La consejera de Educación, Anna Simó, y los sindicatos de docentes CCOO y UGT llegaron a un acuerdo histórico el pasado 25 de enero para revertir los recortes del 2010. Un acuerdo que incluía reparar varios agravios y atender reclamaciones del sector, como por ejemplo la equiparación salarial del profesorado técnico de formación profesional (FP) con el resto de docentes del sistema educativo. Este punto –que ya fue polémico porque se pactó solo con parte de la comunidad educativa, puesto que otras organizaciones sindicales, como USTEC, no subscribieron el acuerdo- se tenía que hacer efectivo este mes de julio, pero la consejería no ha cumplido con su compromiso. Desde el sector del FP denuncian que, en la última nómina, no han cobrado la equiparación salarial que estaba prevista para cerca de 700 docentes: “A pesar de haber accedido al puesto de trabajo en igualdad, mérito y capacidad que el resto de compañeros, tienen peores condiciones laborales y salariales”, denuncia el vicepresidente de la asociación de profesorado técnico de formación profesional, Juan Carlos Bondia, en conversación con El Mundo, que asegura que «hace más de veinte años que se arrastra el problema».

Según el miembro del consejo catalán para el FP de UGT, Jesús Martín, que formó parte de las negociaciones para revertir los recortes con la consejería, el departamento se comprometió a garantizar que todos los profesores tuvieran el mismo sueldo -es decir, con todos los atrasos desde enero de 2024- en julio. De hecho, así lo aseguró en la segunda reunión de seguimiento del acuerdo que mantuvieron los sindicatos de docentes firmantes del pacto con la consejería el 24 de mayo: «El departamento nos comunicó que ya tenía identificadas todas las personas que reúnen los requisitos para cobrar el complemento y, previsiblemente, lo cobrarían durante el mes de julio«, recuerda el sindicalista de UGT. Una previsión que ha quedado en papel mojado.

El nuevo plazo del Departamento de Educación para pagar el complemento

Fuentes de la consejería aseguran en este diario que los docentes de formación profesional afectados recibirán «todos los atrasos» de la equiparación salarial en octubre, es decir, tres meses más tarde del previsto. El motivo por el cual no han cobrado esta equiparación es, según apuntan desde el departamento, que la consejería «ha sido centrada a gestionar el aumento del 2% retroactivo desde enero a toda la plantilla [un complemento acordado entre CCOO, UGT y el gobierno español]».

En esta línea, la responsable del área de docentes de educación pública no universitaria de CCOO Cataluña, Marga Romartínez, lamenta no haber tenido conocimiento de la decisión del departamento de aplazar el cobro de la equiparación salarial: «Podemos entender que no se haya cobrado este mes de julio porque han optado para gestionar el aumento del 2% retroactivo y no podían efectuar dos complementos salariales en un mismo mes [este es el argumento que los ha dado el departamento a las preguntas del sindicato], pero no entendemos por qué no nos han dado ninguna información al respeto», exclama la sindicalista, que considera que la «falta de transparencia» es una de las grandes asignaturas pendientes de la consejería.

Una imagen de archivo de Anna Simó / David Zorrakino (Europa Press)
Una imagen de archivo de Anna Simó / David Zorrakino (Europa Press)

Las diferencias económicas

Según los datos publicados en el web del Departamento de Educación, la tabla de retribución del personal docente no universitario indica que el cuerpo de profesorado de secundaria, de artes plásticas y diseño y de escuelas de idioma tiene un sueldo baso de 1.300,88 euros en el mes, al cual se suma un complemento de 683 euros por el destino y un complemento específico de 675 euros. En cambio, el personal docente técnico de formación profesional y los maestros de taller de artes plásticas y diseño -que ejercen las mismas tareas que los docentes de secundaria- tiene un sueldo baso de 1.124,85 euros en el mes, al cual se suman los mismos complementos específicos y de destino. Esta diferencia, pues, supone que el sueldo mensual de un docente de secundaria es de 2.660,57 euros, mientras que el de profesor de FP es de 2.484,54 euros. Es precisamente esta diferencia, que comporta una variación de más de dos mil euros a final de año, cosa ha puesto a los sindicatos de la comunidad educativa en pie de guerra durante más de una década. 

Las especialidades «más maltratadas»

Las diferencias económicas se producen entre el profesorado técnico de formación profesional y los docentes de secundaria, que a pesar de ejercer la docencia forman parte de un grupo de enseñanza diferente. Es decir, para ejercer de docente en un instituto de secundaria hace falta una titulación universitaria, mientras que para ejercer como docente en un ciclo medio de cocina hace falta una titulación relacionada con este ámbito -la cual solo se accede a través de formación profesional: «Hay especialidades de FP que no se pueden estudiar a través de un grado universitario y, por lo cual, la titulación es diferente. Que estos profesionales, que ejercen las mismas funciones que los otros docentes, tengan una remuneración diferente es un agravio para el sector», argumenta Jesús Martín.

Imagen de estudiantes de un centro de FP en una clase de carpintería / EP

Concretamente, del total de especialidades que se ofrecen en Cataluña, hay manantial que no se puede acceder -como docente- a través de una formación universitaria. Se trata de las conocidas como el cuerpo singular del FP, que está comprendido por cocina y pastelería, estética, fabricación e instalación de carpintería y muebles, mantenimiento de vehículos, mecanizado y mantenimiento de máquinas, patronazgo y confección, peluquería, producción en artes gráficas, servicios de restauración y soldadura -especialidades que solo tienen profesorado de perfil técnico. «A pesar de ser familias profesionales con el porcentaje de inserción laboral más elevado, son las más maltratadas», apunta Juan Carlos Bondia, que lamenta que la administración catalana no «cuida» las condiciones laborales y económicas del sector, cosa que supone un agravio comparativo con otros miembros de la comunidad educativa.

Equiparación salarial, una carrera de fondo

El atraso de la equiparación salarial ha agrietado, de nuevo, la siempre frágil relación entre la comunidad educativa y la administración catalana. A pesar de que se trata de una cuestión que se ha vuelto a poner a la mesa desde el acuerdo del pasado 25 de enero, es una problemática que se remonta en muchos años atrás. Después de décadas de reclamaciones, la comunidad educativa unió fuerzas contra la consejería el mes de enero de 2023. En aquellos momentos, para intentar evitar una huelga general, el Departamento de Educación, entonces en manos de Josep González Cambray, ofreció equiparar los sueldos de los docentes de FP con los de secundaria con un «complemento retributivo» para el profesorado que no se puede integrar en el cuerpo de profesores de enseñanza secundaria -el cual entró en vigor con la LOMLOE– a causa de su titulación.

Ante esta propuesta del departamento, el 27 de marzo de 2023, CCOO, UGT, Fomento, Pimec y el Gobierno llegaron a un nuevo acuerdo para la planificación de la nueva formación profesional a partir del trabajo hecho en la Comisión Rectora del Sistema -órgano rector de planificación estratégica y evaluación de las políticas del Sistema de Formación y Calificación Profesionales. En la página dos del acuerdo, dentro del apartado del preámbulo, el documento refleja que «la Comisión Rectora del Sistema insta el marco de negociación colectiva correspondiente a abordar este proceso de actualización. Una actualización ya en marcha este 2023, aprobada por el Parlamento de Cataluña en los presupuestos, con una partida de 33 millones de euros para la equiparación en el ámbito retributivo del profesorado PTFP con el profesorado de secundaria». Es decir, que el 27 de marzo de 2023, en el marco de la aprobación de las cuentas catalanas, la administración catalana ya se comprometió a llevar a cabo la equiparación salarial y estipuló una partida económica para hacerlo. Esta equiparación, pero, no acabó llegando.

Firma del acuerdo entre el Departamento de Educación y los sindicatos CCOO y UGT que permite revertir algunas de los recortes que se arrastraban / ACN

El 22 de diciembre del mismo año, con la consejería ya en manos de Anna Simó, los mismos sindicatos de docentes volvieron a acordar con las patronales mantener la partida de los 33 millones de euros en las cuentas de 2024 -reflejado en el punto 3.11 del pacto. Una partida que, a pesar de que los presupuestos de este año no se han podido aprobar, no se ve afectada porque el dinero ya estaban reservados en las cuentas de 2023: «El dinero están, este no puede ser el problema», apunta Marga Romartínez. Casi un mes después, los dos sindicatos oficializaron con la consejería poner punto final a los recortes y garantizar la equiparación salarial, la cual se tenía que producir este mes de julio. Seis meses más tarde, esta todavía no se ha cumplido. La carrera de fondo continúa. Ahora, pero, con los ánimos más encendidos.

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