La resaca del plenario del 30º congreso nacional de ERC puede alargarse durante muchos días. «Poco a poco y con buena letra», susurran miembros de la actual ejecutiva, tras la victoria abrumadora de la dirección de Oriol Junqueras en el cónclave de la formación republicana celebrado este fin de semana en Martorell. El movimiento de placas tectónicas puede llegar a las más altas cotas de representación institucional, como la presidencia del grupo parlamentario.

De hecho, ni la ponencia política, ni la estratégica, ni la estatutaria despertaron grandes pasiones ni grandes debates. La prueba es que de las 1.851 enmiendas que se presentaron al principio, solo diez llegaron vivas al debate de la militancia que se reunió en el feudo municipal de Junts en el Baix Llobregat. Ahora bien, si hubo un momento para recordar la crudeza y dureza que significa dirigir un partido político fue la presentación del informe sobre los resultados de la Comisión de la Verdad, que expuso una de las voces con más peso del partido, el exdiputado Joan Tardà.

Un informe que se expuso al final de la primera jornada del cónclave republicano y que destapó la caja de los truenos, con reproches públicos hacia la dirección por parte de representantes de las candidaturas de Nova Esquerra Nacional y Foc Nou, que se habían enfrentado a Militància Decidim, el tándem de Junqueras y Elisenda Alamany, en la primera fase del congreso y que este sábado, al abandonar el cónclave republicano, calificaron de «escarnio» y de «vergüenza» lo que habían visto. Unas críticas que el mismo líder del partido ha replicado 48 horas después: «Un escarnio es colgar un muñeco del presidente del partido que está en juicio en el camino escolar de mis hijos y colgar carteles que aluden a una enfermedad».

Joan Tardà presenta las conclusiones de la comisión de la verdad / ERC

Se apunta a Josep Maria Jové

Uno de los puntos del informe explicado a la militancia que más dolió fue que los firmantes del documento pusieron negro sobre blanco el nombre de los que habían declarado y los que no, de la treintena de citados. Más allá de los responsables directos de la anterior ejecutiva que habrían alentado, gestionado y autorizado la trama B del partido para llevar a cabo campañas de contraste de la formación, como los carteles del Alzheimer, los muñecos de Junqueras en Sant Vicenç dels Horts o los mariachis en la sede de Junts per Catalunya.

Uno de los nombres que se hizo sentir con más fuerza fue el de Josep Maria Jové, presidente del grupo parlamentario de Esquerra Republicana en la cámara catalana y expresidente del Consejo Nacional, el máximo órgano de decisión entre congresos. Según expuso Tardà, Jové, que aceptó la oferta de la nueva dirección para continuar al frente del grupo parlamentario, se negó a participar en la investigación de los hechos y declinó su comparecencia. Este relato de Tardà indignó a miembros de NEN, que al marcharse mostraron su enfado y malestar. Josep Maria Jové no fue una excepción, al contrario, aunque al día siguiente, domingo, fue de los pocos críticos que participó en la segunda jornada del congreso.

Jové no fue el único de la antigua dirección en recibir, porque también se mencionó al presidente Pere Aragonès como uno de los que declinó participar en la Comisión de la Verdad, o Marta Rovira, que lo hizo por escrito. El hecho de que uno de los responsables de la estructura paralela, el exviceconsejero Sergi Sabrià, fuera la mano derecha de Aragonès aún generó más malestar.

El exconsejero de Interior, Joan Ignasi Elena, en el Parlamento / ACN

Posible relevo

En este contexto, y habiendo dejado ya el informe de la Comisión de la Verdad en manos de la Comisión de Garantías del partido, la dirección comienza a esbozar escenarios de futuro. Entre las primeras carpetas, está el posible relevo de Jové al frente del grupo parlamentario. De hecho, el junquerismo ya pasó el cepillo al grupo cuando se inició el curso parlamentario, apartando a Marta Vilalta como portavoz, en sustitución de la cual se nombró a Ester Capella, exconsejera y exdelegada del Gobierno en Madrid, como la voz republicana en la cámara. Cabe recordar que Capella hizo campaña por la candidatura de Junqueras a pesar de haberse enfrentado a él en el congreso de la poderosa Federación de Barcelona.

Entre los sustitutos de Jové que contempla Calàbria se cuentan el exconsejero de Interior y destacado dirigente de la Federación de Barcelona, Joan Ignasi Elena, uno de los pocos nombres que Junqueras mencionó en su discurso de clausura del Congreso. Elena, abogado de profesión y que tiene ofertas del ámbito privado, mantiene un escrupuloso silencio sobre su futuro político. Veterano de la política, proviene de la cantera catalanista del PSC, fue alcalde de Vilanova i la Geltrú y logró la paz social en Interior, a pesar de la batalla que mantuvo para que no se le subiera a caballo el sector traperista de los Mossos d’Esquadra, defensor del establishment creado a imagen y semejanza del actual director de la policía, Josep Lluís Trapero. Elena conoce bien la actividad parlamentaria, tiene bagaje político y ha ostentado puestos de responsabilidad.

Ester Capella y Jordi Albert (ERC), durante la Junta de Portavoces del Parlamento / Bernat Vilaró / ACN

Uno de los otros nombres que contempla el partido, es el del diputado Jordi Albert, que actualmente ocupa el cargo de portavoz adjunto del grupo junto con Ana Balsera, otra junquerista. Albert, geógrafo y profesor de secundaria, proviene de la escuela de la Federación del Baix Llobregat, una de las más activas y con más apoyos a Junqueras. Conocido por una oratoria, impregnada de las asambleas sindicales, duro en el contenido y la expresión, en las filas republicanas tiene el apodo de «Farruquito», por su imagen y gracia política. De hecho, era de los pocos diputados que escuchaba a los cargos territoriales del partido.

Tanto Elena como Albert son dos nombres valorados, tanto por la militancia como por la dirección y con gran ascendencia por su poca pereza para reunirse con todos en cualquier rincón del país. De hecho, ambos diputados ya sonaron en un primer momento cuando se produjo el relevo de Vilalta, pero entonces la dirección prefirió calmar las voces críticas y ofrecer continuar al frente del grupo a Jové, que aceptó para dar continuidad al trabajo hecho. Ahora los mismos protagonistas están en la línea de salida para una virtual sustitución de Jové, que desde 2017 ha sido procesado en la macrocausa del Proceso en el Juzgado de Instrucción número 13 y, posteriormente, en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

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