El Ripollès es un territorio que forma parte del Alt Ter, una región histórica compuesta por las comarcas de Osona, el Ripollès, el Lluçanès, el Moianès y la Garrotxa. Dentro de este territorio se esconde una de las villas medievales más hermosas de los Pirineos, según algunas prestigiosas revistas internacionales como National Geographic. Se trata de Sant Joan de les Abadesses, un pueblo con 3.298 habitantes -según los datos del Idescat del año 2023- situado en el curso alto del Ter, en el valle del mismo nombre, dominada al norte por la Sierra Cavallera y la cima de Sant Antoni al sur. Según algunos medios especializados en viajes, Sant Joan de les Abadesses es un destino ideal para los amantes de la montaña, ya que su ubicación geográfica lo convierte en una población estratégica para llevar a cabo diversas excursiones y adentrarse en los bosques frondosos del Pirineo.

La antigua villa está dividida en dos núcleos por el paseo del Conde Guifré: al este centrado por la plaza Mayor y al oeste donde se ubica el monasterio. Dentro del entramado de calles empedradas destaca el patrimonio arquitectónico medieval y algunas casas señoriales, pero también edificaciones modernistas e industriales, como la Colonia Espona o el Molí Petit. La piedra angular del municipio, sin embargo, es el monasterio de Sant Joan de les Abadesses, antiguamente llamado Sant Joan de Ripoll. Se trata de una edificación eclesiástica histórica fundada en el año 887, ya que en los primeros años de actividad, hasta el año 945, fue el único monasterio exclusivamente femenino de Cataluña. La riqueza patrimonial del edificio, con detalles de estilo gótico como su claustro, lo han convertido en uno de los monumentos incluidos en la lista de bienes culturales de interés nacional.

Otros lugares de interés en el municipio

El monasterio de Sant Joan de les Abadesses es uno de los monumentos que concentra la mayor parte de las miradas de los visitantes, pero no es el único punto de interés de la villa. Otro de los imprescindibles en una escapada de fin de semana es la Iglesia de Sant Pol. Dedicada a san Juan y san Pablo, esta iglesia se edificó en el siglo XII como parroquia del Raval, el primer núcleo urbano formado a las afueras del monasterio. Con el paso de los años, la comunidad de canónigos -que en ese momento regían la actividad de la parroquia- continuó ampliando la construcción. En el año 1428, sin embargo, un fuerte terremoto sacudió la comarca y, sumado a los conflictos bélicos de la época, la iglesia quedó reducida a ruinas, aunque aún se mantenían en pie algunos elementos de la estructura. Estos elementos todavía se pueden visitar hoy en día, lo que permite descubrir los secretos de la arquitectura románica de la época.

Por otro lado, otro de los imprescindibles de Sant Joan de les Abadesses es su puente, el cual cruza la orilla del río Ter y conecta los diferentes núcleos del municipio. Originalmente, este puente se edificó en el siglo XII por órdenes del abad Berenguer Arnau, pero la retirada republicana del año 1939, en el tramo final de la Guerra Civil española, lo acabó destruyendo completamente. Para mantener uno de los rasgos distintivos de la población, un grupo de arquitectos se encargó de reconstruirlo.

Imagen del puente de Sant Joan de les Abadesses / Credit Commons

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