El secretario de Políticas Educativas, Ignasi Garcia Plata, ha recogido cable este miércoles sobre las suyas declaraciones posteriores a los males resultados de las pruebas PISA, en las cuales atribuyó la derrota al alta complejidad de Cataluña, donde hay muchos alumnos recién llegados. De hecho, Garcia Plata afirmó que el muestreo de estas pruebas internacionales no era del todo correcto porque «sobrerrepresentaba» el volumen de recién llegados en relación con el volumen total del sistema educativo, cosa que provocaba una bajada de los resultados: «La alta representación de alumnado recién llegado a la prueba –un 24% de la muestra total, cuando la representatividad al sistema catalán es de un 15%– también influye en los datos”, defendía.
Este miércoles, pero, la consejería capitaneada por Anna Simó ha recogido cable. El secretario de Políticas Educativas se ha puesto en contacto con los responsables de PISA y ha aclarado todas las dudas que tenía el departamento sobre la representatividad de la muestra, concluyendo que el muestreo que se ha usado sí que era correcto: «De las conversaciones se ha clarificado la calidad de la muestra PISA. Las divergencias en la interpretación de la representatividad de la muestra han quedado aclaradas y se han podido descartar todas las dudas sobre la representatividad de la muestra respecto a la realidad social», aseveran fuentes de la consejería. Por lo cual, las polémicas palabras de Garcia Plata que despertaron el rechazo de sindicatos y asociaciones han quedado descartadas.

La justificación de la consejería
Educación atribuye el primer análisis a “la limitación actual de los indicadores y de estudios del departamento y otras instituciones para entender más en detalle la realidad y el incremento de la complejidad, especialmente acusada en Cataluña”. Aun así, desde el Gobierno han trasladado a los responsables de PISA “la confianza completa en la calidad y rigor de las pruebas”, pero sí que han planteado varios retos que consideran relevantes para poder afinar más las pruebas y captar la complejidad del territorio. Estos retos planteados se centran, principalmente, en “como mejorar los mecanismos y las metodologías para analizar la complejidad o como interpretar mejor PISA y los datos existentes para mejorar el sistema educativo”.