El presidente de Plataforma per la Llengua, Òscar Escuder, intervino este miércoles en la comisión de Política Lingüística del Parlamento de Cataluña para analizar la situación del catalán y reclamar a los diputados que se comprometan con el catalán para revertir la «emergencia lingüística», pero también expuso casos de discriminaciones lingüísticas que han recibido en el ámbito sanitario, educativo, laboral y con los cuerpos de seguridad. En este sentido, Escuder recordó que durante el año 2023 gestionaron un total de 2.328 quejas lingüísticas, un 489,4% más que hace ocho años, en 2016, cuando solo recibieron 395. «Las discriminaciones lingüísticas que recibimos son la punta del iceberg», dijo, y expuso que hay mucha gente que cuando llega a una comisaría o al CAP y le piden que hable en castellano cambia de lengua sin defender sus derechos lingüísticos.

Escuder señaló que este crecimiento de denuncias se debe a diferentes factores como que haya más discriminaciones lingüísticas que hace unos años, que la ciudadanía esté más concienciada sobre sus derechos lingüísticos o que la gente conozca más los servicios que ofrece la entidad. Aun así, remarcó que no tienen indicadores sobre cuál de estas opciones tiene más peso. Con todo, Escuder subrayó que todos estos casos «no son anécdotas protagonizadas por alocados», y subrayó que «son estructurales». En este sentido, señaló que son consecuencia del ordenamiento jurídico vigente y el «nacionalismo estatal de carácter supremacista lingüístico» porque, según apuntó en este segundo punto, España «ha querido parecerse a Francia, en lugar de Bélgica o Suiza».

En el año 2023, los casos de discriminación lingüística en las administraciones de ámbito estatal se concentran, sobre todo, en los cuerpos y fuerzas del Estado español (152), mientras que en Cataluña el ámbito sanitario es el que concentra más casos de discriminación lingüística, con 176. Escuder también señaló la existencia de una «discriminación invisible» hacia las personas que no conocen el idioma, ya que, según denunció, se les dificulta el acceso a la lengua a la gente que no la conoce. «Todas aquellas personas que han quedado excluidas del aprendizaje y el dominio de la lengua catalana se les perjudica desde un punto de vista de oportunidades sociales, culturales y laborales», apuntó el presidente de la entidad en defensa de la lengua.

El presidente de Plataforma per la Llengua, Òscar Escuder, y la directora de la entidad, Rut Carandell, en el Parlamento / Parlament

Las seis causas que explican la «emergencia lingüística»

Plataforma per la Llengua considera que hay seis causas para explicar la situación de «emergencia lingüística» que vive el catalán: el ordenamiento jurídico discriminatorio, las actitudes de los catalanohablantes, los cambios demográficos, el fracaso parcial del sistema educativo, las transformaciones en el audiovisual y el ocio y la politización y las campañas de odio contra la lengua y su uso normal. Escuder remarcó que la disminución en el uso del catalán está vinculada a la «intervención del poder político» y la identificación del Estado español con la lengua castellana. «La jerarquización lingüística oficial, la represión histórica del catalán y la intervención aún hoy a favor del castellano han creado unas dinámicas de minorización del catalán», expuso ante los diputados del Parlamento.

El presidente de la ONG del catalán también lamentó y definió como un «factor decisivo de minorización» el hábito de los catalanohablantes de cambiar de lengua cuando piensan que su interlocutor no habla catalán. Una actitud que, para Escuder, «tiende a invisibilizar la lengua en muchos ámbitos» y que dificulta que las personas recién llegadas entren en contacto con la lengua y la quieran aprender porque no la ven útil. Asimismo, denunció que actualmente «hay un incentivo mayor a favor de aprender castellano que de aprender catalán«. Finalmente, criticó que medios de comunicación y formaciones políticas inicien o alimenten «campañas de odio contra la lengua y su uso normal», y apuntó que esta «agresividad» puede desencadenar en reforzar la militancia lingüística de las personas, pero también, en algunos contextos, puede dar la imagen de que la lengua catalana está «politizada» y, en consecuencia, «inhibir su uso y facilitar el cambio al castellano».

Las cinco propuestas de Plataforma per la Llengua para hacer frente a la situación actual

Para poner manos a la obra en esta situación, Plataforma per la Llengua deja claro que el catalán no se encuentra en una situación «de no retorno», pero plantea cinco grandes ámbitos para impulsar su uso. El primero de todos, es que las instituciones y sus representantes tengan un compromiso «real» con la lengua y el cumplimiento de las leyes. «Se necesitan normas que protejan la lengua, pero sobre todo más celo a la hora de hacerlas cumplir y de dar ejemplo», defendió, y animó a los diputados a no «traducir las intervenciones» al castellano para reforzar el carácter del catalán como lengua propia de Cataluña. «Hacerlo transmite una imagen de lengua sobrante y muy malo para todos», subrayó, y también puso énfasis en reforzar el conocimiento y la percepción del catalán como una lengua de «ascensor social».

Òscar Escuder, ante la Comisión de Política Lingüística / Parlament

También ha recomendado que las instituciones y la sociedad civil apuesten por crear más lugares de socialización en catalán y reforzar los existentes para garantizar que los más jóvenes tengan «espacios que funcionen en catalán» más allá del aula. «Los más tradicionales, como los cauces, los centros culturales y los clubes deportivos», entre otros, pero también «los más nuevos, los de las comunidades en línea», subrayó. Asimismo, instó a las administraciones a «invertir más recursos» y regular las cuotas a favor del catalán para hacer crecer los contenidos audiovisuales en lengua catalana. En cuanto a la educación, Òscar Escuder propuso «repensar» el modelo educativo. «No cuestionamos el modelo vigente, pero se necesitan soluciones específicas para reforzar el catalán donde es más débil», apuntó, y añadió que se trata de lograr que todos los alumnos terminen la escolarización con un «dominio real del catalán«. Por último, el presidente de la ONG del catalán propuso reforzar la «identidad colectiva» basada en la lengua, sobre todo en las generaciones más jóvenes.

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