«Muchos de los recién graduados se ven disuadidos de buscar una carrera laboral docente, ya que las perspectivas son limitadas en comparación con otras profesiones». Así lo asegura la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en su último informe, elaborado conjuntamente con la Fundación SM, sobre el personal docente a escala mundial. El estudio alerta que, mundialmente, el sector de la enseñanza está golpeado por una escasez «crítica» que provoca el abandono de la profesión por parte de los docentes. En detalle, el informe apunta que la sobrecarga laboral, los bajos salarios y la falta de reconocimiento son los principales motivos que justifican este abandono de la profesión, lo que genera una espiral y aún acentúa más la tendencia al abandono, que se contagia. Es un pez que se muerde la cola: las malas condiciones laborales provocan que muchos profesionales abandonen la docencia, lo que no contribuye a mejorar el funcionamiento del sector. El estudio de las Naciones Unidas hace una radiografía mundial, pero esta situación también se vive diariamente en las aulas catalanas.

Uno de los principales factores que contribuye al abandono, tal como apunta el informe de la UNESCO, es la falta de perspectivas de crecimiento laboral de los profesionales que conforman el sistema educativo. En este sentido, el profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Jordi Perales argumenta, en conversación con El Món, que la «carrera [en referencia a la etapa profesional] de maestro es muy plana»: «Lo que haces el primer día que comienzas a trabajar es muy similar a lo que harás todos los años», asegura el experto en pedagogía, que considera que la «poca capacidad de promoción», es decir, de escalar profesionalmente, provoca que muchos docentes acaben «quemándose». De hecho, así mismo se desprende del informe de la UNESCO, que argumenta que «proporcionar a los docentes carreras que ofrezcan perspectivas a largo plazo es esencial para mantenerlos motivados durante su vida laboral».

En esta línea, el especialista en pedagogía también lamenta que en la educación secundaria hay poquísimos catedráticos, que cobran un sueldo ligeramente superior al de los otros docentes que no cuentan con esta titulación. Según detalla, en estos momentos solo hay un 1,5% de catedráticos trabajando como profesores de la ESO, mientras que esta cifra podría ser del 30%, tal como fija la normativa española sobre la enseñanza. «Desde el año 2009, no se abre el concurso de catedráticos», argumenta Perales, que sostiene que la falta de concursos públicos de catedráticos es otro de los factores que ejemplifica la falta de proyección en los profesionales del sector. Teniendo en cuenta esta situación, el estudio internacional señala que dos de cada cinco docentes enfrenta su trabajo con distanciamiento e indiferencia, y casi la mitad se muestra neutral ante la posibilidad de abandonar la profesión. De hecho, según los datos, uno de cada tres profesionales encuestados asegura haber perdido la motivación y la ilusión.

El presidente de uno de los tribunales en las oposiciones de docentes da instrucciones a los aspirantes, antes de comenzar la prueba en la sede de la EOI Guinardó, en Barcelona / ACN

Matemáticas, una de las materias donde faltan más docentes

Una de las asignaturas del sistema educativo donde faltan más profesionales especializados es la de matemáticas, tal como también detalla el estudio internacional de las Naciones Unidas: «En esta asignatura hay un problema estructural«, argumenta el maestro, investigador y escritor David Vilalta, que asegura que faltan muchos profesionales «formados» en este ámbito en el sistema educativo catalán. Ahora bien, a pesar de la falta de profesores de matemáticas, este es uno de los grados universitarios con una de las notas de corte más elevadas en la selectividad. La principal razón de esta ausencia de docentes especialistas en matemáticas es la competencia con la empresa privada: «Muchos graduados prefieren trabajar en compañías con sueldos mucho más elevados», argumenta Vilalta. De hecho, según los datos del monitor de educación y la formación de la Unión Europea, en el año 2023 más de 720 plazas de profesores de matemáticas quedaron sin cubrir, generalmente, debido a la competencia salarial con la empresa privada.

Este es un problema que queda reflejado en el área de las matemáticas, pero que también se produce en otros aspectos de las diferentes etapas educativas. En detalle, el informe de la UNESCO también alerta que faltan docentes especializados en filosofía y lenguas. Para Vilalta, el problema no es que los profesionales carezcan de conocimientos, sino que no todos son especialistas en enseñar: «Se pueden tener muchos conocimientos de una materia [biología, por ejemplo], pero no saber transmitirlos. Se debe saber combinar ambas cosas, porque para enseñar bien ambas son fundamentales», argumenta.

Una niña cuelga su mochila en el pasillo de la escuela en una imagen de archivo / Europa Press

Repensar la formación de los futuros profesores

Ambos expertos también coinciden en que uno de los retos principales para mejorar el estado del sistema educativo es repensar la formación de los futuros profesionales -es decir, rediseñar los grados universitarios. Una idea que también expresa el informe de la UNESCO: «Las formaciones actuales del profesorado no preparan adecuadamente a los docentes. Muchos no se sienten preparados para enseñar en aulas diversas, que pueden tener alumnos con diferentes capacidades o con diversas lenguas maternas», apunta el estudio de las Naciones Unidas. En este sentido, Jordi Perales lamenta que, desde hace años, «hay una gran decadencia» de los grados universitarios enfocados a la enseñanza. Es decir, el grado que cursan las personas que quieren dedicarse a ser maestros de primaria, ya que se requiere una titulación diferente para ejercer en secundaria. El experto argumenta que estos grados son «demasiado teóricos» y no se corresponden con la «realidad» que se vive en las aulas: «Hay muchos profesores de universidad que nunca han pisado un aula de primaria», exclama.

Por su parte, David Vilalta considera que una buena manera de consolidar los aprendizajes es mantener al profesorado formado durante toda su vida profesional: «Es muy importante tener una formación inicial, pero sobre todo también una formación continuada», argumenta Vilalta. Ahora bien, el funcionamiento actual del sistema educativo, en el que hay mucha movilidad entre los claustros y muchos docentes cambian de centro, dificulta esta formación continuada: «He ejercido de asesor en muchos centros donde cada año les varía el 40% de la plantilla», lamenta. Así pues, los expertos consideran que mejorar la formación de los profesionales que se dedican a la docencia, independientemente de la etapa educativa en la que ejerzan, permitiría paliar algunas de las carencias estructurales del sistema y, a la vez, contribuiría a que cada vez haya menos docentes que opten por abandonar esta labor y buscarse la vida en otro sector. El problema, sin embargo, es multifactorial. Es decir, mejorar solo la preparación de los profesionales o sus perspectivas de crecimiento laboral no resolverán de raíz el abandono del sector que el estudio de la UNESCO alerta que se está produciendo. Mejorar estos dos aspectos, sin embargo, sería un buen primer paso.

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