Los diputados de Esquerra, Junts per Catalunya, EH Bildu y BNG no asistirán al acto de apertura solemne de las Cortes, presidido por el rey Felipe VI, que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados este miércoles. Las cuatro formaciones han anunciado su ausencia en respuesta a la presencia del monarca español, que pronunciará un discurso en la cámara. El PNB, en cambio, participará de la sesión, pero no asistirá al desfile militar que tiene lugar ante el Congreso. El acto también contará con la presencia de los diputados de Sumar, incluidos los cinco miembros de Podemos que forman parte del grupo parlamentario.
Las formaciones independentistas no participan habitualmente de este acto, como tampoco a las rondas de consultas del rey Felipe VI ni al acto de cumpleaños de la Constitución española que tiene lugar el 6 de diciembre. ERC, Bildu y el BNG han hecho una declaración conjunta que, bajo el título, «No tenemos Rey. Democracia, libertad, Repúblicas», para remarcar que la monarquía española no es «elegida democráticamente» y que acusan de «intentar imponer proyectos y valores antidemocráticos».
Además, la tildan de «anacrónica» e «incompatible con principios democráticos esenciales» para ser «hereditaria y vitalicia» y, además, una «herencia del franquismo». «La Monarquía española es un estamento que no responde a los valores republicanos de libertad, igualdad y democracia que tanto los ciudadanos y ciudadanas de nuestros pueblos como las mayorías sociales del Estado anhelan», subrayan en el texto.

Rechazo mayoritario de las sociedades catalana, vasca y gallega
Además, las tres formaciones afirman que las sociedades catalana, vasca y gallega «rechazan mayoritariamente» la figura de una institución que se vincula «al objetivo de mantener e imponer la unidad de España y sus leyes, negando así los derechos civiles, políticos y nacionales» que, a parecer suyo, asisten sus ciudadanos.
“En el camino democrático hacia la libertad de nuestros pueblos, que no solo es una aspiración legítima, sino improrrogable, el Rey español no es un interlocutor válido para nosotros y nosotros. Ni tiene la legitimidad de nuestros pueblos, ni le reconocemos ninguna función política. Menos encara cuando su papel hacia nuestras naciones no ha sido otro que intentar imponer proyectos y valores antidemocráticos», proclamen.