Uno de los grandes objetivos de la consejera de Educación, Esther Niubó, es combatir la «infrafinanciación» de la escuela pública, pero también la de la escuela concertada. Tras las palabras de la titular de la cartera en la comisión parlamentaria del pasado mes de septiembre, en la que se comprometió a «equiparar» el sistema educativo catalán, la Fundación Bofill alerta que incrementar la financiación en las concertadas sin tener en cuenta las condiciones de cada concierto «agrava» la segregación escolar, una de las grandes problemáticas del sector. En esta línea, la entidad señala que la falta de un decreto de conciertos actualizado, ya que el actual data de 1993, puede poner en riesgo los avances logrados en la equiparación del sistema educativo. «El hecho de que la financiación de los conciertos no esté vinculada a la composición social de cada centro [estipulada en el pacto contra la segregación impulsado por la anterior consejería] dificulta la tarea de las escuelas concertadas que asumen más alumnos vulnerables«, argumentan desde la entidad.
De hecho, para la Fundación Bofill, considera que los pasos previos que debe seguir la consejería antes de incrementar la financiación en la concertada son «revisar el decreto de conciertos», ya que el actual ya ha quedado «obsoleto», y reajustar la oferta educativa a las necesidades del alumnado: «La regulación actual, del año 1993, impide la planificación conjunta de la oferta educativa y esta falta de planificación debilita el sector público», apuntan desde la organización. En esta línea, consideran que reformular la oferta escolar, tanto la pública como la concertada, «es necesario para prevenir la segregación escolar»: «El exceso de plazas en una zona durante la preinscripción, la sobreoferta, provoca que estas vacantes se concentren en los centros más complejos», argumentan.

El papel de la concertada en la «sobreoferta» educativa
Por otra parte, desde la entidad alertan que la escuela concertada contribuye más que la pública a generar sobreoferta. Los datos del curso actual y del pasado evidencian, según la Fundación Bofill, las reticencias de una parte del sector concertado a ajustar la oferta, pese al elevado número de plazas que han quedado vacantes. En esta línea, recuerdan que «dejar la decisión en manos de los centros concertados provoca que sean los de esta titularidad los que más contribuyen a la sobreoferta, la cual provoca segregación escolar». De hecho, aseguran que un 56% de las escuelas concertadas de Cataluña no han equiparado la oferta educativa de la misma manera que las públicas. Es decir, que el volumen de escuelas públicas que ha reajustado su oferta en relación con la reducción de ratios generalizada que se ha producido en el sistema educativo es mayor en comparación al volumen de las concertadas que también lo han llevado a cabo.