Quim Masferrer(Sant Feliu de Buixalleu, 1971) no se cansa de presentar El Forastery los telespectadores de TV3 tampoco tienen bastante con ocho temporadas. Esta semana, el programa ha obtenido la mejor cuota de pantalla de su historia y esto demuestra que la fórmula no está ni mucho menos agotada. El Món entrevista al actor y presentador, que analiza cuál puede ser la clave de este el éxito sin precedentes y sin techo aparente.
No, no lo es. Esta no es la mejor, ¡es una más! En la primera temporada todo era una incertidumbre, ya que estábamos intentando encontrar la manera de encajar y teníamos mucho trabajo a la hora de explicar cómo funcionaría el programa. en la segunda, nos dimos cuenta de que teníamos una cosa muy chula entre manos. En la tercera nos daba miedo acabar repitiéndonos, pero vimos que no lo hacíamos. En la cuarta, reafirmamos el mecanismo para hacerlo y demostramos que cada emisión y cada pueblo era diferente porque su gente era diferente. En la quinta y la sexta nos quedamos boquiabiertos porque no entendíamos cómo podíamos hacer audiencias tan buenas después de tantos años. En la séptima, vi que no me cansaba de este programa porque no sabía nunca qué pasaría.
Después de nuevo años, han conseguido que esta sea de las temporadas más vistas. Este lunes obtuvieron el share más alto de toda la historia del programa.
Habíamos tenido muchos más telespectadores anteriormente, pero sí que es cierto que nunca habíamos hecho una cuota de pantalla tan alta. Estamos muy contentos. ¡Que después de nuevo años obtengas estas cifras típicas de un Barça-Madrid es increíble!
Quim Masferrer habla con El Món sobre el éxito de El Foraster| Mireia Comas
La fórmula de cada programa es la misma, pero ha quedado claro que no está agotada.
Me cuesta mucho dar las explicaciones de por qué el programa no tiene desgaste después de nuevo años y cómo es posible que haya esta fidelidad. Yo no entiendo de televisión, pero sé que todo el equipo hacemos muchas cosas para intentar cuidar el programa. Creo que tiene algo a ver con el resultado final que todos seamos conscientes de que es una pasada poder dedicarnos a esto, poder ir a la aventura de conocer a la gente de un pueblo. Es increíble tener la suerte de llegar a un pueblo y conocerlo a través de su gente y que ellos te reciban con los brazos abiertos. Sabemos que somos unos privilegiados y que tenemos un trabajo extraordinario, así que este sentimiento puede tener algo que ver con que después esto se note. Nunca me había mirado las audiencias televisivas, lo hago ahora porque el día siguiente a la emisión recibo el mensaje con ellas. Yo, en el fondo, soy un actor y un director de teatro que todavía no sabe qué hace presentando un programa de televisión.
¿Genera vértigo ver cifras de audiencia tan buenas y darse cuenta, realmente, de lo mucho que gusta su programa?
Estoy muy contento. El vértigo me lo genera, a veces, cuando estamos grabando y me pasa por la cabeza que aquello que estoy haciendo lo acabarán viendo 600.000 personas. Si me lo planteo, sin embargo, no puedo ser natural porque me pongo muy nervioso. Intento hacer lo contrario, pensar que no tengo una cámara delante y que esto no lo verá nadie… que simplemente estoy allí con una persona en un momento concreto. Yo ya hacía de El Foraster antes de empezar a grabar el programa, lo hacía sin cámaras ni micrófonos e intento mantener esta esencia. Es mucho chulo cuando, a pesar de haber una cámara, hay personas que me dicen que han tenido la sensación de que estábamos solos. Es curioso porque en El Foraster los vecinos nos explican cosas que no sé si nos explicarían si no hubiera una cámara.
Teniendo en cuenta todo lo que esperan de usted, ¿siente miedo a decepcionar?
Lo que tengo muy claro es que todo es cíclico y todo se acaba. Habrá un momento en el que este proyecto tendrá un final, aunque ahora de momento no contemplamos esta posibilidad porque la dirección confía en el programa, porque el equipo tiene ganas y la audiencia responde. Las tres patas funcionan, ahora mismo, pero sé que habrá un momento en el que se acabará porque el amor, la vida y el trabajo se acaban.El Foraster se acabará y yo intentaré asumirlo con la máxima naturalidad posible, siedo consciente de que ha sido una etapa de mi vida impresionante. Miedo a decepcionar no, intento que sea todo muy de verdad y aquí he salido haciendo de todo. En El Forasterse me ha visto vomitar porque me he mareado, ¡así que no puedo decepcionar más!
«‘El Foraster’ se acabará y yo intentaré asumirlo con la máxima naturalidad posible, siendo consciente que ha sido una etapa de mi vida impresionante»
Ciertamente, en este programa le hemos visto escalar, pescar, hacer parapente… ¿Es tan valiente y aventurero en la vida real?
He hecho parapente acrobático, madre mía. ¡Con El Foraster hemos hecho de todo! Hemos hecho esquí náutico, windsurf, he volado con avioneta, hemos pescado, hemos hecho un iglú… En mi vida personal no me atrevería a hacer todas las cosas que he hecho como El Foraster, está claro que no. De hecho, yo había dicho no a hacer puenting muchas veces y en el programa lo acabé haciendo. Quizás porque tiene este punto entre temerario, que no sabe decir que no y que no tengo miedo a hacer el ridículo. Si no sé escalar una montaña, pues enseñémoslo. Si me he mareado y vomito, enseñémoslo. Si estoy sufriendo, enseñémoslo. Y si me hace mucha ilusión una cosa, enseñémoslo también. Recuerdo que, al principio, empezábamos a grabar muy pronto por la mañana. Me decían que me maquillarían para disimular las ojeras, pero yo nunca quise. Si son las seis de la mañana, quiero hacer cara de sueño porque si no haces cara de sueño a las séis de la mañana es que te pasa algo.El Foraster gusta porque tiene un punto de loser y de emocionarse con todo, un personaje con una empatía muy necesaria porque sin ella no le explicarían lo que le explican.
Los más críticos dicen que no entienden el éxito de este programa porque todas las emisiones son iguales. ¿Cómo justificaría que se equivocan?
Supongo que esta gente debe de pensar cuando se levantan que cada día es igual. ¿Volvemos a estar en noviembre? Pues sí, porque la vida es así. Yo pienso que la fórmula de El Foraster es la misma del mismo modo que los telediarios tienen la misma fórmula también desde que se crearon en el origen de la televisión. Lo que pasa es que si yo volviera a uno de los pueblos en los que ya he hecho un programa, sé que este nuevo programa sería totalmente diferente al que había hecho anteriormente, aunque fuera el mismo pueblo. El azar de la vida hace que una persona en concreto pase por la calle en un momento concreto, es el azar quien decide a quién entrevisto en El Foraster. Si volviera por segunda vez al mismo pueblo, aquella persona en concreto no pasaría, pasaría otra. No lesdiría nada, a estos críticos, simplemente les preguntaría por qué tanta gente ve El Foraster si realmente siempre es igual. Las personas que me encuentro en los pueblos son muy similares porque a todos nos preocupa lo mismo, pero a la vez todos somos diferentes y no hay dos personas iguales. Los días siempre son iguales, pero también diferentes. Me parece bien que haya críticos, por eso, solo faltaría.
La octava temporada está consiguiendo unos números increíbles | Mireia Comas
Buena parte de la esencia del programa es usted. Parece extraño y casi imposible imaginar un futuro El Foraster sin usted.
Yo discrepo un poco con esto. Yo hago una versión de cómo es este El Foraster, pero otra persona también podría hacer la suya. No sé si tendría aceptación o no, pero pienso que El Foraster no solo lo puedo hacer yo. Se hizo la versión española con El paisano con presentadores diferentes y cada uno de ellos le aportaron algo de su manera de hacer. El programa proviene de un formato danés, de hecho, que tenía al frente un presentador buenísimo. Recuerdo que cuando me ofrecieron presentarlo y vi un par de episodios de aquella versión creí que yo sería incapaz de hacerlo así. Probé una manera diferente a hacerlo, en la que intento ser muy yo. Me gustaría pensar que la clave del éxito de este programa no soy yo, sino la gente que sale en él. Incluso tengo que confesar que a mí el nombre de El Foraster no me gustaba, en un principio, yo quería un nombre que se centrara en la gente y no en el presentador… pero no dependía de mí. Lo que interesa es lo que te explica la gente porque es esto lo que te hace emocionar.
¿Qué tiene que aprender TV3 del éxito de El Foraster? ¿Que quizás hay que hacer más país porque realmente esto interesa?
Tenemos la suerte de vivir en un país que tiene de todo. Podemos hacer un iglú y, en el programa siguiente, ir a bañarnos en la playa. Pero no solo esto, al siguiente podemos paseo en medio de la niebla de Lleida y, después, pasar a disfrutar de la luz espectacular del Delta del Ebro. ¡Y lo más fuerte es que puedes hacer todo esto en solo dos horas de coche! Recuerdo que en la primera temporada, teníamos un realizador argentino que nos decía que en su país tendrías que coger aviones para poder encontrar esta diversidad de territorio. Ya que que es tan bueno, ¡pues enseñemos todo lo que tenemos! Lo que me tiene cautivado es que el programa va más allá, hay gente que hace la ruta de El Foraster y visita los pueblos a los que vamos durante el fin de semana. Es muy bonito cuando me dicen que la semana siguiente de la emisión, el pueblo se ha llenado de gente. Esta es una manera de devolverles todo lo que te han dado ellos. TV3 ha hecho unos cuantos programas de territorio con Catalunya des de l’aire, Catalunya des del mar, el Caes d’algú… Nosotros lo que hacemos es mostrar los pueblos desde su gente, una manera de hacer bonito un pueblo que quizás no es muy agraciado pero tiene gente que lo hace chulo.
Esta semana, El Foraster ha obtenido la cuota de pantalla más alta de su historia | Mireia Comas
De esta temporada se ha viralizado especialmente la conversación que mantuvo con Mamarena sobre la importancia de usar el catalán con los migrantes. ¿El Foraster también es esto, dar voz a qué quiere y qué necesita la gente?
Con ella estábamos hablando de la guerra en su país, de la realidad de la gente migrada que ha tenido que irse de su lugar de origen. Y, de repente, ella misma rompe este clima tan bonito que se había creado y me dice que le gustaba que le hablara en catalán. Ostras, ¡qué guay! Es bonito, ya queEl Foraster tiene humor y emotividad, pero también causas; charlas de las que pueden salir reivindicaciones, por ejemplo.
Usted es de los pocos presentadores que usa los perfiles en la red para dar las gracias a toda la gente que aplaude su trabajo.
El día que no haya la confianza de los telespectadores, El Foraster caerá. Tenemos que ser agradecidos porque si no fuera por la gente… El Foraster acabará cuando ningún vecino quiera hablar conmigo.
Siempre ha dicho que es más de teatro que de televisión, pero en El Foraster mezcla un poco las dos cosas.
Yo quería ser actor de teatro y he tenido la suerte de ganarme la vida con esto. Además, en El Foraster también hago teatro en la parte del monólogo. Hemos hecho más de 100, pero no hay día de monólogo que no me emocione por la comunidad y el orgullo que sienten los vecinos de aquellos pueblos pequeños que ven que habrá mucha gente que los conozca a través de la televisión. Que un pueblo de 200 habitantes llame la atención de 600.000… yo que soy de pueblo sé que esto cuesta y es brutal. Es de carne de gallina, la verdad. Cuando eres de pueblo pequeño, al final, te das cuenta que solo lo mencionan en televisión si hay alguna desgracia. Que, de repente, venga El Foraster y hable porque sí, es bonito.
«Que un pueblo de 200 habitantes llame la atención de 600.000… yo que soy de pueblo sé que esto cuesta y es brutal»
Teniendo en cuenta cómo gusta todavía El Foraster, TV3 debe de estar encantada con usted.
A mí me consta que están contentos, aunque yo no voy ni siquiera a las reuniones. Soy muy malo con el tema del business, tengo la suerte que desde la productora se encargan y me informan.
En una obra de teatro que hizo en Manresa viviste un momento único, cuando una pareja se prometió en directo. Debe de ser impactando poder ser testigo de escenas así.
En nuestro espectáculo, la idea de base es una temeridad. Lo empezamos cuando nos dimos cuenta de que las historias de gente anónima también interesan y quisimos hacer un El Foraster en los teatros en directo y sin editar. El único aval era pensar que todo el mundo tenía una entrevista, una propuesta que asustó a la productora. Enseguida vimos que también en el público había testigos brutales. En este momento que dices, dio la casualidad de que la chica llevaba un anillo encima por si acaso yo accedía a hablar con ella y aprovechaba para pedir matrimonio a su novio. Además, con la cosa tan guay que fuera una chica quien lo pidiera y no quisiera esperar a que lo hiciera él. Después te encuentras historias buenísimas como una mujer que te dice que ha venido al teatro sola al poco de haberse separado o una mujer que me había dicho que hacía dos semanas que había quedado viuda. Al mostrar mi pésame, le salió de dentro decirme que no lo hiciera, ya que el hombre era un cabrón. ¡Pues olé! No sé si lo que hago es teatro o qué es, pero sé que es una manera de comunicar muy bonita y muy de verdad que da voz a todo tipo de gente.
Quim Masferrer aplaude la variedad de paisajes con que se encuentra en Cataluña | Mireia Comas
¿Mantiene esta idea de demostrar que todo el mundo tiene una entrevista y no solo la gente famosa, entonces?
Efectivamente. Y también hay un punto de dejar constancia que no nos escuchamos entre nosotros. ¡Hay veces que viene gente a decirme que se ha enterado de la historia del vecino gracias a que nosotros lo hemos entrevistado! Que ellos no tenían ni idea. Mira, El Forasteres un cotilla de cuidado de estos de no querer tenerlo de vecino. Es terrible, pero tiene un punto de curioso y le encanta saber cómo os conocisteis o qué te gusta y qué no. Nos nutrimos de esto, que todos somos curiosos como El Foraster aunque no lo digamos. ¿Por qué estamos tan pendientes de sí lo que decimos gusta o no? ¿Por qué nos da vergüenza? Tenemos mucha suerte de hacer este trabajo y la noticia es que hacemos estas cifras de audiencia en un mundo con tanta inmediatez y novedades, parece extraño que un programa de televisión perdure tanto… pero es un formato genial y el presentador lo hace muy bien, qué cojones.