El paisaje de Cataluña ha sido más de una vez la fuente de inspiración de grandes artistas, tanto catalanes como de fuera del territorio. Si el Ampurdán se convirtió en uno de los grandes referentes para Salvador Dalí, Pablo Picasso encontró la inspiración que buscaba en otro rincón. En medio del parque natural dels Ports, en la comarca de la Terra Alta, se alza Horta de Sant Joan. Este pueblo pequeño, de poco más de 1.000 habitantes, dejó cautivado completamente el pintor y se convirtió, a principios del siglo XX, en el espacio idóneo para que Picasso explorara toda su creatividad.

«Mis emociones más puras las he vivido en un gran bosque español [els Ports de Beseit] donde, a 16 años, me había retirado a pintar«. Con estas palabras, recogidas por el Centro Picasso de Horta, el pintor describió su experiencia en el pueblo catalán. Tal como explican desde el mismo centro, Picasso hizo dos visitas largas a Horta. La primera vez fue en verano del 1898 cuando se recuperaba de una enfermedad, y se quedó durante todo un año. Satisfecho con la conexión que había establecido con el pueblo, Picasso decidió volver el año siguiente. Las obras que pintó de joven durante sus estancias a Horta se pueden ver expuestas en museos esparcidos por el mundo, como Nueva York o Moscú.

Tuit del Centro Picasso de Horta de Sant Joan

El homenaje del pueblo

Con los años, Horta de Sant Joan ha querido devolverle al pintor todo el que ha hecho por el pueblo. El Centro Picasso de Horta pretende ser un homenaje permanente a Picasso e intenta reunir, lo más fiel posible, una reproducción de todas las obras que el artista creó en Horta y que han acabado inmortalizando el pueblo. Espacios como el convento de San Salvador, una de las grandes inspiraciones del pintor, todavía se pueden visitar hoy en día. También se puede visitar la iglesia de Sant Joan Baptista, que entre los callejones del pueblo esconden una pequeña joya de estilo gótico de una sola nave presidida por dos campanas.

Imagen de las calles de Horta de Sant Joan / Twitter

Hacer una breve escapada a Horta es ideal para adentrarse en el paisaje natural del parque natural dels Ports. A escasos kilómetros del pueblo se puede disfrutar de la infinidad de riachuelos y pozas, como por ejemplo el azud de Lledó o el toll de la Olla, conocido popularmente como ‘Las Ollas’. También es un buen punto de partida para empezar una excursión hasta Las Rocas de Benet, una concentración de montañas que sobresale en pleno macizo dels Ports.

Imagen de las Rocas de Benet / Ajuntament de Horta de Sant Joan

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