El vandalismo de grafitis en el transporte público, tanto en los trenes de Rodalies como en el servicio de metro, es un problema que «ocupa y preocupa» a los Mossos d’Esquadra. Así lo explica en conversación con El Món el subinspector David Carrasco, jefe del Área Regional del Transporte Urbano, especializada en la lucha contra los carteristas en el transporte público y el vandalismo. «Es un tipo de delito que quizás no tiene mucha percepción social, o que no está del todo mal visto, pero que preocupa, porque no es un delito menor«, asegura el subinspector de la policía catalana. El vandalismo de grafitis supone un perjuicio económico para las operadoras ferroviarias, pero también tiene un impacto en el funcionamiento del día a día del transporte público catalán.
En términos económicos, reparar cada vagón con grafitis puede tener un coste de entre dos y cinco mil euros. Teniendo en cuenta que algunas veces se pintan los trenes enteros, tal como asegura el subinspector Carrasco, estas acciones de vandalismo pueden llegar a suponer un gasto de 40.000 euros por tren. Y eso, multiplicado por el elevado número de convoyes de transporte público que circulan en Cataluña, supone un gasto millonario para las operadoras de transportes. De hecho, de acuerdo con los datos de Renfe recogidos entre el 1 de enero y el 31 de octubre de este 2025, la compañía cifra en 6,2 millones de euros el coste del vandalismo por grafitis en los trenes de Rodalies. TMB, por su parte, ha gastado casi seis millones de euros desde 2020 para limpiar las pintadas en los trenes. «Al gasto de reparar los vagones vandalizados con grafitis también se debe sumar lo que gastan [las operadoras] solo en seguridad privada, solo para intentar evitar que los pinten», argumenta el jefe del Área Regional del Transporte Urbano.
El problema de los grafitis en el transporte público, sin embargo, no es solo económico, sino que también tiene un impacto directo para los pasajeros. «Estas acciones de grafiteros afectan el servicio operativo, porque cada vez que se pinta un vagón, se debe retirar de circulación para limpiarlo», asevera el subinspector Carrasco, que apunta que si de un tren de ocho vagones se han pintado tres, solo pueden salir de las cocheras cinco vagones, y esto provoca que los pasajeros vayan apretados «como sardinas». «A veces se debe retirar incluso un tren entero de circulación. Y, si debe pasar un tren cada diez minutos por la estación, quizá pasa uno cada treinta minutos porque han hecho una acción vandálica», añade Carrasco, que recuerda que el aerosol con que se pintan los grafitis puede dañar los mecanismos de apertura de las puertas y provocar problemas de seguridad. Estos dos motivos, pues, hacen que los Mossos d’Esquadra se preocupen por el vandalismo en el transporte público. En respuesta, la policía catalana ha ideado un plan de acción.

El plan de acción de los Mossos d’Esquadra
Para minimizar al máximo los actos vandálicos de este tipo, la policía catalana ha desarrollado diferentes planes de acción. En primer lugar, agentes vestidos de uniforme del Área Regional del Transporte Urbano de los Mossos se desplazan diariamente a las cocheras o espacios donde se producen más frecuentemente actos de vandalismo para realizar trabajo de prevención: «Hacemos un estudio de en qué estaciones y en qué cocheras, sobre todo por las noches, se dan más casos, e incluso intentamos delimitar las horas en que ocurre», relata el subinspector Carrasco, que asegura que a partir de aquí se organizan los diferentes patrullajes. Es una tarea de prevención, pero desde los Mossos también remarcan que actúan en caso de sorprender a algún grupo de grafiteros in fraganti.
Aparte de estos patrullajes de agentes vestidos de uniforme, también se realizan aleatoriamente lo que llaman dispositivo IRIS. Se trata de un dispositivo con agentes de paisano para atrapar a los grafiteros. Recientemente, el 28 de noviembre, los Mossos d’Esquadra, en colaboración con la Policía Nacional, llevaron a cabo una operación de estas características, llamada operación Tinta. Se actuó en la estación de Montcada y Bifurcación, la estación de Granollers Centro, la estación de Martorell y la estación de Francia, y el operativo permitió detener a 20 grafiteros por delitos de daños cometidos en trenes e instalaciones de Renfe, Ferrocarrils de la Generalitat y TMB. Se les atribuyen delitos con un perjuicio económico de más de 550.000 euros. «Estas operaciones las realizamos conjuntamente con los compañeros de la unidad central de drones, porque las cocheras son espacios muy amplios, y esto nos permite peinar la zona», detalla el jefe del Área Regional del Transporte Urbano.

Grafiteros multirreincidentes y turismo de grafiti
La tercera línea de actuación contra este tipo de vandalismo en el transporte público es la investigación de los mismos grafitis, ya que la mayor parte de ellos van firmados por el autor con lo que se llama tag. «La pintada ya te da una pista de quién puede ser quien la ha hecho, por el tipo de dibujito o porque muchas veces se firman», recuerda el subinspector Carrasco. En este sentido, detalla que la policía científica de los Mossos se encarga de buscar huellas dactilares u otras maneras de identificación, que permiten, a través de las tareas de investigación, resolver diversos hechos delictivos de golpe. Desde los Mossos remarcan que buena parte de los grafiteros se organizan en grupos.
Aparte, recientemente también se está produciendo un auge de turismo de grafiti. Es decir, de personas que viajan de diferentes puntos de Europa a Barcelona, generalmente provenientes de Holanda o de Bélgica, para pintar en trenes y metros de Cataluña. De la misma manera que el turismo grafitero llega a Cataluña, también hay grafiteros catalanes que van a otros puntos del estado español o de Europa a pintar, motivo por el cual desde los Mossos mantienen una estrecha colaboración con otros cuerpos policiales para hacer frente al vandalismo. Los Mossos remarcan que los grafitis en el transporte público suponen un delito penal, el cual tiene repercusiones tanto para las compañías ferroviarias, como para los pasajeros.

