La historia de algunos pueblos de Cataluña está estrechamente ligada al mundo de la agricultura y la viticultura, la mayoría de ellos situados en las comarcas del interior del país. Un claro ejemplo de esta tradición campesina que aún perdura es el municipio de Porrera, una de las villas del Priorat histórico más arraigadas en la comarca. Según los datos censales de este 2025, actualizados recientemente en el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), en Porrera viven 405 personas. Está situado en el extremo este de la zona central de la comarca, y limita al norte con Torroja del Priorat y Poboleda, la Morera de Montsant, con quien tiene un único punto de contacto, el Coll de les Marrades, y Cornudella de Montsant. Al este limita con la comarca del Baix Camp, a través del término de Alforja.

Más allá de su tradición viticultora, la cual aún conservan con orgullo, Porrera es un pueblo que ha quedado inmortalizado musicalmente gracias a Lluís Llach, ya que sus dos padres son originarios de este municipio del Priorat. En el año 1994, el cantautor gerundense, pero de familia porrerenca, creó Món Porrera, una obra con algunas letras que escribió el poeta Miquel Martí Pol. Actualmente, Lluís Llach pasa muchas estancias en el pueblo. A pesar de que en los últimos años se ha incrementado la actividad turística -principalmente enoturística- del pueblo, este municipio del Priorat continúa viviendo gracias a la agricultura. El cultivo principal de los vecinos del pueblo es la vid, aunque también hay muchos cultivos de avellanas y almendros.

Dos manos y un porrón dibujados en el nuevo mural de Porrera de los artistas Jan Zefor, Marina Agut y Martí Huguet recrea y reivindica la historia del vino y del municipio / Mar Rovira (ACN)

Reivindicar el vino

Este año, esta misma semana, Porrera ha reivindicado su tradición vitivinícola a través de un mural en la fachada del Casal de esta población del Priorat. Con el lema ‘La tierra nos une, el vino nos celebra’, Jan Zefor, Marina Agut y Martí Huget han homenajeado la agricultura y, en especial, a los viticultores del municipio.  La ilustración muestra la mano de un hombre mayor que entrega el porrón a una joven, simbolizando el relevo generacional. Se ha elegido el equipamiento municipal porque es el punto de encuentro de las celebraciones del pueblo, como el final de la vendimia. «Es un mural para la memoria», expresa Jan Zefor, uno de los autores del mural, en conversación con la Agencia Catalana de Noticias (ACN). En verano, los artistas ya hicieron un primer mural en la entrada del municipio recreando una foto antigua donde se ven varias personas trabajando en el campo.

Ahora, ya tienen en mente crear nuevos para el próximo año para ampliar la ruta de murales que tanto los vecinos como los visitantes pueden disfrutar. «La intención es hacer alguno más, no te podría decir si dos o tres o uno, tenemos identificados hasta nueve lugares públicos y privados», indica el alcalde de Porrera, Joan Carles García, que también asegura que implementarán más adelante unas placas informativas con QR, las cuales explicarán cada obra con fotos antiguas que completarán el relato y conformarán una ruta de murales sobre el proceso enológico. Unos murales que reivindican el pasado y el presente del pueblo, y sobre todo su tradición con el mundo del vino catalán.

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