Salvador Alsius (Barcelona, 1948) ha hecho de todo en el mundo del periodismo. No se le ha resistido la prensa escrita, la televisión ni la investigación. Profesor universitario y también escritor, el antiguo presentador del Telenotícies Migdia de TV3 ahora relata sus memorias de infancia y juventud en Veni, vidi, vixi (Editorial Viena). El Món lo entrevista para descubrir cómo afectó el pasado en su iniciación en este oficio. ¿Cómo ve el sector actualmente? 

En este libro, el ejercicio de mirar al pasado es sinónimo de transparencia y mucha sinceridad. ¿Por qué ha querido exponer algo tan íntimo como es la infancia?

Como tanta gente que escribe memorias, yo comencé con la idea de que a mis nietos o bisnietos les podría interesar algún día saber cómo fueron los primeros años de mi vida. Surgía de ese insistente deseo de supervivencia y de no querer que se volatilice todo lo que viví. No tenía la intención de venderlo, pero me dijeron que estaba tomando forma literaria y que podría interesar a más gente. Finalmente, decidí presentarlo a un premio y publicarlo. 

¿Y en el proceso de pasar de diario personal a libro, no ha eliminado alguna parte de lo que había escrito? Porque aquí aporta detalles muy íntimos, hasta el punto de que comenta cómo fue su despertar sexual.

Yo lo que quería era explicar todo lo que pasaba en mi vida con total tranquilidad. ¿Qué podía eliminar, al transformarlo en un libro? ¿Que tenía gusanos? ¿Por qué? Al revés, intenté convertir en virtud todo lo que explicaba sin vergüenza porque eso le aporta un certificado de sinceridad. No tengo la sensación de haberme desnudado en exceso, tampoco, aunque aquí haya dicho que mi primera erección fue a los 7 años. Puede dar la sensación de que cuento detalles muy íntimos de cuando era pequeño, pero encuentro que no hay para tanto.

Salvador Alsius, presentador de televisió i periodista. Barcelona 22-10-2024 / Mireia Comas
Salvador Alsius habla de sus memorias en un libro | Mireia Comas

El libro comienza con una afirmación dolorosa, cuando dice que nunca sabe qué responder si le preguntan si tuvo una infancia feliz.

Después de todo, sí que acabo pensando que tuve una infancia feliz. Eso sí, tuvo muchas sombras… La rigidez de la educación moral a la que éramos sometidos no era fácil de gestionar, como tampoco todos los eventos trágicos que ocurrieron en mi infancia.

Se quedó sin padres cuando solo era un adolescente y eso es inevitable que acabe afectando de alguna manera, imagino.

Mi hermana y yo convivíamos con los padres y los abuelos maternos y, en solo cinco años, los perdimos a todos cuatro. La época entre 1960 y 1965 fue muy dura… Tener en casa la visita de la muerte de una manera tan frecuente cuando eres adolescente te crea cierto impacto, sí. ¿Si me ha marcado o no? Ahora mismo no me siento marcado por eso porque la vida es relativamente larga. Además, que la vida me ha sonreído, en general, así que considero que no me puedo quejar. Pienso que pagué por adelantado la cuota de putadas de la vida.

Pocos debían saber que estudió acordeón. ¿Ha mantenido la afición?

La verdad es que no y te reconozco que estoy apenado porque no he sido constante en la práctica de los instrumentos y esa es una de esas cosas que me hubiera gustado hacer en la vida. He tocado demasiadas teclas y me considero un diletante. Me he dedicado a hacer muchas cosas, aunque no he acabado de hacer ninguna del todo. Me ha gustado hacer deporte y nunca he sido un buen deportista, he jugado al ajedrez pero juego mal, juego al Scrabble pero nunca gano las medallas… 

Salvador Alsius, presentador de televisió i periodista. Barcelona 22-10-2024 / Mireia Comas
El presentador rememora alguno de sus peores momentos | Mireia Comas

También cuenta que hubo una época en la que quiso ser cura y entró en el noviciado. ¿Qué recuerda de aquella etapa?

Yo pensaba realmente que esa era mi vocación, pero a veces tienes ideas que no tienen que ver con tus perspectivas reales. En un momento de mi vida, seguramente influido por la educación religiosa penetrante y abrumadora que había recibido, creí que había sentido la voz de Dios. Estuve con los jesuitas, pero un cambio repentino en el plan de estudios hizo que acabásemos estudiando una carrera civil en Barcelona. Yo escogí Periodismo porque veía que la iglesia comenzaba a valorar mucho la comunicación y de ahí vino todo. En pocos meses vi que las cosas tenían que ir por ahí para mí.

Pudo haber sido cura y también farmacéutico, si hubiera seguido los pasos del padre. ¿Tenía claro que no lo quería hacer?

En un principio me imaginaba como arquitecto, después pensé que tenía que hacerme jesuita y, finalmente, me hice periodista. Mentiría si dijera que no estoy contento con la elección que hice. Siempre tienes momentos en la vida en los que te dices a ti mismo que estarías mucho más tranquilo haciendo otra cosa. Yo recuerdo pensar, varias veces, que habría hecho mejor quedándome en la farmacia como el padre y descansar detrás de la caja registradora vendiendo aspirinas, compresas o lo que hiciera falta. Pero si lo pienso fríamente, me doy cuenta de que prefiero mil veces todo lo que la vida profesional me ha dado. He tenido suerte porque he vivido el auge de la prensa escrita, el estallido de TV3 que fue algo increíble o el momento apasionante de la puesta en marcha de los estudios de Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra. 

La historia más potente que comparte aquí, seguramente, tiene que ver con todo lo que cuenta sobre la comuna en la que comenzó a vivir en los años 70. 

Éramos un grupo de estudiantes de Sociología que hicimos un seminario sobre el fenómeno de las comunas y quisimos probar, como experimento, cómo era vivir en una. Pues aquello ha acabado convirtiéndose en una gran familia formada por tres parejas que el año próximo celebraremos los 50 años juntos y que aún meriendan una vez por semana con todos los respectivos hijos. Mucha gente de nuestro entorno nos decía que esto se acabaría cuando uno de nosotros comenzara a ganar más dinero que los otros o cuando tuviéramos el primer hijo. Este se acabará cuando se ha ido alargando en el tiempo y aquí seguimos, 49 años después, con la satisfacción de haber creado una tribu considerable. 

Y esta idea ha funcionado, si aún continúan.

En general, hemos sido discretos y no hemos hablado mucho del tema, hasta el punto que siempre me he negado cuando me han pedido que escribiera un libro sobre el tema. Si no lo he hecho es porque las hijas lo han frenado… Bueno, digo las hijas pero en total hemos tenido cinco hijas y un hijo. Nosotros comenzamos a hablar en femenino mucho antes que la gente de la CUP! La gente piensa que las tribus son cutres y de gente que va con taparrabos. Pues nosotros hemos vivido mucho mejor que dignamente en nuestra comuna urbana. Los hijos se han ido todos de casa, pero una vez por semana vienen todos y siempre se forma una buena fiesta. No estamos hablando del paraíso y hemos tenido nuestras crisis, claro, pero hemos tenido la suerte de que nunca se ha roto nuestra unión.

Salvador Alsius, presentador de televisió i periodista. Barcelona 22-10-2024 / Mireia Comas
Salvador Alsius fue la cara visible del TN mucho tiempo | Mireia Comas

En el libro cuenta que encontró trabajo como periodista antes de terminar la carrera y entró a un sector que era totalmente diferente de cómo es ahora.

Nuestra perspectiva laboral era diferente entonces, claro, ya que solo éramos 20 estudiantes por promoción y solo pensábamos en diarios de Barcelona… nada de radio ni televisión. En aquel momento había ocho diarios, cada uno con un promedio de 30 redactores. Entonces, si sumabas todo te salían como mucho unos 200 puestos de trabajo. Nos conocíamos todos y no veíamos a nadie con ánimos de jubilarse o morirse al día siguiente. Por lo tanto, creíamos que nunca entraríamos a formar parte de esas redacciones. Con el cambio político de los años 70, sin embargo, las empresas periodísticas vieron que debían renovarse y todo cambió. En poco tiempo, todos tuvimos un ascenso en la jerarquía profesional quizás un poco prematuro. Con 25 años podías ser jefe de sección o redactor en jefe cuando, realmente, no sabías nada.

Esta es una profesión «bendita y maldita», si hacemos caso a una de las frases de su libro.

El periodismo es una profesión preciosa que te da unas oportunidades tremendas de entrar en contacto con mil y un ambientes. Tengo la sensación de que he podido ser muchas cosas en muchos lugares diferentes gracias a ser periodista. He ido de incógnito, he cenado con presidentes del gobierno, he hablado con los defensores del progreso social, he hablado con científicos, estudiantes… Poder tener esta riqueza es un tesoro. Pero ¿qué pasa? Que no siempre haces lo que quieres y puedes estar incómodo cuando te encuentras con los límites que hay tanto en la empresa pública como en la privada. 

Antes la figura del periodista era alabada y gozaba de mucho prestigio, pero me da la sensación de que eso ha quedado bastante atrás. ¿Qué piensa?

A mí me han alabado por ser periodista y me han dicho que me querían invitar aquí y allá para trabajar de esto, pero también hay veces que alguien te mira con cara de asco cuando le dices que eres periodista. El halago y esta entronización se puede girar… Dudo que quede alguien que no lo haya probado. A mí me ha pasado, yo también he tenido momentos que me he sentido rechazado por políticas o por el motivo que sea. Aquello que piensas que antes eras el rey del mambo y ahora no, pues eso. A los periodistas siempre se nos ha mirado con un poco de recelo, eso es cierto.

Salvador Alsius, presentador de televisió i periodista. Barcelona 22-10-2024 / Mireia Comas
Este libro no lo escribió pensando en ponerlo a la venta | Mireia Comas

¿Cómo ve el periodismo hoy día? ¿Ha evolucionado hacia bien o hacia mal?

Las dos cosas a la vez. En algunos aspectos estamos peor, eso es innegable. Ahora bien, yo continúo pensando que prima por encima de todo la obsesión por los grandes principios éticos de la profesión. Mayoritariamente, los periodistas tienen un amor desenfrenado por la verdad. También es cierto que ahora ya no se sabe qué es medio de comunicación y qué no. Ya no es lo mismo que antes, pero todavía vale la pena dejar claras las fronteras que hay entre periodismo y publicidad, periodismo y entretenimiento o periodismo y opinión. En mi primer carnet de periodista había una inscripción detrás que decía Se recuerda al portador de este carnet que el ejercicio de periodismo es estrictamente incompatible con el de la publicidad. Este fue el primer principio que incorporó la profesión. Y ahora, muchas veces, vemos este límite muy borroso… de la misma manera que con las otras fronteras que comentábamos porque muchos medios mezclan la información y la opinión de una manera escandalosa.

Las fake news y el clickbait deben preocupar mucho en el ámbito de la ética periodística.

Yo siempre he tenido mucha habilidad en pensar titulares que invitaran a leer, pero ahora esto se ha llevado al extremo que los títulos acaban engañando y se practica con mucha frecuencia. Es el principal problema ético con el que se encuentra la profesión hoy día y es una lata porque da rabia cuando te das cuenta de que has caído en su trampa. Menos mal que, al final, aprendes que hay medios a los que es mejor no entrar porque funcionan así.

Fue la cara visible del TN durante mucho tiempo. ¿Qué opina de la gran transformación de modelo informativo que ha anunciado 3Cat para el primer trimestre de 2025?

Es habitual que la gente critique todas estas renovaciones, ya que muchos se preguntan si realmente son necesarias. Yo mismo he denunciado alguna vez que se gasten tantos dineros en cosas así porque encuentro que hay muchas necesidades más importantes que la de cambiar el decorado. Es evidente, sin embargo, que debe haber renovaciones. Yo recuerdo la opulencia que teníamos en los primeros años de TV3, cuando alquilábamos helicópteros en los telenotícies o entregábamos premios altísimos en los concursos. Ahora deben ajustarse al presupuesto, pero siempre está bien que se renueven.

Salvador Alsius, presentador de televisió i periodista. Barcelona 22-10-2024 / Mireia Comas
¿Qué cuenta Salvador Alsius en su último libro? | Mireia Comas

¿Lo está haciendo bien la televisión pública ahora mismo?

Los informativos de TV3 lo están haciendo muy bien, creo que siempre lo han hecho bien. Naturalmente, habrá gente que dirá que están sesgados por esto o por aquello. Pues yo conozco por dentro cómo funciona y sé que lo que predomina de una manera absoluta son los buenos profesionales, gente que no carga a ningún lado. Hay que recordar que es muy y muy difícil guardar el equilibrio entre hacer una programación atractiva y seguir los principios que debe tener una televisión pública mientras compiten con tantas privadas. Aunque en la historia de TV3 haya habido directores que me han sido propicios y otros que no, globalmente les reconozco un mérito inmenso de haber superado este trance sin hundirse. ¿Que hay días que veo un programa concreto como teleespectador y me cagaría en la madre que los parió porque no entiendo cómo puede ser que estén haciendo aquello? Pues sí, pero todos tenemos el derecho a criticar. Ahora bien, se debe elogiar el buen equilibrio que han demostrado todos los directivos a lo largo de la historia de la cadena.

¿En qué proyectos está inmerso ahora mismo? ¿No se plantea la jubilación?

Hace tiempo que me planteo jubilarme antes o después, pero no hay manera porque siempre acabo embarcándome en diferentes proyectos. Ahora mismo, tengo otro entre manos que debería ser el último porque si no en casa me matarán. Hace un par de años, me pidieron escribir un libro sobre el 75º aniversario de la fundación pedagógica del CIC (Fundación Conocimiento y Cultura). Y, por eso, estoy haciendo unas entrevistas deliciosas con gente que ha tenido que ver con la institución. Mientras lo hago, me siento bien porque me doy cuenta de que todavía tengo suficiente imaginación y originalidad para escoger titulares por ejemplo. También es cierto que después pienso que estos dos años nadie me los regalará y tengo ganas de escuchar la música que me apetezca, leer novelas o salir a caminar.

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