La Formación Profesional está al límite porque, a pesar de los cambios e implementación constante de nuevas fórmulas, no acaban de llegar las soluciones que necesita este sector para dejar de ser la cenicienta de la enseñanza. Responsables de centros y expertos consultados hacen una larga lista de problemas enquistados que no se están corrigiendo o no se están corrigiendo suficientes y alertan que el resultado es una elevada tasa de abandono por falta de oferta adecuada, agraviada por la carencia de orientación que hace que los alumnos no puedan elegir bien. No hay que decir que las dificultades para encontrar profesionales que encuentren atractivo trabajar como docentes en lugar de quedarse en su sector empresarial es otra de las espinas que tienen clavada.
El Departamento de Educación, dirigido por la consejera Anna Simó, ha salido adelante varias medidas en los últimos años para adaptar el FP a las nuevas necesidades educativas y conectarla mejor con el mundo laboral. Más allá del plan que ha puesto en marcha la consejería para reorganizar el entramado de ofertas de FP y el nuevo sistema de preinscripción, que entrará en vigor el próximo curso, el gobierno catalán también encara el curso 2024-25 con la aplicación de la nueva ley estatal de la FP, que se aprobó el marzo del año 2022, hace casi dos años. Con esta ley, todos los centros serán duales, es decir, que los estudiantes de todos los institutos de formación profesional intercalarán la enseñanza al aula con las prácticas obligatorias en una empresa.
Los centros integrados, una novedad clave pero insuficiente
Por otro lado, la consellería también quiere extender los «centros profesionales integrados», es decir, centros que se conciben como «una realidad al servicio de la ciudadanía y de los sectores productivos» y que tienen que servir para «contribuir a la calificación de las personas adaptándose a sus situaciones y expectativas profesionales». En otras palabras, unir dentro de un solo centro especial integrado la FP educativa, que es la que llevan a cabo los estudiantes de ciclo mediano y superior, y la FP ocupacional, que es la que hacen los estudiantes con experiencia laboral que quieren tener un título para acreditar sus conocimientos. Se trata de una iniciativa que ya hace años que se puso en práctica en el resto del Estado español pero que hasta ahora no se había puesto firmemente sobre la mesa en Cataluña. La idea es que de cara en el curso próximo haya un total de 40 centros integrados en todo el territorio catalán.
A pesar de que ha tenido una muy buena recibimiento entre los diferentes agentes que forman parte del tejido del FP consultados por El Món, hay varios aspectos que consideran que hay que tener en cuenta: «Es muy necesario tener un lugar donde la ciudadanía se pueda informar sobre sus posibilidades profesionales, y un centro integrado es una buena puerta de entrada, pero hay que pensar cómo implementarlos bien para no desencadenar efectos negativos», argumenta el responsable de FP de CCOO, Xavier Pérez. La actual propuesta de la consejería plantea que los centros integrados no tengan la posibilidad de ofrecer ESO, puesto que de este modo se evita mezclar, en un mismo centro, adultos que se dirigen a la formación para el trabajo y estudiantes menores de edad: «Estamos de acuerdo que hace falta una separación física, pero no creemos que la mejor solución sea expulsar a la ESO de los centros y enviarlos a otro lugar, puesto que esto causa mucha incertidumbre, tanto a las familias como a los docentes», asevera Pérez. Una idea que también comparte el miembro del consejo catalán del FP en representación de UGT, Jesús Martín: «Que los centros integrados no puedan ofrecer la secundaria obligatoria causará muchos movimientos de plantilla».

Resolver la carencia de orientación, uno de los cimientos de los centros integrados
Una de las finalidades de los centros integrados, según la consellería, es responder las necesidades «del mercado laboral de Cataluña intermediando la oferta de los servicios de formación profesional y orientación para la trayectoria formativa y profesional y asesoramiento a personas». Es decir, dar respuesta a la carencia de orientación, una de las principales asignaturas pendientes de la FP. Ahora bien, para los expertos consultados, la orientación es un reto que hay que abordar desde diferentes puntos de vista. «Hay que empezar a orientar el alumnado mucho antes que se tengan que preinscribir en una FP, porque quizás pueden acceder al mismo trabajo a través de un certificado de profesionalidad [un documento que acredita las competencias de cada cual y garantiza que quién lo obtiene tiene las habilidades necesarias para desarrollar aquella actividad laboral] y lo desconocen», argumenta Jordi Perales, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya.
Para Perales, es fundamental empezar a informar los alumnos sobre sus caminos de futuro entre 2.º y 3.º de ESO, puesto que es un momento de «mucha indecisión». Una idea muy similar a la que expresa la directora el Instituto Hospital de Mar, antiguamente conocido como Instituto Bonanova, Montse Blanes: «Hace falta que se informe más sobre las profesiones que se esconden detrás del título del ciclo, porque a veces con los nombres, los alumnos no pueden ver qué salidas profesionales tienen», argumenta. Para la directora, la orientación se tiene que abordar tanto antes de empezar la FP como mientras se cursa y también una vez se ha finalizado. Una idea que va bastante ligada a la del departamento con los centros integrados. Ahora bien, para algunos de los expertos consultados, no es «tan evidente» que acaben funcionando tal como prevé la consellería: «La idea de tener un centro de referencia para toda la vida laboral es ideal, pero hacen falta muchos más recursos para poderlo llevar a cabo. Sin estos, quedará a medias», argumenta el director del Instituto Tecnológico de Barcelona (ITB), Alberto Vila.
Combatir el abandono escolar
Otro de los grandes retos a los cuales se enfrenta la FP es el abandono escolar. Para los expertos consultados, resolver las carencias en orientación es una de las maneras de combatirlo, pero no la única. «Tenemos un aumento de la demanda bestial en la mayoría de centros educativos. Hay abandono escolar cuando no hay oferta, aquí rae el problema», asevera Xavier Pérez. El problema, pero, es que para aumentar la oferta, hace falta destinar más docentes, y, en consecuencia, más recursos: «Es un pez que se muerde la cola», afirma el director del ITB. «Hacen falta más docentes, es el gran hándicap de la FP, pero las malas condiciones laborales para los profesores, más las barreras de entrada, como por ejemplo el máster [hay poca oferta pública y muchos profesores se ven obligados a evaluarse por la privada], hacen el trabajo poco atractivo. Si eres ingeniero prefieres, muchas veces, trabajar en el sector empresarial que hacerte docente», argumenta el responsable de CCOO.

Los dos directores de instituto consideran que otra de las maneras de combatir el abandono escolar, y actuar de raíz en otros retos del sector, es «reformular la oferta de FP». Por un lado, Vila considera que hay que «actualizar la oferta formativa» para adaptarla a la nueva realidad y que, para hacerlo, «hay que mirar al sector productivo, pero también al ciudadano»: «Muchas veces lo dejamos de banda y solo pensamos nombres para los grados que tengan un sentido para las empresas. Esto nos hace poco atractivos». Una idea que también comparte Montse Blanes, a pesar de que va un paso más allá: «Hay que reformular de pies a cabeza los grados medianos. Necesitamos ideas disruptivas para reformular la FP y paliar el abandono», asevera. La directora del Instituto del Hospital de Mar cree que una buena manera de hacer más atractivos los ciclos medianos, especialmente para todos los alumnos que salen de la ESO, sería hacer una primera aproximación al contenido más general: «Quizás funcionaría mejor plantear el ciclo inicial como un bloque general sobre sanidad, por ejemplo, y ya después profundizar en anatomía patológica, entre otros», argumenta.
Más allá de reformular la oferta, el pedagogo Jordi Perales también considera que hay que reorganizar la disposición de los centros en el territorio, puesto que de este modo se podría combatir el abandono prematuro: «La oferta está concentrada en las grandes ciudades. Por ejemplo, en Lloret solo se ofrecen ciclos centrados en el turismo, y, la falta de conocimiento sumada a los problemas de movilidad, lleva los alumnos a estudiar unas materias que no les interesan. Si no tienen interés, lo acaban dejando», argumenta Perales. Así pues, para el experto, hay que abordar el reto de la movilidad puede resolver algunas asignaturas pendientes del sector.
Encontrar mecanismos para resolver la avalancha de demanda
Una de las otras maneras que ha encontrado la consejería para intentar resolver la avalancha de demanda y combatir, ligeramente, el abandono escolar es reformular el sistema de preinscripción. Para hacerlo, ha «simplificado» la metodología, y ha modificado el porcentaje de plazas reservadas a los alumnos que provienen desde diferentes caminos educativos -ESO, ciclo mediano, bachillerato…-. Para la secretaria académica del Instituto del Hospital de Mar, María José Jiménez, «fusionar la preinscripción de grado mediano y superior en un único periodo», a diferencia de cómo funcionaba hasta ahora, «es un paso muy importante». Jiménez, pero, lamenta que los alumnos que proceden de ciclo mediano en la hora de preinscribirse en un nuevo grado «no tienen la prioridad necesaria»: «Con la reformulación de las ratios para entrar a grado superior se destinan el 55% de un 80% de las plazas a bachillerato y un 45% del 80% a ciclo mediano. Está claro que es un incremento en comparación a cómo funcionaba hasta este momento [se destinaban un 20% del 80% de las plazas ofrecidas], pero sigue sin ser suficiente», lamenta la secretaria académica.
Una idea muy similar es la que expresa Jesús Martín: «Habría que equilibrar la oferta a un 50-50, de entrada», asevera. Los dos también consideran que equilibrar las vías de acceso es un primer paso relevante, pero que todavía no es correspondiente a la necesidad del sector. La secretaria académica, que se encarga del proceso de preinscripción de su instituto, cree que acercar el modelo de preinscripción de la FP al universitario era un paso necesario: «Funcionar por notas es un buen método, y hay que tener en cuenta que a la formación profesional siempre hemos funcionado así, pero ahora con algunas diferencias», apunta. Hasta ahora, un alumno que tenía un 8 en primera instancia y no conseguía entrar en la primera opción que había solicitado tenía que esperar que se agotara toda la lista de espera para acceder a la segunda instancia. Ahora, ya no tendrá que esperar que las listas de espera acaben: «Con el nuevo funcionamiento, si la persona en cuestión tiene un 8 en primera y segunda solicitud, pasará por delante de una persona que tiene un 7 en primera instancia. Creo que es un buen funcionamiento», argumenta Jiménez.

Acabar con el sesgo de género y garantizar las plazas de prácticas empresariales
La carencia de recursos, la falta de docentes, mejorar la orientación academia y laboral y combatir el abandono son algunos de los grandes retos pendientes, pero no los únicos. «Tenemos que acabar con el sesgo de género», asevera Montse Blanes, que asegura que «hacen falta más referentes masculinos dentro del sector de sanidad y las curas, y más referentes femeninos en el sector industrial»: «Visualizar la parte atractiva de las profesiones ayudaría a hacer frente a esta asignatura pendiente», argumenta la directora del Instituto Hospital de Mar.
Los expertos también consideran que «garantizar las plazas de prácticas» es un factor de peso que hay que resolver: «Tenemos más alumnos que necesitan hacer prácticas que empresas donde pueden hacerlas», lamenta Alberto Vila. «Exigimos a la administración que se pongan las pilas en esta materia y garanticen las prácticas», espeta Jesús Martín. Así pues, a pesar de que los centros integrados que plantea la consejería son una de las claves para resolver las asignaturas pendientes de la FP, hay otros retos que se tienen que abordar de raíz. Hasta que esto no pase, el sector continuará necesitando una revisión constante.