El candidato de Aliança Lliure Europea, el republicano Raül Romeva, habría sufrido un veto por parte de los impulsores de un debate que se celebró el jueves en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Así lo ha denunciado este viernes la jefa de filas de ERC a las elecciones europeas del próximo 9 de junio, Diana Riba, en un acto desde la sala Inmaculada de la Seu d’Urgell.
En concreto, Riba ha explicado que Romeva tenía previsto asistir al debate de candidatos a presidir la Comisión Europea que organizaba la Unión Europea de Radiodifusión (UER), pero cuando se disponía a acceder al recinto no lo pudo hacer. De hecho, según la versión de la candidata republicana, «minutos antes» de la celebración de este acto a la sede de la Eurocámara en la capital belga «le vetaron» y no pudo finalmente participar.
Críticas por una actitud «tibia» ante la crisis climática
La jefa de filas de ERC ha explicado este presunto veto a Romeva después de que esta tarde hiciera un llamamiento desde Llavorsí a aglutinar el voto en las “fuerzas de izquierdas progresistas” para hacer de la agenda verde y de la lucha contra la crisis climática uno de los ejes de las políticas que promueva la nueva Eurocámara que salga escogida a las urnas después del 9-J. La candidata republicana ha aprovechado una atención a los medios de comunicación recogida por la ACN para cargar contra la actitud “tibia” que a su parecer están mostrando tanto el PP como el PSOE o Junts a la hora de combatir el cambio climático en la Unión Europea (UE). En estas declaraciones, Riba considera que “es importante” que el grupo de los Verdes gane fuerza en estos comicios y recuerda que la extrema derecha europea es en su mayoría “negacionista climática”.
En este sentido, hay que recordar que las votaciones previas en el acuerdo que finalmente permitió endurecer la normativa sobre la calidad del aire el pasado mes de abril ya evidenciaron una importante polarización al Parlamento Europeo ante la agenda medioambiental, una situación que con los resultados de los inminentes comicios todavía podría hacerse más flagrante o que incluso podría acabar decantándose hacia este negacionismo climático que promueve buena parte de la extrema derecha europea.