Este verano hay todo un abanico de experiencias ideales para los viajeros catalanes que desean combinar playa, cultura y naturaleza más allá del delta del Ebro y los Pirineos. Desde calas de aguas turquesas hasta pueblos con encanto centenario y senderos de montaña, el territorio de proximidad desafía tu curiosidad.
Consejos para un viaje sin contratiempos
Para evitar imprevistos durante el viaje, es recomendable reservar con mucha antelación, especialmente los meses de julio y agosto, que son meses en los que hoteles y trenes están a menudo llenos. Planificar las excursiones a primera hora de la mañana, justo cuando amanece, y al anochecer permite evitar las horas más calurosas del día, reservando el mediodía para el descanso o la visita a museos. Es importante verificar el estado de las carreteras y las estaciones en zonas montañosas; si utilizas el transporte público, es útil consultar los horarios de verano.
Para cubrir imprevistos, contrata el mejor seguro de viaje internacional que incluya asistencia médica, repatriación y protección de equipaje. Y, si surge un imprevisto antes de partir, un seguro de cancelación de viaje te permite recuperar los gastos de vuelos y reservas, asegurando tu inversión.
Islas Baleares: un archipiélago de contrastes
Mallorca, la reina de las Baleares, no es solo sol y playa: el núcleo histórico de Palma rezuma historia. Pasea por el elegante Paseo del Born, descubre el arte contemporáneo en Es Baluard y admira la imponente Catedral de Mallorca al atardecer. Para desconectar, en el resto de la isla, recorre la Sierra de Tramuntana -declarada patrimonio de la humanidad-, con miradores como Sa Foradada y el pintoresco pueblo de Deià.
Menorca seduce a quien busca calma y naturaleza pura. Cala Macarella y Cala Mitjana, con sus aguas esmeralda y pinares cercanos, solo son el principio: explora la ruta costera del Camí de Cavalls, que abraza acantilados y calas secretas, o descubre la historia megalítica en poblados como Torre d’en Galmés.
Ibiza combina glamour y tradición: en el norte encontrarás rincones vírgenes como Cala Xarraca y Cala d’en Serra, perfectos para un baño al amanecer. En la ciudad, recorre el Dalt Vila, patrimonio de la humanidad, y, cuando caiga la noche, déjate llevar por la música en locales legendarios como Pacha o Privilege.
País Valenciano: mar y montaña a un paso
Dénia, con su castillo medieval que protege el puerto pesquero, evoca siglos de comercio marítimo. Degusta la gamba roja y sube a la Montaña Montgó para ver la costa desde 750 metros de altitud. En Xàbia, el Cabo de San Antonio regala vistas infinitas: descubre la Cova Tallada, excavada en la roca por los canteros del siglo XVIII.
Hacia el sur, Gandía despliega playas doradas y un casco antiguo con palacios góticos. Cullera, dominada por su castillo árabe, ofrece senderos hasta el Faro y playas adaptadas para familias. Alboraia, a diez minutos de Valencia, es la cuna de la horchata: acompáñala con fartons y comprueba por qué esta bebida conquista corazones.
En Alicante, el Paseo de la Explanada, con sus mosaicos ondulados, anuncia un puerto vibrante. Sube al castillo de Santa Bárbara, y al atardecer, disfruta de música en vivo o mercados artesanales junto al mar.
Andalucía: sol, historia y ‘duende’
La Alhambra de Granada es un universo de palacios nazaríes y jardines colgantes; reserva las entradas con antelación para recorrer el Palacio de los Leones sin prisas. Sevilla cautiva con el arte flamenco: asiste a un tablao en Triana y pasea por la Giralda hasta tocar el cielo.
Córdoba fusiona culturas en la Mezquita-Catedral, donde arcos de herradura y columnas te transportan a otra época. Para un respiro, adéntrate en los pueblos blancos: Ronda, colgado sobre el Tajo, y Frigiliana, con sus calles escalonadas, son postales vivas.
La Costa Tropical granadina sorprende con playas de cantos rodados y la ligera frescura de la Sierra de Lújar. Salobreña, con su alcazaba y sus callejones blancos, merece una parada antes de sumergirte en sus aguas.
Pirineos e interior: refugio de montaña, aventura, historia y paisajes olvidados
Huye del calor en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici: senderos señalizados conducen a glaciares y lagos de alta montaña. En la ribera de la Noguera Pallaresa, el rafting y el barranquismo activan la adrenalina. ¿Prefieres relax? Alquila un kayak y navega por el embalse de la Torrassa, rodeado de bosques centenarios.
El tramo navarro del Camino de Santiago francés mezcla paisajes rurales con monasterios románicos; cada pueblo ofrece hostales tradicionales y leyendas milenarias. En Burgos, la vía verde de la Sierra de la Demanda atraviesa antiguos trazados ferroviarios: túneles y viaductos te guiarán hasta selvas de hayas.