La nueva consejera de Educación, Esther Niubó, fija la «mejora de la calidad educativa» como el gran eje vertebral de la legislatura. A las puertas del inicio de curso -el 9 de septiembre para primaria y secundaria, y el 12 de septiembre para la formación profesional-, la responsable de la cartera ha presentado en rueda de prensa, acompañada de la secretaria general, Teresa Sambola, y la secretaria de Políticas Educativas, Josefa Beltran, las líneas estratégicas que seguirá durante su etapa al frente de la consejería. Para hacerlo, además de mantener los programas de refuerzo de matemáticas -el cual no ha empezado con buen pie, puesto que más de la mitad de plazas que se habían puesto a disposición de los centros han quedado vacías- y de comprensión lectora, la nueva responsable de la cartera crea un «plan de desburocratización».

Se trata de una medida que puerta por objetivo «reducir la carga burocrática del sistema educativo», una de las reclamaciones persistentes de la comunidad educativa. Este plan contará con diez medidas específicas para simplificar el papeleo que tienen que llevar a cabo las direcciones de centro, como por ejemplo la creación de una «interfaz unitaria» de acceso «más sencillo» al cual cada docente puede acceder para consultar recursos y datos de contratación, o la simplificación del procedimiento anual de introducción de datos -un proceso que, hasta ahora, llevaban a cabo las direcciones de centro cada inicio de curso. De hecho, desde la consejería aseguran que este procedimiento lo hará automáticamente el mismo departamento, puesto que ya disponen de la gran mayoría de datos para llevarlo a cabo.

De izquierda a derecha, la consejera de Educación y Formación Profesional, Esther Niubó; el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, y la consejera de Territorio, Transición Ecológica y Vivienda y portavoz del Gobierno, Sílvia Paneque, a su llegada al primer Consejo Ejecutivo del Gobierno / Europa Press

«Recuperar la confianza de los docentes»

Con este plan de desburocratización, entre otros, la nueva responsable de la cartera pretende «recuperar la confianza de los docentes», puesto que la gestión de las dos anteriores consejerías -tanto la del ex consejero Josep Maria Cambray como la ex consejera Anna Simó- ha abierto varias rendijas con la comunidad educativa. En esta línea, Niubó también se ha comprometido a trabajar para «recuperar el prestigio» de la profesión, y ha querido destacar que este año Cataluña cuenta con más de 82.000 docentes después del macroproceso de estabilización. De hecho, es precisamente por este motivo que la responsable de la cartera ha expresado su voluntad de conseguir reducir ratios en los centros educativos, puesto que es un mecanismo que permite «mejorar la atención y la calidad educativa»: «Este curso ya tendrá todo el segundo ciclo de infantil con las ratios reducidas, con menos de 20 alumnos por aula mayoritariamente», ha destacado la consejera.

Otro de los grandes retos que hereda la nueva responsable de la cartera de Educación son las restricciones de los teléfonos móviles en los centros educativos. Tal como determinó la ex consejera, este año los teléfonos estarán prohibidos en los centros de primaria, tanto en los espacios lectivos como los que no, y a secundaria el uso se limitará a las «indicaciones del profesorado»: «Consideramos que es una medida necesaria para evitar que se pierdan los espacios de relación y socialización», ha argumentado la consejera. Así pues, con estas líneas estratégicas y los planes de actuación determinados, el próximo lunes arranca el curso para 1.610.346 alumnos.

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