Nuria Giménez y Adelina Matas, dos de las turistas atrapadas durante diez días en Etiopía y que llegaron ayer a Barcelona, han comparado su viaje de vacaciones a una zona de guerra con comprar un yogur caducado y con el atentado terrorista en las Ramblas del 17 de agosto del 2017, cuando quedan dos días que se cumplan seis años de aquel fatídico día. Las dos han reiterado la inacción del consulado español en Etiopía, pero han admitido que no sabían que había hostilidades en el norte del país entre el ejército etíope y las milicias FANO y que la zona donde habían ido de viaje era potencialmente peligrosa.
«No hemos hecho ninguna ilegalidad. Nadie nos ha dicho que no podíamos ir, y hemos cogido la mochila y hemos marchado. Nos han vendido una cosa, como te he dicho antes… Si te venden un yogur y te lo vienen caducado… Todos sabemos que no te lo pueden vender. Pues si te venden un viaje y no te lo pueden vender porque es inseguro pues que no te lo vendan», ha argumentado Giménez en declaraciones en Catalunya Ràdio.
Matas, por su parte, ha añadido que «es que todo puede pasar, y la gente que estaba viajando por la Rambla el 2017 también se les cayó el atentado de Barcelona. Yo, al Congo, no iría porque yo sé que al Congo no se puede ir, pero a Etiopía éramos muchos, y de muchos países». «La gente piensa que África está en guerra y África no está en guerra», ha concluido.
Críticas en las redes sociales
Como era de esperar, las redes se han encendido comentando la situación, con mensajes como el del humorista Joel Díaz: «Una entrevista más a los ‘cumbas’ de Etiopía y la gente los irá a buscar con antorchas». «Es fascinante porque esta gente viaja a los países pobres para vivir experiencias vitales transformadoras, para sentir sacudidas que los cambien por siempre jamás, pero han vivido la historia más grande posible y no han aprendido ABSOLUTAMENTE NADA», ha añadido Magí Garcia, de lo contrario conocido como
También han recibido críticas por hacerse fotografías con menores de edad durante el viaje en Etiopía y publicarlas en su cuenta de Instagram. Algunos usuarios han compartido capturas de las imágenes para denunciar que una de las turistas «se hace fotos con niños como si fueran mascotas». De hecho, una agencia de viajes le ha contestado el post original y, además de pedirle que borre el post, le ha trasladado que estas fotos «evidencien tu racismo». «¿Imaginas turistas británicos haciéndose fotos con niños mallorquines? ¿Lo encontrarías normal?», le han preguntado.