Una de las militantes más veteranas de ERC y actual secretaria de Movimientos Sociales de la formación, Marta Molina, ha recibido el apoyo tanto del partido como de una muchedumbre de activistas de la nueva y vieja guardia independentista. Un acto de reconocimiento en un día que preste declaración a la Audiencia Nacional, vía telemática desde la Ciudad de la Justicia, en la causa del Tsunami Democrático donde está imputada por terrorismo. Molina ha aprovechado que la sede del CIEMEN se ha llenado para defender su posición y su convicción de declarar.
«Es una decisión política», ha razonado, para añadir que es «necesario también que haya alguien aquí y los cuestione sus acusaciones absurdas”. Molina ha enfatizado que rebatirá las acusaciones «mirándolos en los ojos». «Esta causa política se tiene que batallar desde todas partes», ha insistido para hacer valer los compañeros de la causa independentista que se encuentran al exilio donde “trabajan para conseguir complicidades internacionales para hacer valer nuestros derechos políticos individuales y como pueblo».
De hecho, a raíz de esta causa varios imputados se encuentran en Suiza exiliados cómo es el caso de Rubén Wagensberg o Oleguer Serra, así como el presidente al exilio Carles Puigdemont o la secretaria general en funciones de ERC, Marta Rovira, que ya se encontraban desde que el Tribunal Supremo los empezó a perseguir por la causa especial contra el Primero de Octubre por la que los líderes civiles e institucionales del independentismo fueron condenados a casi ciento años de prisión.

Consciente de la prisión
Molina, una militante pragmática, no ha escondido los riesgos que comporta prestar declaración en esta causa a pesar de la inminencia de la ley de amnistía. «Soy consciente que puedo ir a la prisión, y lo asumo, pero el estado tendrá que asumir las consecuencias de volver a tener presos políticos”, ha razonado. “Esto no va de justicia, sino de ideologías”, ha aducido.
En este sentido, ha cargado con dureza la justicia española, a quien ha acusado «de inventar relatos que no aguantan en ninguna parte” para imponer “la pena máxima, por un delito de terrorismo”. Molina ha reivindicado el «triunfo de la democracia» que supone la ley de amnistía. Así ha subrayado que «los ganamos el 1-O, los volveremos a ganar ahora con la ley de amnistía, y dentro de unos años los volveremos a ganar teniendo un estado propio reconocido internacionalmente».