Cada vez son más los espacios donde los perros tienen la entrada autorizada y, cuando llega el verano y el buen tiempo, uno de los más deseados son las playas. Un entorno natural en que, siempre respetando las normas, las mascotas pueden disfrutar, socializar, jugar y refrescarse para combatir el calor. Este 2023, más del 50% de los municipios costeros de Cataluña disponen de estos espacios para los animales de compañía y, en total, son 41 playas que permiten el baño a perros en todo el país, según ha podido corroborar Catalan News, el portal en inglés de la ACN, y que recoge en un mapa interactivo. Diez de las doce comarcas que tocan el mar habilitarán este verano zonas para mascotas, mientras que en la Selva y en el Baix Penedès no habrá ningún municipio que ofrezca estos servicios. La comarca con más playas para perros es el Alt Empordà, donde hay once en siete poblaciones. Las poblaciones que no abren playas para los animales justifican por la intención de mantener la certificación de bandera azul o a la carencia de espacio disponible.

Restricciones de horarios y de espacio en algunas playas
En Cataluña, 37 de los 69 municipios costeros tendrán una playa para perros durante este verano, el que supone un 53% del total de pueblos y ciudades. Aun así, en algunas de estas zonas habrá restricciones de horarios y de espacio. Por ejemplo, en la playa de Levante de Barcelona (Barcelonès), entre el 27 de mayo al 11 de septiembre solo podrán entrar perros al área delimitada dentro de la playa entre las 10:30 h y las 19:30 h. A municipios como el Port de la Selva (Alt Empordà), los animales pueden acceder en las diferentes playas habilitadas «todo el año y sin restricciones de horarios», como aseguran fuentes del ayuntamiento. Badalona también tiene una zona para perros durante el día y en el Estartit (Baix Empordà) también hay una área de 900 metros cuadrados en la playa de Griells abierta a los perros desde Semana Santa hasta medios de septiembre.
La mayoría de playas para perros abren durante todo el día y sin jefe horario, pero en el Prat de Llobregat (Baix Llobregat), entre el 1 de mayo hasta el 30 de septiembre, las mascotas solo pueden estar entre las 20 h y las 8 h. Aun así, el espacio está equipado con fuente y ducha para perros y se hace una limpieza de la arena y seguimiento específico del estado sanitario de la playa.
¿Dónde están las playas para perros?
Dos de las 12 comarcas costeras -la Selva y el Baix Penedès- no disponen de ninguna playa habilitada para animales de compañía. En el Tarragonès, solo en Roda de Berà hay servicios para animales. El resto de comarcas costeras catalanas también disponen de un municipio con espacio porque los perros lo puedan disfrutar. El Alt Empordà tiene siete, el Baix Empordà, cinco; el Barcelonès, dos; el Baix Llobregat, dos; el Garraf, dos; el Baix Camp, dos; el Baix Ebre, tres; y el Montsià, cuatro.
32 municipios sin espacios para mascotas
A pesar de que cada vez son más los municipios que habilitan estas zonas, todavía hay 32 a las costas catalanas que no disponen del servicio por varios motivos. Uno, es la intención de mantener la certificación de la Bandera Azul en las playas de la villa, un reconocimiento «incompatible» con abrir el espacio a los animales, como aseguran los consistorios de Blanes o Tossa de Mar (La Selva), o Calafell (Tarragonès), puesto que el área tiene que ser completamente sectorizada.
Otres consistorios, como el del Vendrell (Baix Penedès), detallan a Catalan News que es para proteger los animales. «El abuso de la exposición al sol en un espacio no habitual por la mayoría de los animales puede provocar mareos, vómitos y enfermedades por la ingesta de arena o agua salada o también por insolación», como detalla Bárbara María Peris Sellés, regidora de Playas, Turismo y Cohesión Territorial del municipio.
Otras poblaciones explican que es por la dificultad al meter el espacio en una área que desde el Ayuntamiento de Sant Pere Pescador (Alt Empordà) se mira que «continúe siendo parque natural y con especies sensibles haciendo nidificación» como son la vereda camanegre o el cames-llargues, a pesar de que consideran la propuesta «interesante». Una situación que se repite a Creixell (Tarragonès), donde de los dos kilómetros de playa, «la mitad es zona protegida», o en Altafulla (Tarragonès), donde la playa es de menos de 1.000 metros y a causa de estas medidas «no es posible habilitar ningún espacio» para perros teniendo en cuenta los «miles de visitantes y bañistas» que se desplazan hasta la costa durante la temporada alta.