Los Mossos d’Esquadra, el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y la Guardia Civil han dado un paso más allá contra lo que bautizan como «extremismos violentos». Es decir, movimientos que van desde el yihadismo a la extrema izquierda. Los tres cuerpos policiales han creado una «subcomisión de Información» donde se integran agentes de la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra, el Servicio de Información y sus Unidades Centrales de la Guardia Civil (UCE) y agentes de la Comisaría General de Información del CNP. Este equipo de trabajo lleva a cabo «investigaciones conjuntas» sobre estos movimientos que, según su criterio, pueden interferir en la «paz social».
De hecho, este grupo de trabajo habría colaborado en las investigaciones no solo para detectar y neutralizar células yihadistas en Cataluña, sino que també habrían participado en investigaciones contra los Comités de Defensa de la República (CDR), movimientos sociales y colectivos diversos de la izquierda independentista, casos que han dirigido diferentes instancias judiciales, entre las cuales la Audiencia Nacional, como en el caso de las diligencias 104/17 o 99/18, o incluso, en el caso de los infiltrados del CNP en movimientos okupas y de jóvenes. La existencia de esta «subcomisión», que no consta en el decreto de estructura de los Mossos, la certifica el mismo consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, en una respuesta parlamentaria al diputado no adscrito, y antes dentro de Vox, Antonio Gallego. Esta «subcomisión» explicaría, según varias fuentes jurídicas consultadas, las tareas de apoyo, vigilancia o contextualización que los analistas de los Mossos hacen para colegas de uniforme en diferentes causas contra el independentismo.

«Amenazas para la cohesión social»
En el mismo documento, al cual ha tenido acceso El Món, el consejero afirma que el «Cuerpo de Mossos d’Esquadra trabaja en constante colaboración con todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado». Así, resalta que desde el año 2018, después de la aplicación del 155 y la gestión de los atentados yihadistas del 17 de agosto, los Mossos son miembros de pleno derecho del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Antes solo eran miembros invitados de vez en cuando. Esta pertenencia al CITCO, según el consejero «garantiza la plena coordinación en materia de prevención y de investigación contra-terrorista».
En este contexto, y sin concretar cómo es su estructura orgánica, ni como legalmente se estipula, el consejero describe la relación que tienen los Mossos d’Esquadra con el resto de policías del Estado en asuntos el objeto de los cuales es la obtención de información y la inteligencia policial. «La Comisaría General de Información (CGINF) mantiene una relación constante y fluida con el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil mediante la subcomisión permanente de información, y lleva a cabo investigaciones conjuntas«, certifica el consejero en su respuesta del 5 de abril. Técnicamente, la Comisaría General de Información es la encargada «de investigar y perseguir las organizaciones criminales, las actividades de las cuales comporten una amenaza para el ejercicio individual o colectivo de las libertades, la seguridad de las personas, la paz o la cohesión social».
Así mismo, la misma respuesta parlamentaria subraya que el encargo de la CGINF es «la prevención, la detección y la intervención en los procesos de radicalización conducentes a cualquier extremismo violento (EV), entendiéndolos como el conjunto de doctrinas y actas de aquellos que apoyan a la violencia o que hacen uso con el fin de imponer opiniones ideológicas, religiosas o políticas radicales». En este grupo se incorpora desde el yihadismo a la extrema izquierda, l‘extrema derecha o supremacismo blanco y el anarquismo. «Por lo tanto», continúa, «se abordan los extremismos violentos, principalmente desde la prevención, haciendo actividad de detección e investigación judicial en aquellos casos en que se deriven consecuencias penales del proceso de radicalización violenta».

Discreción e incomodidad
El marco de trabajo de la Comisaría General de Información permite a los Mossos investigar sobre movimientos sociales, políticos o laborales y de varias organizaciones o colectivos y sirve para hacer atestados o «informes de polarización». Una información que comparten con sus compañeros del CNP y la Guardia Civil y que han alimentado investigaciones de líderes de la extrema izquierda o del independentismo. Fuentes de Mossos aseguran que «muchos jefes de Información a veces no distinguen el límite entre la investigación y la información y qué son las fronteras de la colaboración». De aquí que haya cierto malestar por parte de algunos de sus miembros por la laxitud con que se basa esta colaboración. En este sentido, destacan que, en cambio, las unidades de los Mossos trabajan «de manera especializada bajo tutela de la Audiencia Nacional».
Además, no se dan explicaciones claras sobre esta colaboración cuando se piden desde el Parlamento. De hecho, hubo un intento de que el jefe de la misma CGINF de los Mossos, el intendente Carles Hernàndez, diera explicaciones en una comparecencia extraordinaria en la Comisión de Materias Secretas y Reservadas del Parlamento celebrada el pasado 28 de marzo. El pasado 28 de marzo, el intendente, que compareció junto con el director general de la Policía, Pere Ferrer, evitó dar explicaciones sobre estas tareas conjuntas. Según fuentes conocedoras del encuentro, incluso negó algunas: contrariamente a sus afirmaciones, constan testificados de los Mossos de Información en los sumarios judiciales de estos casos. Ni Fernández ni Ferrer escondieron la incomodidad por los motivos de su asistencia a la comisión, que, incluso, consideraron impertinente.
