La mala actitud de parte del alumnado ha llevado a muchos docentes al límite. De hecho, el Barómetro Internacional de la Salud y el Bienestar del Personal de la Educación, de la entidad francesa Réseau Éducation te Solidarité, apuntaba que un 40% de los profesionales de la educación han sufrido ansiedad, depresión y agotamiento físico y mental ocasionados por la mala actitud de los alumnos. La antropóloga Alba Medina ha comprobado esta situación de primera mano. A través de un hilo a ‘X’ -antiguo Twitter- que se ha hecho viral, Medina ha relatado su experiencia de años de visitas a institutos para hacer charlas de orientación universitaria: «A todos los docentes de Secundaria, os compadezco. Hace años que visito institutos haciendo charlas de orientación universitaria a estudiantes de 2.º de bachillerato y nunca me había encontrado tantos grupos con tan poco interés, charlatanes y maleducados como me estoy encontrando este año», empieza Medina.
En la segunda publicación del hilo denuncia que los alumnos no son capaces de «mantener la atención 30 minutos seguidos» y lamenta que no paren de «charlar» y «boicotear» la charla: «No muestran nada de respeto por mi persona ni por el estudiante universitario que me acompaña para explicarlos cosas que, a 2.º de bate, se los tendrían que interesar», remacha la antropóloga. Para Medina, muchos de los adolescentes que actualmente se preparan para entrar en la vida universitaria «nunca tendrían que haber llegado a 2.º de bachillerato»: «Están calentando sillas en el instituto perdiendo el tiempo. Y, también nos lo hacen perder al resto», asevera.
No aprovechar las oportunidades que les dan
Medina lamenta que los alumnos de hoy en día no aprovechen las oportunidades que les dan desde los centros de cara a su futuro: Ojalá, cuando yo estaba en el instituto, hubiera venido alguien de la universidad a explicarme algo que me hubiera ayudado a no estar tan perdida como estaba en aquel momento», argumenta la antropóloga. En la última publicación del hilo, Medina intenta encontrar los motivos por los cuales las nuevas generaciones han perdido el interés, pero no encuentra una explicación: «No sé de quién es la culpa, supongo que hay múltiples factores, pero lo que sí que sé es que estas generaciones de jóvenes se darán unas hostias en la vida que fliparan«, concluye.