En el Vallès Oriental se alza un municipio, con poco más de 17,000 habitantes, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), que esconde varias joyas modernistas. Se trata de la Garriga, situada en la comarca del Vallès Oriental, ubicada a los pies del imponente cerro de Santa Margarida. La Garriga destaca, entre otras cosas, por su riqueza paisajística, ya que forma parte del parque natural del Montseny, uno de los grandes pulmones verdes del país. Originalmente, la Garriga ha sido una villa de tradición agrícola, pero el impulso demográfico de la década de los sesenta ha ampliado los horizontes económicos del municipio.
En esta villa del Vallès Oriental se esconden varios edificios modernistas, ya que a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se construyeron varias casas de veraneo -pero también para personas que vivían allí diariamente- siguiendo esta corriente arquitectónica. Uno de los autores que tiene más presencia en la Garriga es Joaquim Raspall, quien nació en Barcelona, pero construyó buena parte de su obra en la Garriga, donde también murió en septiembre de 1937. Destacan, especialmente, la Torre Iris, construida en 1910.

Se trata de una de las obras más significativas que erigió este arquitecto modernista a lo largo de su vida, ubicada en el paseo número 1, dentro de la cuarta mansana Raspall -un concepto creado por el arquitecto que hace referencia a todos los edificios construidos con la misma tonalidad-, donde también se puede ver la Casa Barbey, la Bombonera y la Casa Antoni Barraquer. Las cuatro obras están declaradas bien cultural de interés nacional. Raspall también es autor de Can Llorens, otro de los emblemas del municipio.

El papel de otros grandes nombres de la Garriga
Otro de los grandes edificios que hay que ver en una escapada a la Garriga es la Casa Domingo Pujades, ya que es una de las torres modernistas que más destacan del municipio por la belleza de su tejado. De hecho, esta torre, una de las obras más destacadas del arquitecto Planas Calvet junto con la casa Santamaria, forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. En la Garriga también ha dejado huella el emblemático Josep Puig i Cadafalch, uno de los grandes referentes del modernismo catalán. En esta villa del Vallès Oriental se puede ver la Casa Furriols, una vivienda familiar rodeada de vegetación que supuso la primera y última obra del arquitecto en la Garriga.