Ivet Núñez (Barcelona, 1999) es periodista d’El Món, donde se ocupa de los temas de salud, educación, lengua y literatura. Aun así, estos días es, sobre todo, la autora de Tras la Niebla (Autografía), uno de los thrillers que se pueden regalar esta Navidad y que permite adentrarse en la Lugo urbana y en las aldeas del interior de Galicia, la tierra de sus abuelos paternos. Entre presentación y presentación de la novela –hay otra de prevista en Barcelona el 14 de diciembre, en la librería Litoral– continúa con su trabajo y con sus lecturas, que ella misma explica que han sido capitales en la decisión de ponerse a escribir, cosa que ha hecho en ratos robados a su tiempo libre y en las vacaciones. Un plan de trabajo que mantiene para la segunda parte de la novela, que ya ha empezado.

Una escritora joven catalana, que ha vivido toda su vida en Barcelona, sitúa una novela policíaca en Lugo, que no es Nueva York ni ningún otro escenario habitual de este género. ¿Qué historia hay detrás?

En los últimos seis años he podido conocer mucho Lugo por mi pareja, que vive allí, y he visto un lado de la ciudad que mucha gente desconoce. En el centro, dentro de la muralla, se pueden ver edificios en ruinas, abandonados y llenos de basura y de malas hierbas y justo al lado, a solo unos metros, edificios antiguos muy bien conservados y muy elegantes. Hay muchos contrastes que la hacen interesante. Un día que paseaba por el centro me fijé en un edificio que me llamó mucho la atención y vi que podía ser el lugar perfecto donde empezar mi novela. También quería situar la novela allí, en una ciudad del norte, porque los autores que más me gustan, como Dolores Redondo, Ibon Martín, Arantza Portabales o Eva Sáez de Urturi, también usan escenarios así.

A la vez, quería cumplir con un objetivo personal, que era hacer un homenaje a mi abuelo. Él siempre quiso mucho a Galicia, su tierra, a pesar de que vivió más de cincuenta años en Cataluña. Tenía el corazón dividido entre los dos lugares, pero en los últimos tiempos de su vida, afectado por una demencia, lo único que recordaba era su pueblo. Eso me marcó mucho y situar la acción en Lugo me permitía también llevar a mi protagonista a la aldea de mis abuelos. Era la excusa para dejar constancia de cómo es el pueblo de mi abuelo, que tanto quería y que yo también quiero.

¿Buscabas el contraste de la Galicia urbana con la rural de las aldeas, fuera de la especulación inmobiliaria y que se conservan como eran cuando estaban habitadas?

Esto, como barcelonesa, me impacta mucho. Si no fuera por la aldea de mis abuelos no habría entrado en contacto con esta realidad, que pienso que en Cataluña no se da tanto, a pesar de que existe la despoblación rural, pero de otro modo. Allí, en cuarenta minutos de coche pasas de una ciudad que ya ha crecido bastante a una aldea de cuatro casas que, si se conservan, además de por los pocos habitantes que continúan viviendo allí, es porque durante los veranos la gente que emigró a Barcelona va y las cuida. Reflejar este choque también era uno de los objetivos de la novela y uno de los motivos para llevar a mi protagonista para allí.

Con Lugo podías aprovechar la tenebrosidad que da el clima en invierno, con mucha niebla, muchas horas sin sol, mucha lluvia, pero decides situar la novela en pleno verano. Leyendo se descubre que en Galicia también hace calor.

Sí, pero a pesar de ser verano también hay niebla. Es una cosa que choca mucho, porque puedes levantarte un día de junio, como en mi novela, y que haya muchísima niebla y casi no se vea nada, una humedad horrible y frío y, de golpe, a las doce, el sol, por un motivo desconocido, decida aparecer y se llegue a los cuarenta grados. Los gallegos saben, misteriosamente, a qué hora saldrá el sol. Es una cosa que al resto nos choca. Hablábamos del contraste entre la parte urbana y la rural, pues también quería reflejar el contraste de temperaturas en un mismo día. Además de todo esto, situar la acción en junio me permitía jugar con una festividad importante de la ciudad, el Arde Lucus. Que todo sucediera en verano no me quitaba la parte de la tenebrosidad de la niebla y además podía darle un toque especial a la novela con esta fiesta.

¿Qué le aporta esta festividad a la novela?

La manera en la que aparecen los cuerpos de mis víctimas hace diferente a la novela y tiene que ver con esta festividad y con el pasado romano de la ciudad. Quería jugar con la festividad, que creo que es muy original porque la ciudad se transforma en el poblado que era cuando los romanos luchaban contra los castrexos para hacerse con el territorio, y con la manera en la que aparecen las víctimas. Me permitía darle un toque especial a la novela y acercar la fiesta a gente que la desconoce, y a la vez que el libro fuese redondo por la relación de las muertes con la antigua Roma, que el lector no descubre hasta el final.

Ivet Núñez en entrevista con El Mundo / Mireia Comas
Ivet Núñez en entrevista con El Mundo / Mireia Comas

Es tu primer libro. ¿Por qué eliges empezar con un thriller, un género que está un poco saturado?

Lo elegí para cumplir el sueño de que una novela de este tipo, como las que a mí me gustan tanto como lectora, lleve mi nombre. La posibilidad de que mi nombre se acerque remotamente al de gente que admiro tanto, como Dolores Redondo, me hizo elegir este género a pesar de que esté muy explotado. Además, pienso que atrae mucho a la gente precisamente porque hoy en día recibimos muchos estímulos por todas partes que nos llaman la atención y para que un libro pueda competir con esto tiene que tener todos los ingredientes que permite este género. El thriller triunfa porque puede competir con la avalancha de estímulos que recibimos. Mi novela, además de la tradición y los contrastes que hemos comentado, tiene sexo, intriga, amistad, gastronomía, denuncia social… Es un género que, a pesar de la saturación, sigue siendo el más pedido.

Tú lo has dicho, hay de todo en esta novela. ¿Cómo has conjurado el peligro típico de las primeras novelas de querer hablar de todo, querer introducir muchos elementos, muchos temas y muchos debates? Abordas la salud mental, la violencia de género, la tradición enfrentada a la modernidad…

No sé si lo he resuelto, lo tendrán que decir los lectores, pero intenté que todo fuera pasando en diferentes capítulos y no a la vez para no saturar. Eso mientras hacía lo posible para que cada final de capítulo impulsara al lector a seguir leyendo para entender el pasado de la protagonista, que reúne todas estas cuestiones que mencionabas. Es una mujer que intenta dejar atrás todos sus traumas, que tienen que ver con las violencias que sufren las mujeres y con problemas de salud mental, así que ella me ha servido para tocarlo todo sin que se haga pesado o resulte artificial. Abril intenta encontrar la luz para su vida mientras busca a la Niebla, el nombre con el que la prensa ha bautizado al asesino, y a lo largo de la novela se va viendo una evolución que también hace el personaje redondo.

Hay un elemento imprescindible en los thrillers, que es que tengan un giro inesperado, cuanto más hacia el final mejor. En la presentación en Barcelona explicaste que no tenías un guion cerrado, sino que la historia te iba llevando de un lugar al otro. El giro, no obstante, lo tenías que tener decidido. ¿Cómo lo encontraste, qué te propusiste?

Eso sí que lo tenía pensado porque era indispensable encontrar algo que hiciera explotar la cabeza al lector y que no se pudiera imaginar. Llegar a la conclusión de cual tenía que ser este giro fue complicado, porque mi protagonista no es policía, y eso hacía difícil resolver cómo entraría en contacto con la investigación. Me costó encontrar el giro inesperado, pero finalmente creo que hay dos. Uno está, más o menos, en la mitad de la novela y el otro, en el último capítulo. El primero me costó menos, porque sabía cómo dejar claro que mi asesino es diferente. ¡No puedo decir nada más sin hacer un spoiler!

Por lo tanto, no hay tanto eso de dejarse llevar…

En los giros, no. Y también decidí al principio que Abril no sería el único personaje femenino con un peso destacado en la novela. Por eso hay una mujer que será clave para que se resuelva el caso.

De hecho, reservas un papel secundario para los hombres. 

Sí. Al final los papeles protagonistas históricamente, también en la vida real, hasta ahora siempre los han tenido ellos. Quería que en mi universo literario no fuera así. Aun así, también hay hombres, claro, y los acabas queriendo igual que a ellas. Uno de los elementos que creo que destacan es la relación entre la protagonista y su mejor amiga, Marina. Tienen una relación compleja, porque se quieren mucho, pero a la vez pueden resultar tóxicas porque tienen cierta dependencia emocional. Eso lo quería tocar porque es una cosa que a mí me ha pasado personalmente. He tenido relaciones que, de repente, se convertían en un tipo de necesidad para mí. Se lo tenía que explicar todo, necesitaba demasiado su validación. Quería reflejarlo porque las relaciones no pueden convertirse en una necesidad, porque dejan de ser sanas.

Pero hay otra relación muy importante en la novela, la que tiene la protagonista con el policía que oficialmente investiga el caso. ¿Por qué decides que tenga una relación tan próxima con ella?

Porque me sirve para que Abril pueda explicar al lector el trauma que arrastra de su pasado, que no le ha permitido querer a ningún otro hombre y que ha hecho que todo lo base en la relación con su amiga. Martín de alguna manera se cuela por la pequeña grieta que se está formando en la muralla que ha construido Abril para protegerse y, con él, ella consigue también avanzar y dejar atrás el pasado. Lo necesitaba a él para que la protagonista se dé cuenta que no puede seguir por el mismo camino.

Sí, pero eso podría haberlo hecho cualquier personaje masculino. Decides que sea el policía vinculado con el caso.

Como he dicho antes es muy difícil hacer una novela policial en la cual la protagonista no sea policía pero aun así investigue el caso. El contacto con él la acercaba al caso y me permitía encontrar soluciones para que accediera a algunos detalles y la trama avanzara. Además, podía aprovechar para hablar de las complejidades de tener pareja, una cosa para la cual Abril siente que no está hecha desde lo que le pasó veinte años atrás.

Una de las características del género es, en algunos casos, una presencia muy fuerte de la gastronomía, que quizás no tiene tanto peso en Tras la Niebla, y el sexo, que sí que está. ¿Te costó escribir el capítulo donde esto es más explícito?

No, porque antes de que me apasionara el thriller había leído muchas novelas de amor donde el sexo estaba presente. Alguna vez me había imaginado escribiendo una novela de este tipo o una erótica, pero lo descarté porque no me interesa tanto explotar este aspecto. Leyendo me quedó cierta idea de cómo hacerlo y enseguida me dejé llevar. Es un capítulo incómodo para algunas personas próximas a mí, un capítulo que por ejemplo mi madre no leerá nunca.

¿Seguro?

No, te aseguro que todas las veces que ha leído la novela, porque ella es mi crítica y mi primera lectora, se lo ha saltado. Es ficción, pero como me identifica un poco con Abril, a pesar de la diferencia de edad, le resulta demasiado visual. Mis amigas, en cambio, lo han comentado muchísimo.

Eres de una generación que lee poco, que está muy orientada a las pantallas, pero tú sí que lo haces. El otro día decía la presentadora del acto que cuando llegas a la redacción, si no vienes en patinete, siempre llevas un libro en las manos. ¿Te sientes un poco diferente a la mayoría de gente de tu generación?

Quizás sí, pero no leo para ser diferente ni hacerlo me hace pensar que estoy más preparada. Es una cosa que mi madre me ha inculcado desde pequeña y que forma parte de mi vida y he luchado por mantener. Hoy en día es muy fácil llegar a casa y optar por ponerse una serie, es más cómodo. Muchas veces escojo el libro haciendo un ejercicio de disciplina, porque sé que después me aporta más que una serie cualquiera. En vez de ir en metro mirando TikTok, cosa que hago a veces, prefiero leer, y así aprovecho los veinte minutos de ida y de vuelta.

 

Y en tu tiempo libre has escrito la novela. 

Sí, a veces al acabar la jornada laboral en el diario, cuando llegaba a casa, tenía ganas de evadirme escribiendo la novela. Otros, en cambio, ha sido por disciplina porque me apetecía más hacer otras cosas. Me ponía porque sabía que el resultado sería una satisfacción. Mis vacaciones también las he destinado a escribirla, con un horario muy estricto.

¿Qué crees que aporta la lectura a diferencia del estímulo audiovisual, que tenemos más fácil y muy a mano?

No conecto tanto con los personajes de una serie como con los de las novelas. Me los hago míos y cuando acabo la última página me siento muy triste por tener que despedirme de ellos. Es una cosa que no pasa, en general, con las series, a pesar de que me ha pasado con algunas como Friends o House. Las historias que leo se van quedando dentro de mí y me inspiran. Esta novela nace de toda la literatura que he leído.

La que has leído, no la que has visto. 

Sí, la que he leído. Hay películas o series de libros que he leído que nunca he querido ver. Me he negado porque era como dejar que desgarraran a los personajes que yo me había imaginado y había construido en mi cabeza. Los quiero y no puedo soportar que me los cambien.

Eres la típica que dice ‘el libro era mejor’.

El libro siempre es mejor. Empecé a ver la película de El guardián invisible de Dolores Redondo y la tuve que dejar. Mi Amaia no era así.

Y no dices ‘esperaré a que salga la película’.

No, nunca! (Se rie).

En la presentación de Barcelona anunciaste que habría una segunda parte de la novela. ¿Qué podemos esperar?

Más denuncia social. Ya he escogido el motivo de los crímenes y me he hecho un pequeño guion de lo que pasará, pero solo he escrito un par de capítulos. No quiero revelar si estarán implicados todos los personajes que salen en la primera, pero el asesino sí que estará. No es un libro empezado de cero sino la continuación del primero. Quiero crear un universo de niebla.

¿También pasará en Lugo?

Sí, la localización es más o menos la misma pero quiero explotar más los pueblos del alrededor y la ruralidad. Para hacerlo elegiré algunos y tengo previsto visitarlos para hacerme una idea de cómo se vive y cómo es la idiosincrasia de los habitantes.

Ivet Núñez presenta el thriller 'Tras la Niebla' / Mireia Comas
Ivet Núñez presenta el thriller ‘Tras la Niebla’ / Mireia Comas

 

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