Si algo es de primero de partitocracia es que las asambleas se ganan antes de convocarlas. Un principio categórico que conocen tan bien en la poderosa federación de ERC en Barcelona que, incluso, cuando la dirección vio que podía perder una, la suspendió alegando una repentina falta de espacio. Por eso, esta tarde y noche en el casinet de Hostafrancs no ha habido ninguna sorpresa con cerca del centenar de militantes que se han reunido. La federación barcelonesa de los republicanos cerraba, así, con su asamblea el circuito de debates de enmiendas de las regionales y las sectoriales de ERC antes del plenario de los próximos 15 y 16 de marzo en Martorell, donde para la nueva dirección han participado Pau Morales, un joven secretario de organización, pero que tiene claro que los partidos funcionan con fórmulas de orden vintage y el zapador Oriol López.
La gracia del cónclave de Barcelona es que además de cerrar la gira del junquerismo para poder llegar al congreso con los papeles renovados, mostraba la unidad de acción de la dirección regional, con Elisenda Alamany, actual secretaria general y líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, y la dirección de Barcelona, con Oriol Junqueras al frente. De hecho, la simbiosis barcelonesa con el junquerismo ha sido sorprendente. Cabe recordar que Patrícia Gomà, la candidata que perdió frente a Eva Baró, la actual presidenta de la federación auspiciada por el junquerismo, apoyó a Junqueras en las primarias. De tal manera, que gobierno y oposición orgánica ahora comparten conexión con la dirección calabresa.

Dos enmiendas a la totalidad
Por otro lado, la asamblea tenía otro gancho. En concreto, que el junquerismo se enfrentaba a dos enmiendas a la totalidad de la ponencia estratégica. Dos textos alternativos muy críticos con la actual ponencia y que proponían concreciones tácticas y estratégicas para llegar a la independencia. Por un lado, el Plan Foc Nou para la independencia, que firmaba Alfred Bosch, como uno de los colíderes de Foc Nou, la tercera candidatura para dirigir el partido. Y, por otro lado, la firmada por Xavier Martínez, líder permanente de los «ortodoxos» de ERC integrados en el Moviment Primer d’Octubre.
Ambos han tenido un minuto para explicar y defender la enmienda después de un largo debate de las enmiendas estatutarias. Una parte donde los críticos y los alternativos a la dirección tampoco han tenido ninguna mayoría. De hecho, Foc Nou ha conseguido una victoria interesante y es la transacción de una enmienda para crear y reforzar las corrientes internas dentro de la formación. Una jugada de telescopaje de cara al futuro para poder establecer debates dentro de la estructura orgánica del partido. Una enmienda que también favorece movimientos como Ágora, que impulsa Joan Tardà, y que rebajan el tono independentista de la formación.
Finalmente, ninguna de las dos enmiendas a la totalidad ha prosperado. No ha sido ninguna sorpresa. Pero tampoco ha sido una derrota a la búlgara, ni mucho menos. En cuanto al resultado de la ponencia alternativa de Foc Nou ha sido de 25 votos a favor, 41 no y 8 abstenciones. Dieciséis votos de diferencia que no permiten que la enmienda de tres páginas llegue al plenario de Martorell. Una diferencia de votos, que en una asamblea que ha comenzado con apenas un centenar de personas, es relevante para los de Alfred Bosch, que muestran que aún pueden asomar la cabeza en los congresos territoriales que se tendrán que celebrar una vez pasen el plenario. En cuanto a la enmienda a la totalidad del Moviment 1-O, que se ha presentado antes, ha obtenido solo 12 votos a favor, 46 en contra y 6 abstenciones. Un resultado que para los impulsores de la enmienda interpretan como una señal de la «desmotivación de la militancia».