Nuria Orriols (Berga, 1992), periodista y politóloga del diario
El libro empieza explicando los inicios de Convergència y como se crea. También refleja que se crea, con Jordi Pujol al frente, como movimiento, y no como partido. Y profundiza en la pugna para suceder al que fue 23 años presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, con las peleas entre el entorno del presidente y el de Miquel Roca. ¿Por qué había esta tensión entre las dos familias convergentes que fundaron el partido?
El objetivo de libro es explicar la metamorfosis del partido y el por qué de su disolución formal. Creo que la pugna Pujol-Roca de finales de los años 80-90 nos ayuda a entender el motivo por el cual pasa todo esto. Con esta pugna, el partido pasa a ser una formación mucho más monopolizada por Jordi Pujol y con un peso muy importante del entorno familiar. A partir de entonces desaparece el contrapoder que era el roquismo. Cuando Pujol tiene el control del partido es cuando empiezan a pensar en la sucesión. Al principio este control era más compartido, puesto que Roca controlaba los cuadros como secretario general y tenía poder en Madrid. A partir de los años 90 es cuando Pujol quiere equilibrarlo.
El roquismo era una forma de fiscalizar el pujolismo?
Es un contrapoder, que después desaparece. En esta crisis entre Pujol y Roca también hay la cuestión de la financiación de Convergència, que el pujolismo quiere controlar, puesto que estaba controlado por Miquel Roca. Además de la estrategia en Madrid o el control de los cuadros del partido, también hay la cuestión de la financiación.
Explicas que Roca era quien controlaba las Juventudes Nacionalistas de Cataluña (JNC), mientras que el pujolisme tenía más influencia a la Federación Nacional de Estudiantes de Cataluña (FNEC). ¿Se podría decir que el roquismo era más moderado, en cuanto a sobiranismo, que el pujolisme?
Esto es la tesis de muchos jóvenes pujolistas. No me atrevo a decirlo así, pero la tesis del pujolismo era que Miquel Roca era muy moderado, con la posibilidad de entrar al gobierno español, y quería desviar el foco del autogobierno al influir más en la gobernabilidad de Madrid. En cuanto a la pugna entre la JNC y la FNEC este componente moderado no está, porque todos son independentistas. La JNC siempre ha presionado por la autodeterminación, pero Miquel Roca los reñía cuando sacaban las esteladas. Creo que no hay diferencia de moderación entre jóvenes. La misma generación de los Juegos Olímpicos siempre se ha definido como independentista.
Cuando cae Miquel Roca, ¿quien tenía que ser el sucesor de Jordi Pujol?
Tenía que ser Pujals, que era la persona mejor posicionada. Lo explica muy bien Francesc-Marc Álvaro en su libro Ara sí que toca, en el que hay un primer intento de hablar de la sucesión en el Grupo Mollerussa y Pujals es uno de los nombres con más proyección. Pujol le da más poder como consejero de Educación, pero llega un momento en el que no hay buena sintonía con la familia Pujol. Enseguida se ve que no acaba de encajar.
A partir de aquí entra en juego la generación de Oriol Pujol y en este sentido es muy importante la pandilla que lo rodea, que será el futuro núcleo duro. Es el núcleo que se conoce en el FNEC, después en la Federación de Barcelona Dreta del Eixample… Empiezan a tener un peso importante en el partido. Esta cuadrilla más tarde se encontrará con Artur Mas.
Una vez se encuentran con Artur Mas, después hay la pugna con Duran y Lleida…
Exacto. La sucesión de Pujol no es una cosa clara desde el principio. Hasta el final, que escoge Mas como conseller en cap, no hay una elección clara sobre la sucesión. Duran y Lleida sale del Gobierno a raíz del nombramiento de Mas como conseller en cap. Esto quiere decir que Duran todavía esperaba ser nombrado él, en caso contrario no hubiera tenido esta reacción.
Por qué Pujol no elige a Duran y Lleida?
Creo que hay el componente de quién es Artur Mas y de qué tipo de liderazgo está construyendo. Alrededor de Artur Mas está Oriol Pujol, hecho que es un componente clave. También se tiene que tener en cuenta que Duran y Lleida era de Unió, hecho que no se habría aceptado en las bases de Convergència. Nunca quisieron un líder democristiano para el partido. Hay dirigentes que han puesto sobre la més qué habría pasado si Duran hubiera aceptado la fusión de Convergència i Unió. En los años 2000, Pujol y Xavier Trias, con Nuria de Gispert, negocian esta fusión.

También hay la operación Canonges…
Sí, es a partir de 1997. Es cuando Artur Mas pasa a ser consejero de Economía y David Madí se convierte en su jefe de gabinete. La elección de Mas viene por arriba y por bajo, porque hay un agasajamiento a Jordi Pujol y también hay un movimiento del entorno de Mas, con Oriol Pujol i David Madí. Entonces, se construye el liderazgo de Artur Mas y cómo tiene que ser, puesto que tiene que sustituir un liderazgo casi absoluto de Jordi Pujol. También se hace la sustitución en un momento en el cual la estrategia de negociación en Madrid llega a su límite con la mayoría absoluta del PP. Pujol quería seguir haciendo crecer el autogobierno sin modificar la Constitución ni el Estatuto. Era su modelo y el que quería que continuara en Convergència. Ante esto, el núcleo se inventa un relato para dibujar una nueva hoja de ruta para Convergència.
Cuando Convergència cambia es porque sus bases cambian…
Sí. La transformación convergente no se puede explicar solo con la mutación independentista del 2012. Se tienen que explicar los factores estructurales que llevan a este cambio. Esto tiene mucho que ver con toda la generación que llega al frente del partido, que ve la necesidad de hacer una cosa diferente a la generación anterior. Esto se evidencia con un artículo en el diario
No le hacen mucho caso…
No [río]. Las cosas van por otro camino.
En el libro también sale bastante David Madí. ¿Ha sido una de las personas más influyentes de Convergència durante los últimos veinte años?
Creo que sí. El que está destinado a ser más influyente del núclo, además de Mas, es Oriol Pujol, puesto que todo apunta a que tiene que ser el sucesor de Artur Mas. Se le nombra presidente del grupo parlamentario en 2010, en 2012 se lo nombra secretario general… para preparar una sucesión de Mas. Esto se frustra con toda la cuestión de las ITV. Además de la influencia de la familia Pujol, también está David Madí. Tiene mucha influencia en las decisiones de Artur Mas y en todo lo que viene después de Convergència. También tiene mucha influencia en la elección de Carles Puigdemont y de cerrar Convergència para crear un partido nuevo. También la tiene con el Primero de Octubre, con Junts per Catalunya e incluso con el impulso de la Crida Nacional.
¿Cómo se gestiona el núcleo después de haber perdido las elecciones del 2003 y de estar en la oposición?
Es un choque muy fuerte para ellos. En la oposición el núcleo se consigue compactar y ordenar el partido. Cuando hay intentos del
En la oposición tienen el rol muy claro y, cuando están en el Gobierno, David Madí marcha de la política en 2010 -a pesar de que siempre esté influyendo desde fuera-, Francesc Homs no acaba de sentir que puede hacer el papel de Madí porque cree que Madí sigue condicionando la agenda; Germà Gordó y Francesc Homs tienen una forma muy diferente a ver las cosas; en Barcelona, Joaquim Forn tampoco acaba de encajar porque hay toda la cuestión de los recortes; Oriol Pujol y Germà Gordó tampoco conectan… Sorprende que una vez han conseguido lo que querían no encuentren el encaje. Cuando avanzan las elecciones del 2012, una cosa en la que ahora la mayoría reconocen que se equivocaron, una de las causas es porque el núcleo no funcionaba bien.
Durante los tripartitos también se impulsa La Casa Grande del Catalanismo, con fichajes como Ferran Mascarell, Magda Oranich… ¿Es una forma de ampliar horizontes?
Sí, la nueva generación intenta encontrar una forma que les funcione igual bien que le funciónó a Pujol en los 80. La actualización del catalanismo es una cosa que les puede servir para ampliar la frontera de Convergència. También fichan a Agustí Colomines para CatDem. Todo es un intento de ampliar la frontera del partido y la base electoral.
Es lo que está haciendo ERC en estos momentos con el fichaje de Campuzano, Joan Ignasi Elena o Gemma Ubasart…
Se asemeja. Es intentar ampliar las fronteras fichando gente de los otros partidos.
Es quizás el comienzo de Junts per Catalunya? Oranich y Mascarell forman parte del partido, mientras Colomines de la Crida…
Son la misma gente que con Junts per Catalunya vuelve a implicarse. No diría que es el comienzo de Junts, porque este está muy vinculado al liderazgo de Puigdemont y a lo que pasa en 2017. La gente que se incorpora a Junts per Catalunya quizás no estaba tan lejos de la órbita de Convergència. Una de las diferencias entre las dos etapas es que en La Casa Grande del Catalanismo se ficha a independientes, pero hay un tronco central, que es Convergència, que es quien manda. Con Junts, en 2017, no hay un partido que mande, sino que son los independientes quién lo hacen.
Esto al final cambiará…
Sí. Pero es una de las cosas más diferentes.

Llega Convergència al Gobierno en 2010 y le empiezan a estallar casos de corrupción. Incluso se ve implicado el que tenía que ser el heredero de Artur Mas, como es Oriol Pujol. A partir de ahí se desmonta todo el hilo sucesorio que se había enmarcado…
Exacto. El día siguiente a ser escogido secretario general, aparece vinculado al caso ITV y topa directamente con su idea sucesoria y con la idea del núcleo de continuar lo que era Convergència y dentro de la misma familia. Antes de entrar en el Gobierno hay el caso del Palau de la Música en 2009 y esto tendrá un efecto muy importante en la decisión de cerrar el partido. A medida que empiezan a salir todos los casos de corrupción consideran que el instrumento está muerto en el sentido estructural. También hay la confesión de Jordi Pujol, que lamina toda la identidad que podía tener Convergència.
Cuando Pujol coge las riendas de Convergència de forma absoluta, todo el que él hace llena de contenido la identidad convergente. Cuando este mito cae, les es muy difícil seguir reivindicando la identidad convergente y continuar siendo quién son. Por eso empiezan el Procès de metamorfosis hasta el punto de salir del Gobierno.
Una vez cae Oriol Pujol, ¿es cuando empieza la pugna interna entre turullistas y rullistas?
La pugna entre turullistas y rullistas la plantean de una manera que si eras lo uno, no eras lo otro. Esto ya empieza desde el principio, también por un tema de liderazgos territoriales. Uno es del Vallès Occidental y el otro del Vallès Oriental, y van creando sus entornos desde los inicios de las juventudes. Estos dirigentes que van subiendo son los dos dirigentes que se tendrían que entender en principio. Cuando está Oriol Pujol, no entran en pugna porque hay un líder. Cuando Oriol Pujol da un paso al lado y les da un triunvirato -entre Rull, Turull y Coromines- este engranaje no encaja en ninguna parte y empieza una pugna para ver quién se queda el partido.
Y esto acaba…
La cristalización de esto es en el Congreso fundacional del 2016 del PDeCAT, en el cual, más allá del proceso de hacer un nuevo partido con una ideología que vaya más allá de Convergència, tienen que escoger el liderazgo. Como que no se ponen de acuerdo Rull y Turull, acaban escogiendo unos dirigentes con muy poca experiencia política, poca ascendencia dentro del partido y que acaban sin poder sacar adelante el proyecto del PDeCAT, como son Marta Pascal y David Bonvehí.
A pesar de que la apuesta inicial de Artur Mas para liderar el PDeCAT sea Jordi Turull…
Sí, Jordi Turull tiene muchas ganas de ser secretario general porque le gusta mucho este trabajo. Lo que pasa es que Josep Rull es quien ha asumido la comisión Pujol, los cacheos del 3% en la sede… El que había sido coordinador general de Convergència no acepta que sea Turull quién coja el PDeCAT, porque cree que representa la misma generación y la misma época. A partir de ahí Artur Mas ve la oposición a Jordi Turull porque no es una cara nueva y acaba escogiendo a Marta Pascal, mientras que Puigdemont escoge a David Bonvehí.
Dices también que el gran problema del espacio convergente desprendido de Pujol es que no se debate el qué, sino que se centran sobre todo en el quién…
A partir de la confesión, que se produce en un contexto del 9-N, y con la presión de ERC, la ANC y la CUP para hacer el salto más radical, Convergència acaba siendo un poco el que le lleva el contexto. No hay una debate a fondo ideológico sobre qué rumbo real tiene que coger el partido, y tampoco hay un liderazgo claro, porque Artur Mas ha dado un paso al lado y Puigdemont no tiene el control del partido. Y entonces hay una pugna constante por los nombres, que son lo que acaban definiendo el proyecto. No sé si esto sigue mucho la idiosincrasia de este espacio político, porque siempre ha ido muy ligado a los nombres. Por ejemplo, es muy diferente que esté Laura Borràs al frente de Junts que Jaume Giró o Jordi Turull.

¿Cómo es la rotura del PDeCAT hacia Junts? ¿Qué se hace de la Crida? Su web todavía pone que están en un proceso de transición…
Cuando el experimento de Junts sale bien el 21-D del 2017, Puigdemont cree que se tiene que convertir en algo más que un grupo Parlamentario. Una cosa diferente al PDeCAT. Considera que el 1-O cambia las reglas de juego de la política catalana y que debe haber un movimiento que lo represente. Con esta idea, Puigdemont intenta transformar continuamente lo que es el PDeCAT. Su idea es crear un partido nuevo y que el PDeCAT se sume, a pesar de que no quiere. El PDeCAT no comparte el rumbo de Puigdemont y quiere volver a la política clásica. Esta pugna sobre qué hay que hacer con el espacio político, sumado al hecho de que tienen miedo que la estructura esté contaminada por la sucesión penal de Convergència, es lo que acaba explicando que quieran crear una organización política nueva. La Crida es un intento de esto. El rumbo normal de la política les impide que la Crida tenga continuidad. Cuando se crea la Crida es 2018 y el Congreso Fundacional es en 2019. Entonces es cuando Pedro Sánchez convoca elecciones y Jordi Sànchez y David Bonvehí deciden pactar la misma fórmula Junts por Catalunya de ir a las elecciones y la Crida queda dormida.
Pascal y Puigdemont desde un principio chocan. En cambio, con Bonvehí el presidente tiene una relación mucho más fluida e incluso tienen un grupo de Whatsapp…
De hecho, el entorno de Puigdemont en Convergència es David Bonvehí y Albert Batet. No es ni Turull ni Rull. Son los alcaldes, como Santi Vila en Figueres, a pesar de que no compartan grupo político. Por eso Puigdemont dice que tiene que ser Bonvehí quién dirija el PDeCAT y, cuando Pascal se aparta, también escoge a Bonvehí por encima de Damià Calvet o Miquel Buch, que tienen la misma idea que él de cerrar el PDeCAT. Esto solo se explica por el vínculo entre Puigdemont y Bonvehí, lo que pasa es que después con la negociación entre el PDeCAT y Junts se acaba rompiendo.
También explicas el momento de sucesión del presidente Puigdemont y que el escogido inicialmente es Miquel Buch, por encima de Quim Torra…
Cuando no pueden investir a Puigdemont, ni a Sànchez, ni a Turull, tienen que elegir un nombre, que tiene que ser compatible con el exilio. Aquí hay muchas ideas, como Ferran Mascarell, a pesar de que Puigdemont no lo acaba de ver claro. También se propone Toni Morral, que no se ve en el cargo. Elsa Artadi no acaba nunca de ser. Finalmente, uno de los que llega al final e incluso viaja a Berlín sin saber el porqué es Miquel Buch. Cuando se hacen las reuniones, Damià Calvet tiene una conversación a solas con Puigdemont que le dice que si escoge a Buch rompería el equilibrio de familias de Convergència. Hay que tener en cuenta que Buch es del entorno de Turull, mientras que Calvet lo es de Rull. Tampoco está claro que Miquel Buch fuera la persona escogida por Puigdemont, puesto que no representa la idea de una persona independiente y que no tenga nada que ver con CDC. Acaban escogiendo a Quim Torra, a pesar de que Jordi Sànchez lo intenta evitar desde Soto del Real cuando se entera.
A partir de Torra es cuando los independientes cogen más fuerza, con Laura Borràs, Francesc de Dalmases… En estos momentos tienen influencia dentro del partido…
La elección de Torra tiene unos efectos, que es que se empodera en el partido a todo un entorno que tiene una visión política que no tiene nada que ver con la construcción del autogobierno, y esto acaba transformando la identidad del partido. Es muy significativa la frase de Quim Torra cuando sale del Gobierno y es inhabilitado, que asegura que «el obstáculo para la independencia es la autonomía». Esto es un torpedo a los cimientos políticos de Convergència. Esta tensión se traduce, a lo largo del 2021 y el 2022, en el debate sobre si tienen que estar o no en el Gobierno.
Cuando se crea Junts, en 2020, estos independientes no tienen tanta influencia orgánica…
Entre el 2017 y el 2020 manda, sobre todo, el entorno más directo de Puigdemont. Elsa Artadi, Josep Rius, Albert Batet y Jaume Clotet, que van y vienen de Waterloo. Cuando se formaliza el partido, Carles Puigdemont, a pesar de ser el presidente, se inhibe bastante y la secretaría general recae en Jordi Sànchez. Es quien acaba tomando la mayoría de decisiones, con fuerte división interna. Por un lado, la parte borrassista y torrista, que no se ha entendido nunca con Jordi Sànchez, y por otra todo el sector convergente, con Rull y Turull, que se unen. Su secretaría general está marcada por la oposición interna. La manera de hacer de Jordi Sànchez, y que los dirigentes del entorno no tenían la película entera de lo que estaba pasando, acaba generando tensión interna.
Con Sànchez también crece la figura de David Saldoni…
Cuando hay la elección de la dirección de Junts, en la cual hay un pacto

Cuando Sànchez se marcha, empieza una nueva pugna entre independientes y postconvergentes…
Intentan hacer un pacto entre los dos sectores por no enfrentarse. El resultado es un empate permanente y una pugna permanente entre los dos sectores.
¿Esto no cambia en el momento en el cual el turullismo gana en todas las elecciones internas de vegueries?
Sí, pero pierde la más importante, que es la de salir del Gobierno. Es el penúltimo capítulo del libro, que titulo
Es el que decantó la balanza…
Está en medio de los dos sectores.
Se podría considerar que no solo hay dos familias, sino que hay tres… Puigneró, Gemma Geis, Josep Rius son puigdmeontistas.
Sí, para explicarlo bien se tendría que hablar de tres familias.
¿Cómo crees que acabará todo ello?
En la salida del Gobierno, hay un factor importante como es que Turull está alineado con la salida. Aquí se produce una rotura entre
Las municipales van en esta línea con los fichajes de alcaldes como Marc Castells, Xavier Fonollosa o los pactos con Impulsem…
Si miramos las municipales, va por esta línea. A nivel nacional, no. Están fuera del Gobierno y haciendo un discurso duro en términos independentistas y desde la oposición. Hay dos discursos contrapuestos que no sabemos cómo se acabará imponiendo. El rumbo de Junts dependerá de quién sea el candidato en la Generalitat.