Cataluña es un paraje natural lleno de rincones escondidos que combina los bosques frondosos de la montaña y los colores azulados y blancos de la costa. Mientras que el verano las playas del litoral se llenan a tope de personas que buscan refugiarse del calor dentro del agua, en invierno, cuando las temperaturas son más bajas -a pesar de que cada vez menos por el cambio climático-, la población busca refugio en las aguas termales, es decir, todos aquellos puntos de agua que nacen del subsuelo y llegan a la superficie con 4 grados más que la media. En Cataluña, de hecho, hay varias poblaciones donde se puede ver este fenómeno. La aplicación de turismo Diskover ha elaborado una compilación de las «villas termales» del territorio catalán.
Baix Pallars
Situada al margen del río Noguera Pallaresa, en la comarca del Pallars Sobirà, se levanta el municipio del Baix Pallars. Este pueblo se creó en 1969 a raíz de la agrupación de los antiguos términos de Baén, Gerri de la Sal, Montcortès y Peramea. Se caracteriza por un entorno natural propio del Pirineo catalán desde el cual se pueden hacer varias excursiones.

Caldes d’Estrac
Situado en la comarca del Maresme, Caldes d’Estrac es uno de los puntos preferidos para todos los amantes de las aguas termales. Se trata de una villa muy concurrida por el turismo, tanto local como internacional, cada fin de semana, puesto que es uno de los puntos que todavía conservan los baños de agua caliente históricos. Situados en medio de la población, junto a la plaza de la Vila, los baños termales datan del siglo xix y son los únicos de titularidad pública de todo Cataluña.
Caldes de Malavella
La aplicación de turismo destaca la enorme cantidad de patrimonio histórico que se puede observar en el entramado de calles, plazas y jardines que conforman el pueblo. En algunos puntos de municipio situado en la comarca de la Selva, el agua aflora a una media de 60 grados, una cifra bastante superior a la del resto de puntos de la comarca.
Caldes de Montbui
Caldes de Montbui, en la comarca del Vallès Oriental, es otro de los destinos por excelencia. Se puede visitar el circuito del agua termal de la Font del León, uno de los grandes reclamos de todos los amantes de los pequeños refugios de agua caliente natural que todavía brotan. Paseando por las calles del municipio también se pueden ver las antiguas termas romanas, que todavía se conservan.

La Garriga
Por último, la aplicación de turismo también destaca la Garriga, situada en la comarca del Vallès Oriental, puesto que las aguas termales de este municipio son «mineromedicinales y alcalinas» y brotan además de 60 grados. Las propiedades del agua que se pueden encontrar en esta población tienen beneficios para la piel y, según aseguran, sirven para aliviar fracturas y contracturas.
