El castillo de Besora, un restaurante para los comensales más clásicos
Toda esta tensión entre ellas ha empezado bien pronto, cuando el equipo del programa se ha trasladado a El castillo de Besora de Íngrid Casado. Ella es quien más ha recibido a través de las redes sociales, ya que no ha gustado nada que hablara castellano a pesar de ser nacida en Barcelona. Esto ya había pasado en anteriores programas, pero en esta ocasión lo han encontrado más grave porque una de las rivales era uruguaya y sí que hablaba un catalán muy bueno. Las comparaciones son odiosas, que dicen. Si analizamos su local, en general ha gustado bastante porque es de estos restaurantes de piedra y obra vista de toda la vida.

En la cocina se ha vivido uno de los primeros debates entre las concursantes, cuando Carme ha criticado que las ollas estuvieran sucias y la Joana le ha acusado de estar exagerando: «Creo que se ha pasado un poco, yo no lo he visto sucio». La otra, pero, insistía al dejar mal a Íngrid: «Estas ollas de limpias no tienen nada«. En el servicio han encontrado errores en cosas muy básicas, como por ejemplo que sirvieran la aceitera sin el vinagre. Tampoco han perdonado que la camarera se olvidara de preguntar el punto de carne que quería una de las comensales.
Los canelones han generado debate porque han acusado la chef de no haberlos cocinado ella: «No tengo claro que sean caseros». El pastel de queso también ha recibido un mal


El Hotel Rosa de Joana, una opción buenísima con platos muy bien presentados
Justo después ha llegado el turno de Joana Perpinyà, que acabaría convirtiéndose en la ganadora de la noche gracias a su oferta en Taradell. Con capacidad para muchísimas personas, la gran cocina también las ha maravillado por sus dimensiones. Eso sí, la han visto sucia y muy descuidada. Carme ha vuelto a abrir los cajones buscando
Esta restauradora ofrece recetas mucho más originales y con una presentación increíble. Lo han encontrado todo «buenísimo», aunque les ha faltado un poco de bechamel en el canelón. Marc ha soltado un «Vaya«, un «Oh» y un «Qué buena pinta» que demuestran que ha disfrutado de lo lindo. Una ha criticado que el entrecot estuviera crudo y la jefa se lo ha llevado al cocinero, que se ha enfrentado a ella al considerar que sí que estaba muy hecho: «Aquí te estás equivocando muy fuerte», ha espetado hacia ella.


Íngrid, todavía molesta por las críticas a sus canelones y al pastel de queso, se ha vengado hablando mal de los platos. No le ha gustado nada y ha habido elaboraciones que no ha querido probar. Incluso el presentador le ha criticado: «Dices que todo lo haces mejor tú». Después, también en la cocina ha habido una escena lamentable: «
El Restaurante Way, el típico bar de carretera donde se come muy bien
Carme Aguilera y su marido son propietarios del Restaurando Way, en Sant Quirze de Besora, situado junto a una carretera y con un montón de jamones colgados de los del techo. No ha convencido, ya que tenían una cabeza de ciervo por allí también. La cocina ha gustado porque es muy grande y la han encontrado toda limpia. Eso sí, dentro de un

Aquí ha llegado uno de los puntos más polémicos de la noche. Las cazuelas las han visto exageradamente limpias y esto ha hecho sospechar: «Creo que han comprado ollas y cazuelas nuevas para la grabación del programa. Carme ha comprado elementos nuevos porque viene a ganar», le han acusado. ¿Demasiado limpia o con utensilios nuevos que han comprado a propósito antes de que fueran? Marc Ribas ha entrado a la cocina a investigarlo y los propietarios han asegurado que todo tiene 12 años. Las rivales no se lo han creído, así como tampoco han hecho caso al comentario del chef: «Aquí no entra ninguna mujer a limpiar, lo hacemos mi ayudante y yo».


La elaboración de los platos han gustado muy en general, unas valoraciones positivas. El único plato que no ha tenido buen
El Gurrí Xic, un restaurante familiar con un menú barato y con mucha cantidad
Maca Barrera está al frente de El Gurrí Xic, también situado en Taradell. Este es quien tiene un entorno natural más privilegiado, aunque en el interior las mesas sean demasiado antiguas y la cocina estuviera descuidada. Ella se había quejado mucho de las trampas de la rival, pero todas han coincidido en que su restaurante olía a pintura y a barniz, así que lo habrían repintado antes de la grabación y esto tampoco es muy justo. Eso sí, los platos han gustado muchísimo.


Bien presentados y con muchísima cantidad, han recibido críticas buenísimas: «Es imposible que una persona sola se coma todo esto», ha dicho Marc Ribas sorprendido por toda la comida que había en el plato para ser de un menú. Todo muy bien hecho, ha triunfado: «Cocción perfecta y todo muy elaborado, me he sorprendido hacia bien». Han disfrutado mucho de los postres, también. El
Muchos cuchillos en una confrontación final tensa
Y ha llegado el momento más esperado, la confrontación final. Después de todo el programa lanzándose acusaciones y reproches, la rabia se ha manifestado y se han dicho de todo entre ellas. La más enfadada ha sido Joana, del Hotel Rosa, que considera que no le han puntuado bien. ¿La principal culpable? Carme, está claro. A ella le ha criticado que pusiera mala nota al servicio porque creía que tendrían que poner la mesa con el plato: «Con todo el respeto, tengo formación en restauración y sé poner la mesa. Con algo más de conocimiento, lo habrías valorado diferente».
Este ha sido solo el primer zasca, sin embargo, ya que ha lamentado que tampoco haya puntuado bien la cocina porque ella considera que no trabajaría bien allí: «Esto no va de decir si nos gusta o no. Que me pongas un 5 en la categoría de la cocina me da tanta rabia… y, encima, tampoco me sabes explicar por qué. Me lo he trabajado mucho y que tenga los cojones de ponerme esta nota me revienta«.
En el turno de Íngrid también se han escuchado quejas hacia la manera de puntuar de Carme: «Madre mía, creo que dices unas cosas fuera de lugar… Si la mía estaba sucia, la tuya no estaba ni trabajada. Todo el mundo quien me conoce sabe que mi cocina no está sucia«, ha dicho. El resto de rivales han coincidido que Carme había ido a hacer daño, puesto que ellas no habían encontrado suciedad. «Si tienes un poco de criterio, no tienes cojones a poner esta nota porque no se aguanta por ninguna parte», le ha dicho más adelante.

La más criticada de la noche ha visto que las compañeras habían suspendido la comida de su restaurante y esto le ha hecho daño. Cuando las otras le han dicho que ahora se arrepienten de haberle puesto buenas notas en otras categorías por su actitud, ha bajado la cabeza: «Te había puesto un 9 en el servicio porque he sido justa, pero ahora creo que no te lo mereces«. Ella ha sido la única que ha sufrido un cambio de nota al final del programa, cuando quien le había puesto un 6 en la comida, se la han bajado a un 5 porque no ha sido justa con ellas.
La ganadora ha sido Joana de Hotel Rosa después de que Marc le pusiera muy buenas notas, entre ellas un 10 en el servicio. El plato estrella ha sido para El Gurrí Xic, sin embargo, ya que la tripa de becerra ha entusiasmado el presentador.