Carles Puigdemont no ha querido arriesgarse a las puertas de unas vacaciones de verano que llegan con un ambiente político intoxicado por casos de corrupción que salpican tanto al PSOE como al PP. En medio de los sumarios de Santos Cerdán y el de Montoro, Junts per Catalunya ha celebrado el quinto aniversario de su fundación con un acto político esta mañana en Prats de Molló (el Vallespir). Un acto que emula el Alderdi Eguna del PNV o, por qué no, la Fiesta de la Rosa de los socialistas en Cataluña, aprovechando el quinto aniversario de su fundación.

Acompañado de cientos de personas que se han congregado en la plaza mayor del municipio, así como de la totalidad de los líderes del partido y los consejeros en el exilio, Puigdemont ha querido emitir un mensaje de partido a la militancia más motivada de Junts. Puigdemont ha reivindicado el partido y ha asegurado que su formación «puede sacar pecho» y se puede estar «orgulloso» de lo que hemos hecho. «Continuaremos a lo nuestro, a la catalana, defendiendo Cataluña, los catalanes, nuestra lengua y nuestras instituciones», ha clamado. Por eso, ha advertido a Pedro Sánchez que «no dé su apoyo por supuesto» y se ha distinguido de las otras formaciones que «salen negociadas de casa».

Un discurso que ha llegado después de la actuación de los teloneros habituales, como el alcalde de Prats de Molló, Claude Ferrer, que ha definido el municipio como la «capital de Cataluña este domingo; la secretaria de organización, Judit Toronjo, que ha defendido reclamar las competencias en inmigración y el secretario general de la formación, Jordi Turull, que ha hecho trinchera de la línea de los junteros como partido independentista que «defiende a los autónomos, la clase media y las pymes«.

Josep Rull saluda efusivament Carles Puigdemont/Ferriol Sallés
Josep Rull saluda efusivamente a Carles Puigdemont/Ferriol Sallés

«Preguntas» para hacer política

El líder de la formación, que ha calificado de «virus» la «represión española», ha postulado a Junts como el partido que sobrevive a sus enterradores. «En estos cinco años, nos han dado por muertos, por escindidos, por divididos o por amortizados varias veces», ha enmarcado. «Todos hablan de Junts, pero hoy Junts habla de Junts», ha añadido. Se ha jactado del trabajo hecho, pero ha animado a la militancia y a los cuadros a continuar haciendo el trabajo que «queda mucho» y ha dedicado un «Que os den» a las fuerzas políticas rivales, citando a Xavier Trias.

En esta línea, ha propuesto al partido hacer las cosas «a la nuestra» que significa «a la catalana». Un supuesto que identifica como «ir por el mundo, defendiendo Cataluña, defendiendo a los catalanes, la lengua, las instituciones, nuestros derechos históricos». Un sistema que supone el uso de «cuatro preguntas» cada vez que nos piden el voto, apoyo u opinión. «¿Es positiva o puede ser positiva para los catalanes que participéis? ¿Respeta las competencias de los catalanes de su identidad? ¿Se han aceptado nuestras propuestas que no son necesarias? ¿Nos acerca a la independencia?», ha expuesto. «Es el método que sirve tanto para el Parlamento como para el Congreso como para el Senado o como para el Ayuntamiento de Barcelona», ha remachado. «Se trata de negociar con el derecho a la autodeterminación y no con apriorismo», ha añadido.

Una imagen del acto de Junts en Prats de Molló de este mediodía/Núria Càmera

«Maniobras de la esperanza contra arquitectos del caos»

Siguiendo este hilo, el jefe de filas de Junts ha cargado contra los que se encuentran en los extremos y «no quieren salir de ahí». Y se ha mostrado satisfecho por, a su parecer, «incomodar a los que practican el populismo o los que salen negociados de casa». «Nuestro voto no es tan previsible como el voto de la mayoría; nuestro voto no se puede dar por supuesto nunca ni en ningún lugar», ha advertido. «Queremos hablar de Cataluña si lo que dicen nos hace avanzar y que, si de un poco, sin necesitar deshacer, desdecir o renunciar al camino que iniciamos en octubre del 17, podrán tener nuestro apoyo», ha recordado.

«Ni nos refugiamos en pancartas, ni con eslóganes, frases hechas o vídeos de 30 segundos en tiktok», ha argumentado. De ahí que haya clamado contra lo que ha bautizado como «epidemia de arquitectos del caos» que «toman la motosierra para hacer operaciones a corazón abierto». Por eso ha propuesto que Junts sea el partido de las «maniobras de la esperanza». Así ha listado cuestiones como la vivienda, la seguridad o el turismo para contraponer el discurso de la extrema derecha con la intención de perfilar un relato más centrado en cuestiones candentes de la agenda política.

Comparte

Icona de pantalla completa