para atender a la enorme cantidad de civiles afectados por la guerra, una idea idéntica a la que ha expresado este jueves la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Próximo Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés): «La prioridad actual es levantar el asedio en Gaza, permitir el acceso humanitario ininterrumpido para dar asistencia a las personas necesitadas (…) y lograr un alto el fuego», apuntan.

Mantener el bloqueo
Israel asegura que más allá de esta ayuda humanitaria “limitada” para la población del sur de la Franja se mantendrá el bloqueo de Gaza hasta que Hamás libere los rehenes. Además, Israel “inspeccionará” que la ayuda que llegue a Gaza va a parar a civiles y no Hamás. De hecho, la organización terrorista ha amenazado de emprender nuevas acciones en caso de que estos suministros lleguen a manos del grupo militar palestino.