Calma. Esta podría ser la máxima que ha impuesto la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Huesca, Rocío Pilar Vargas, ante la ejecución inmediata de la sentencia de devolución de las pinturas murales de Sixena que reclama el gobierno de Aragón. Vargas -quien fue ascendida a magistrada el pasado mes de marzo- quiere tomar aire porque admite que la sentencia no se puede cumplir de cualquier manera. Así lo ven los abogados del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) a raíz de las últimas resoluciones adoptadas en torno al caso y gracias a los informes técnicos, a los cuales ha tenido acceso El Món, que acreditan el «riesgo irreparable que supone el traslado de las pinturas».

«Es una ejecución especialmente compleja, cuyo cumplimiento inmediato no es posible, dada la naturaleza y el valor patrimonial de los bienes que deben ser restituidos, y son necesarios unos plazos determinados para la ejecución de las operaciones de desmontaje, embalaje y traslado de los mismos», escribía la magistrada en su breve auto del 22 de julio. Una resolución que, además, pone freno al gobierno aragonés, que reclamaba multas por incumplimiento de cinco mil euros al día, aunque la jueza aún espera la respuesta aragonesa para saber dónde deben ir a parar y cómo las obras confiscadas.

Fuentes del MNAC admiten a El Món que la «frenada de la jueza» es «evidente» ante el trabajo del Museo para acreditar el riesgo de destrozo. Sea como fuere, la casualidad temporal ha hecho que el Museo haya adjudicado el seguro de la institución por 172.000 euros, el pasado 22 de julio. Un seguro que no cubre el riesgo derivado de la «confiscación, nacionalización, mandato o requisa, destrucción o daño por orden de cualquier autoridad legalmente constituida». Por tanto, se deberá licitar un seguro ad hoc. Los servicios técnicos y administrativos del MNAC ya han comenzado a preparar el pliego de condiciones para licitar el traslado de las obras.

Fotogrametría de las pinturas murales aportadas al Juzgado de Huesca/QS
Fotogrametría de las pinturas murales aportadas al Juzgado de Huesca/QS

Cumplimiento voluntario y los informes

La jueza, a pesar de decidir que otorgaba siete meses de plazo, ha abierto la puerta al MNAC para que en diez días aporte otro calendario de cumplimiento. Los motivos, la estrategia técnica y jurídica que ha decidido utilizar el museo, que ha generado suficientes dudas a la magistrada. De entrada, el hecho de que desde el pasado 23 de junio los servicios jurídicos del MNAC mostraron su disponibilidad al «cumplimiento voluntario de la sentencia», el compromiso del mismo director de la institución, Josep Serra, a explicar personalmente la situación y los informes aportados han hecho tambalear la ofensiva de Aragón, que también tiene una «responsabilidad clave» sobre el traslado.

De entrada, el MNAC ha presentado planos con «fotogrametría” donde se puede comparar la situación de las pinturas murales, desde 2018 hasta la actualidad. Además, ha escaneado con un sistema láser la sala para elaborar una «planimetría» que «dimensiona la sala para permitir un mejor diseño de los movimientos de operación de desmontaje, además de facilitar un cálculo de los recursos espaciales, necesarios para el embalaje». Es decir, desmontar las pinturas requiere de un estudio, que se está llevando a cabo, para ver cómo mover dentro de la misma sala los murales. Un estudio que ha incluido un «mapa de la estructura constructiva de las pinturas» para constatar todos los «puntos de unión y anclaje con vistas a un desmontaje».

Imagen de la muestra que ha formado cristales en las pinturas una vez se ha hecho la prueba de extraer parte de los murales/QS
Imagen de la muestra que ha formado cristales en las pinturas una vez se ha hecho la prueba de extraer parte de los murales/QS

«Potencial de reactividad química»

En los documentos presentados al juzgado, advierten de la «vulnerabilidad de las pinturas por su potencial de reactividad química». Los técnicos y peritos externos del MNAC que han elaborado los primeros informes alertan de «la estructura singular» de las pinturas murales «sobre todo por los materiales añadidos en el traspaso de las pinturas a una tela». Es decir, el traslado, restauración y salvación que realizaron los hermanos Gudiol, después de que las pinturas llegaran a «más de 200 grados de temperatura».

«El adhesivo de la caseína, compuesto de cal dolomítica, identifica hidróxidos de magnesio susceptibles de reaccionar con sustancias del entorno como contaminantes de base de azufre, compuestos orgánicos volátiles y dióxido de carbono», advierten. Unas reacciones que, según los peritajes, pueden ser favorecidas por determinadas condiciones de temperatura y humedad. Fuentes del MNAC definen esta situación potencial como una «reacción descontrolada que puede deshacer las pinturas». De hecho, en el juzgado han registrado un primer informe de muestras de pintura extraídas de los murales donde ya se ha «identificado la formación de cristales de formiato de magnesio en una micromuestra separada del conjunto», esto es, una especie de sal que proviene de una reacción biológica y que calcina las pinturas que pueden tener un grosor de micras.

Parte del último auto de la jueza respecto de Sixena/QS
Parte del último auto de la jueza respecto de Sixena/QS

Tener presente el incendio

Curiosamente, uno de los hechos que más se repite en las visitas guiadas de Sixena es que el monasterio fue incendiado. En cambio, ni el gobierno aragonés ni el Ayuntamiento de Vilanova de Sixena tienen presente esta circunstancia a la hora de reclamar el retorno de los frescos. Pero no es un detalle menor, al contrario. Y así lo ha hecho saber el MNAC a la jueza con un documento titulado Manifesto de cumplimiento voluntario. En él expone los problemas que, debido al fuego, amenazan la conservación de la pintura. De entrada enfatizan la «fragilidad ante la manipulación y el roce». «El incendio que afectó a las pinturas transformó químicamente y físicamente los pigmentos y los aglutinantes», aduce el informe.

En este sentido concretan que «el pigmento azul, azurita (carbonato básico de cobre) se transformó en negro por la formación de óxido de cobre, tenorita», una reacción que se produce cuando se alcanza temperaturas de entre 200 y 400 grados centígrados. También subrayan que los pigmentos blancos y rojos a base de plomo se transformaron en óxidos de plomo, una reacción que se da cuando se alcanzan los 300-520 grados centígrados. Los pigmentos ocres con goetita se transformaron en rojos con óxidos de hierro, hematites, una reacción lógica cuando las temperaturas oscilan entre 200 y 400 grados. Es decir, las llamas ya dañaron las pinturas, que tienen una base demasiado fina para garantizar su restitución. Precisamente, uno de los problemas más graves es que el fuego ya dañó los «aglutinantes orgánicos» que consolidaban la pintura, lo que aún debilita más su estructura sintética.

Detalle de una de las pinturas murales de Sixena expuestas en el MNAC, en Barcelona / Eli Don (ACN)

«Grietas y porosidad»

Los técnicos que están realizando el estudio no ocultan su preocupación por el «carbonato de calcio de la capa pictórica y del mortero». Un hecho que con el incendio y el paso del tiempo experimentó «transformaciones que han generado grietas y más porosidad en las capas de material original». Dado el relato técnico, el problema radica en el hecho de que se llegó a temperaturas de entre 700 y 800 grados en partes de la pintura que hicieron transformar el carbonato de calcio, muy presente en los murales románicos, en óxido de calcio. Y, de rebote, por las condiciones de humedad posterior ambiental este óxido se transformó en hidróxido cálcico y posteriormente, debido al CO2 atmosférico, de nuevo en carbonato de calcio.

«Durante todo este proceso se producen variaciones dimensionales de las partículas que explican la formación de grietas y una porosidad más grande», sentencian los técnicos. Es decir, es un proceso químico de doble combinación que debilita aún más la estructura molecular de las pinturas, agrietándolas y en algún punto deshaciéndolas. Con estas «grietas», «porosidades» y «debilidad de los pigmentos» las «vibraciones» que genera un traslado aún aumentan más el riesgo de destrozo de las pinturas. A todo esto, hay que añadir que una vez las pinturas se expusieron en el MNAC y se restauraron, se añadieron «materiales» de la época que han acabado por «tensionar» y «generar numerosas faltas de adhesión entre las diferentes capas del conjunto pictórico».

Muestra extraída de las pinturas murales para aportar a la jueza el resultado/QS
Muestra extraída de las pinturas murales para aportar a la jueza el resultado/QS

¿Y Aragón?

Por otro lado, la jueza, si bien no tenía prácticamente más remedio que recoger el calendario del gobierno de Aragón, de siete meses para la entrega, ha prestado atención al MNAC. De ahí que lo aliente a presentar un calendario alternativo. Toda una señal porque, según la estadística de Iberley, los procesos en este juzgado se alargan de media cinco meses y veinte días, aunque las ejecuciones siempre se alargan por razones de encontrar patrimonio donde ejecutar. En cualquier caso, la jueza ahora debe estudiar también la petición del MNAC para que Aragón haga lo que hasta ahora ha evitado, explicar dónde irán y qué harán con las pinturas.

El MNAC ha encontrado una brecha bastante grande para poder corresponsabilizar a Aragón de la entrega de las pinturas. Una obra de esta «complejidad no es solo desmontarla y cargarla en un camión». De ahí que han pedido a la jueza dos cosas. Primero, aclarar en qué proceso deben seguir presentando los informes y los escritos, si en el de la ejecución provisional instada por el gobierno de Aragón o bien en el procedimiento del pleito principal, porque actualmente la situación presenta «equívocos». Y en segundo término, que reclame a Aragón que «proporcione apoyo logístico e información». Básicamente, saber dónde del monasterio de Sixena deben ir las pinturas, si en una sala concreta o a un almacén, porque entonces se debe elegir la «técnica de desmontaje adecuada» para «garantizar la conservación de la obra». Una decisión que no se puede demorar porque el MNAC quiere comenzar ya el proceso formal de adjudicación del transporte y sobre todo, el seguro exclusivo que debe proteger monetariamente el patrimonio. Dos adjudicaciones que el mismo MNAC tampoco ve «fáciles» porque las «empresas habituales de este mercado lo mirarán dos y tres veces antes de tocar nada» y las «compañías de seguros tienden a evitar líos». Quedan meses muy largos en este caso.

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