Operación conjunta de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y de Vigilancia Aduanera, que ha liberado a 162 mujeres víctimas de una organización criminal que, presuntamente, las explotaba sexualmente en inmuebles que adquirían y convertían en prostíbulos. De este grueso de víctimas, 16 fueron liberadas en clubes en Cataluña. En concreto, 8 en Manresa (Bages) y 8 más en Reus (Baix Camp), que eran explotadas en burdeles camuflados como centros de masaje.
La operación, bautizada como «Nightrose», habría desmantelado, según fuentes del instituto armado, una red criminal que tenía la sede principal en el País Valenciano, pero que tenía una rama importante en el Principado. El primer balance total es la detención de 37 personas y se han registrado 39 inmuebles. En Cataluña se registraron dos supuestos locales de masajes, en Manresa, sin detenidos ni investigados, y otro en Reus, donde dos personas son investigadas ya judicialmente. Los locales estaban camuflados como centros de masajes y las víctimas vivían en «condiciones de confinamiento y bajo control constante».

Por todo el Estado
Así, según informa la Guardia Civil, durante la operación han sido detenidas 37 personas -29 en el País Valenciano, cuatro en Málaga, cuatro en la provincia española de Murcia. Nueve de los detenidos han ingresado en prisión provisional. La investigación policial se inició a raíz de la denuncia de tres víctimas que declararon haber sido explotadas sexualmente por varios individuos en diferentes localidades españolas.
El instituto armado asegura que fue tirando del hilo de esta información y «las múltiples indagaciones» realizadas por los investigadores se pudo determinar la existencia de una organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres que desde el País Valenciano había comenzado a crecer en Barcelona y en las comarcas de Tarragona y hacia Málaga, Murcia. La trama criminal se dedicaba a la captación de mujeres de origen sudamericano tanto en España como en sus propios países que se encontraban en situación vulnerable.
Blanqueo y control
La estructura estaba muy profesionalizada, de ahí que Vigilancia Aduanera considere que también hay un delito de blanqueo, además del de explotación sexual. La organización adquiría y alquilaba inmuebles a través de sociedades mercantiles creadas expresamente. Reconvertían el inmueble en un local de masajes, a través de empresas concertadas de reformas. Las víctimas vivían allí, dormían en literas o en la misma cama donde atendían a los clientes. Los locales tenían vigilancia 24 horas y tenían encargadas que controlaban a las mujeres, cobraban, atendían las reservas telefónicas o incluso suministraban droga a los clientes que lo solicitaban.
Las víctimas solo podían salir dos horas al día en horario de mañana, y debían estar disponibles permanentemente. Los principales investigados controlaban en tiempo real los locales y las víctimas mediante un sistema de videovigilancia instalado en el interior de todos los inmuebles dedicados a la prostitución. El 50 % de cada servicio era para la organización y la otra mitad para las mujeres, aunque podían ser multadas por diferentes motivos. La operación ha supuesto la confiscación de 141.000 euros en efectivo, el bloqueo de 60 cuentas bancarias, 39 inmuebles registrados y tres vehículos intervenidos.