Mejorar el nivel de los estudiantes de Cataluña en matemáticas es uno de los grandes retos que se ha marcado la consejera de Educación, Esther Niubó, aunque este objetivo ya se arrastra desde la anterior legislatura, con el departamento en manos de la republicana Anna Simó. La caída de nivel del alumnado catalán en esta materia se ha puesto de manifiesto con los resultados de las últimas pruebas internacionales, tanto las pruebas PISA del año 2022 –que situaron a Cataluña por debajo de la media española, europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en matemáticas y competencia lingüística– como las pruebas TIMMS del año 2023. A raíz de estos resultados, la administración catalana, entonces encabezada por el expresidente Pere Aragonès, creó el grupo impulsor de medidas de mejoras educativas, un equipo de expertos que elaboró un extenso documento de recomendaciones para revertir la tendencia.

De este grupo ya surgieron algunas primeras medidas todavía en la etapa de Simó, como el programa Florence, aprobado por el Gobierno el 24 de abril de 2024. Un programa de refuerzo pensado para paliar las carencias en matemáticas a través de la enseñanza interactiva y un incremento de horas lectivas en los centros «con más margen de mejora». Ahora, la actual consejera de Educación, que ha heredado este programa de refuerzo, entre otros, ha elaborado un nuevo plan para la mejora del idioma y las matemáticas, que incluye treinta medidas y una dotación de casi 130 millones de euros en los próximos tres años, a partir de las recomendaciones del grupo de expertos. Aquí, sin embargo, aparece el primer punto de conflicto: «El porcentaje de las recomendaciones del grupo de expertos que ha incorporado la consejería es muy bajo», asegura en conversación con El Món la profesora de secundaria y formadora de docentes Marta Pujadó, que formó parte durante el curso pasado del comité de expertos creado por Simó. Considera que el nuevo plan de la administración catalana es, a priori, «demasiado genérico», lo que complica poder obtener los resultados esperados en los próximos años. Aun así, sin embargo, el doctor en didáctica Jordi Delofeu apunta que impulsar acciones y medidas para mejorar el nivel de matemáticas era «casi una obligación».

Imagen de archivo de dos tizas en una pizarra en un aula / Pexels

La «inestabilidad» de los claustros complica el refuerzo de matemáticas

Para Pujadó, los programas de refuerzo y formación de docentes perderán efectividad debido a la «inestabilidad» de los claustros debida a la movilidad. «Este año habrá una gran desestabilización de las plantillas por el masivo concurso de traslados«, advierte. Y asegura que el comité de expertos que creó la consejería el año pasado «apuntaba en la dirección contraria». «Nosotros propusimos avanzar hacia la estabilidad de los equipos», detalla la especialista que formó parte del comité de expertos. En cambio, Carles Granell, maestro de primaria y presidente de la Asociación de Barcelona para el Estudio y el Aprendizaje de las Matemáticas (ABEAM), considera que «la movilidad» de los docentes entre centros educativos «enriquece el bagaje» de los claustros. El presidente de la asociación coincide en que los constantes cambios de la conformación de las plantillas dificultarán, a corto plazo, el afianzamiento de los programas de refuerzo, pero cree que acabarán dando los mismos resultados: «Al principio los efectos quedarán más diluidos, pero los cambios en las plantillas no implican comenzar desde cero. Necesitaremos más tiempo para llegar al mismo lugar, pero llegaremos», argumenta Granell.

Por su parte, Jordi Deulofeu apunta que la «movilidad» de los docentes entre claustros no tendrá efectos especialmente negativos si las medidas para reforzar la formación del profesorado son «escalables»: «Si a los programas de refuerzo solo se apuntan centros voluntarios, se mejora más bien poco. Sería importante que este refuerzo llegue, como mínimo, al 50% del profesorado», asegura Deulofeu, que considera que, «con una buena escalabilidad», los cambios de docentes entre claustros dejan de ser un problema significativo. La escalabilidad del nuevo conjunto de medidas, sin embargo, no es la única grieta que detecta el experto para mejorar el nivel de matemáticas de los alumnos de las escuelas e institutos de Cataluña.

La consejera de Educación, Esther Niubó, en una imagen de archivo durante una sesión de control en la cámara catalana / Parlament de Catalunya

Dudas sobre cómo gestionarán la autonomía los centros

Una de las medidas incluidas en el nuevo programa impulsado por Esther Niubó establece el «refuerzo de las horas de gestión autónoma» de los centros. En detalle, la consejería fija que los documentos para la organización y dirección de los centros educativos «incorporarán la orientación para que los centros prioricen la competencia lingüística y matemática en las horas de gestión autónoma». Este aspecto, sin embargo, genera diferentes dudas entre los expertos consultados por este diario: «El refuerzo de las horas de gestión autónoma acaba dependiendo de las direcciones de los centros», apunta Marta Pujadó, que recuerda que cada dirección de centro puede optar si adherirse al refuerzo de matemáticas si considera que es positivo para su centro. En este sentido, el doctor en didáctica considera que las «directrices» y «recomendaciones» de la consejería de Educación deberían ser «más precisas» para homogeneizarlas en todas las escuelas e institutos del país: «La autonomía de los centros está muy bien y es muy positiva, pero Educación debería dar orientaciones más precisas», argumenta Jordi Delofeu, que asegura que «hay que dar libertad» a las direcciones, pero con unas líneas «más claras».

Algunos expertos consideran que las medidas impulsadas por la consejería son demasiado poco concretas, lo que no permite paliar de raíz el bajo nivel de los alumnos en esta materia. Otros, sin embargo, creen que esta falta de concreción tampoco es negativa: «Al principio es necesario hacer un diagnóstico amplio del problema para poder encontrar soluciones más quirúrgicas», argumenta Carles Granell, que recuerda, con cierta ironía, que «cuando los médicos operan un menisco no lo hacen siempre de la misma manera». «Debemos analizar el conjunto del sistema para abordar los retos desde aquí», añade el presidente de la Asociación de Barcelona para el Estudio y el Aprendizaje de las Matemáticas.

Sea como sea, con medidas más o menos precisas, los expertos coinciden en que el objetivo de mejorar el nivel de matemáticas es a largo plazo. Es decir, que el plazo de tres años fijado por la consejería en este plan de refuerzo, no permitirá revertir la situación actual: «Con tres años se puede mejorar un poco, pero esto es una carrera de fondo», dice Jordi Deulofeu, que asegura que, en las próximas pruebas PISA -que se realizarán el curso próximo, y, por lo tanto, los resultados llegarán en 2027- «aún no se notarán los cambios». A pesar de las discrepancias con el nuevo plan de la consejería de Educación, sin embargo, los expertos coinciden en que es una buena noticia para el sistema educativo que se estén poniendo en marcha mecanismos para mejorar el nivel de los alumnos.

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