Los meses de más calor son especialmente complicados para las escuelas e institutos de Cataluña. Aunque las temperaturas más elevadas suelen registrarse durante el tramo final del curso, generalmente durante el mes de julio, debido a la emergencia climática que vive el país, estas situaciones comienzan a cronificarse en el tiempo y las altas temperaturas también se notan durante las primeras semanas del nuevo curso escolar. Así lo constata el último estudio elaborado por la sección de educación del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), el cual denuncia que, nuevamente, en los centros educativos del país se están registrando temperaturas por encima de la barrera de los treinta grados: «La exposición a estas temperaturas dentro de las aulas supone un riesgo real para la salud de las personas trabajadoras de los centros educativos y alumnado», defienden desde el sindicato, que alertan que el calor en las aulas puede derivar en «dolores de cabeza, mareos, fatiga, deshidratación y riesgo de golpes de calor, lipotimias y cuadros vasovagales que pueden ser muy peligrosos».

En este mismo informe, desde la organización sindical recuerdan que el estado español dispone de un real decreto que fija una normativa en relación con la temperatura máxima que se puede alcanzar en el aula, entre otros. En concreto, se trata del real decreto 486/1997, el cual establece que las temperaturas en espacios cerrados como las aulas deben mantenerse entre 17 y 27 grados. Una situación, sin embargo, que este verano no se ha producido. El estudio de UGT analiza los registros de temperaturas en diversos centros del país entre el pasado 13 y 20 de junio -el tramo final del pasado curso escolar. De esta muestra ha podido detectar que, en algunos casos, las temperaturas han llegado a subir hasta los 38 grados dentro del aula: «Más de 25 registros superaron los 28 grados, con múltiples casos por encima de los 32 y algunos alcanzaron los 38 grados», apuntan desde el sindicato en su informe.

Imagen de la consejera de Educación y Formación Profesional, Esther Niubó, durante una visita en un centro educativo / Departamento de Educación

Presión a la consejería de Educación

Desde UGT aseguran que se han reunido en varias ocasiones con el Departamento de Educación, en manos de la consejera Esther Niubó, para reclamarles más medidas para combatir las altas temperaturas en los centros educativos, ya que consideran que las que se han impulsado hasta ahora no son suficientes: «Poner ventiladores no es suficiente si estos no garantizan la temperatura de 27 grados, como máximo que recoge la normativa, ni en ningún caso se puede tolerar que la existencia de estos aparatos sea la solución definitiva. Pedimos climatización real con aparatos que no solo remuevan el aire caliente del espacio, sino que también lo enfríen», argumentan desde el sindicato. En esta línea, también piden a la administración catalana que destine una «dotación» económica «específica» para cada centro para que se puedan instalar sistemas de ventilación, sombreado o aire acondicionado en las escuelas e institutos del país.

El calor en las aulas también es uno de los argumentos que utilizan desde el sindicato para volver a reclamar el retraso de la fecha de inicio de curso hasta después de la Diada -una reclamación que hace años que ponen sobre la mesa las organizaciones sindicales del sector, pero que, de momento, no se contempla desde la consejería. Además, desde UGT también consideran que la administración catalana debería adaptar el horario lectivo en caso de olas de calor: «Exigimos la revisión del calendario escolar en caso de ola de calor, incluyendo la posibilidad de clases virtuales o adaptaciones horarias», apuntan desde el sindicato impulsor del estudio. Sea como sea, independientemente de las medidas impulsadas hasta ahora, desde UGT consideran que la consejería debe actuar urgentemente para hacer frente a las olas de calor y prepararse para el verano próximo: «Las escuelas e institutos no pueden continuar funcionando bajo condiciones climáticas extremas que ponen en riesgo la salud de miles de personas», concluyen.

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