Este verano los cambios de temperatura han sido marcados por un fenómeno meteorológico común en el Mediterráneo. Se trata de lo que se conoce científicamente como DANA por sus siglas, a pesar de que también se conoce como «gota fría». Pero, ¿qué es una DANA? Se trata de una Depresión Aislada a Niveles Altos, un fenómeno que consiste en la formación de depresiones atmosféricas cerradas, definidas y persistentes formadas con aire frío que se han desplazado del punto donde se originan. Es decir, que se mueven del punto frío donde se crean hasta una zona donde las temperaturas son más elevadas y, por consecuencia, provocan que el calor disminuya. La época del año donde se crean más DANA es durante el verano y los inicios del otoño, es decir, durante los meses de julio, agosto, septiembre y principios de octubre. Ahora bien, que esta época del año sea la más frecuente no comporta que no se puedan originar durante el resto del año.
La DANA se genera cuando la corriente de aire general que proviene del oeste se ondula y acaba formando una especie de espiral que rodea y afecta todo el territorio sobre el cual se coloca. Más allá de provocar un ligero repunte de las temperaturas, algunas veces más acentuado según las condiciones del territorio, este tipo de depresiones atmosféricas pueden comportar otras consecuencias. Por ejemplo, pueden ocasionar fuertes lluvias, a pesar de que no siempre son el principal motivo. Algunos de los motivos principales por los cuales se pueden desencadenar precipitaciones es que una DANA se encuentre con una corriente de aire mediterráneo cálido y húmedo proporcionado por una depresión débil en superficie y un escenario geográfico montañoso que facilite la convección.
Cuánto dura una DANA?
Estas depresiones aisladas no acostumbran a tener una duración superior en una semana, a pesar de que con el cambio climático, las nuevas condiciones meteorológicas pueden provocar que este fenómeno se alargue algo más en el tiempo. Hay que tener en cuenta, pero, que estos fenómenos no están directamente relacionados con el cambio climático, puesto que se trata de unas condiciones meteorológicas propias del Mediterráneo, especialmente al litoral español, y no de unas condiciones mundiales.