En las últimas semanas, los campesinos han demostrado su descontento en todo el país por los grandes quebraderos de cabeza que provocan las normativas de la Unión Europea, ahora bien, estos no son los únicos problemas que enfrentan los integrantes del sector primario catalán. Los campesinos de las comarcas gerundenses, por ejemplo, sufren más de diez hurtos o robos mensuales. Concretamente, durante el año pasado se produjeron un total de 133 hechos delictivos a la demarcación de Girona y desde los Mossos d’Esquadra explican que hay dos tipologías de ladronas. Por un lado, los hechos más habituales son el robo de varios materiales como por ejemplo cocer, tubos o motores de maquinaria y que en muchas ocasiones lo hacen por «propia subsistencia», puesto que vienen después el material robado. Los hechos menos habituales, por otro lado, son grupos organizados que se dedican a hurtar material que puede generar grandes beneficios económicos. En ambos casos, la policía catalana siempre recomienda denunciar los hechos, aunque el valor no sea muy importante.
En esta línea, el jefe del Área Básica Policial del Baix Empordà, Martí Pons, explica a la ACN que hay grupos «marginales» que sacan un beneficio pequeño de estos hurtos y asegura que lo hacen para poder subsistir. Además, el policía considera que los materiales que roban, a pesar de que no sea de gran valor, suponen un «agravio» por el campesino. Además, los Mossos explican que hay otro tipo de hurto que no se contempla muchas veces a las estadísticas y es el que tiene que ver con quienes se llevan la fruta de los árboles de las fincas donde entran. «Esto lo trabajamos a través de la policía de proximidad, pero sí que es cierto que difícilmente puedes contabilizar el importe que se lleven», remarca Pons.
Siempre hay que denunciar
Ante esta gran cantidad de hurtos, los Mossos piden a los agricultores afectados que denuncien «siempre» que se haya producido un robo o un hurto, puesto que es la única manera de poder recuperar el material perdido. Por otro lado, Pons también explica que desde la policía hacen inspecciones regulares a las empresas de gestión de residuos para comprobar las entradas y salidas de material que tienen por si provienen de algún robo. «Este control hace más difícil que se pueda ir a vender esta chatarra y nosotros podemos ver qué personas hacen más ventas a estas empresas de residuos. Así, podemos controlarlo más», asegura Pons.
El jefe de los Mossos en el Baix Empordà reconoce, pero, que en algunas ocasiones se han encontrado que han parado vehículos cargados de material agrícola y del cual los ocupantes del vehículo no sabían explicar la procedencia. En caso de que no haya una denuncia, los Mossos no pueden certificar si el material que han encontrado es robado y, por lo tanto, no se puede devolver al propietario.