Miembros de dos juntas territoriales de Òmnium Cultural han dimitido en nueve meses. El caso más reciente es el de Sabadell, donde el presidente, Jordi Carbonell, la secretaria, Isabel Dolcet, y tres vocales dejaron el cargo el 9 de enero, cosa que hicieron pública la semana pasada. A raíz de este anuncio, exmiembros de la junta de Sarriá-Sant Gervasi, en Barcelona, han querido resaltar que el de Sabadell «no es un caso aislado, como quiere hacer creer la dirección nacional», en palabras del exvicepresidente del equipo, Joan Llacuna, a este diario. Llacuna resalta que en este caso la junta renunció en bloque, el 8 de abril del año pasado, nueve meses antes de las dimisiones de Sabadell.

En ambos casos, los dimisionarios han alegado discrepancias con la línea de actuación de la entidad en el eje nacional. En el caso de Sabadell, la confrontación expresada es con la junta actual, presidida por Xavier Antich. En el caso de Sarriá, los dimisionarios mantuvieron discrepancias con el equipo de Jordi Cuixart –mientras él estaba en la prisión– e incluso se reunieron con el vicepresidente, Marcel Mauri, para exponer sus quejas.

Carta de los dimisionarios de Sabadell

Los de Sabadell, en una carta enviada a medios de comunicación, expresan «desavenencias con la Junta Nacional de Òmnium». «Estamos en desacuerdo con la línea de acción política y con el proyecto de desarrollo social de la
Junta Nacional de Òmnium que, como se ha hecho patente, se separan de la estrategia impulsada por Muriel Casals y concretada en la Declaración de Santa Coloma», especifican.

Portavoces de la dirección nacional de la entidad responden recordando que «la Declaración de Santa Coloma se ratificó de pe a pa el octubre pasado», ya bajo la presidencia de Xavier Antich. También remarcan que la gran mayoría de miembros de la junta sabadellense – eran 14– continúan en el equipo y que el vicepresidente es uno de los que sigue.

Nueva junta en preparación en Sarriá

En el caso de Sarriá-Sant Gervasi –que según los dimisionarios tenía 5.764 socios a finales de 2021–, desde que la junta dimitió en bloque –doce personas– han pasado diez meses y todavía no se ha reconstituido, a pesar de que según fuentes consultadas por este diario se está en el tramo final de las gestiones para proponer una candidatura para que sea escogida con una votación de los afiliados del distrito.

Aguantaron mientras Cuixart estuvo encarcelado

Cuatro de los exmiembros de la junta que dimitió se han puesto en contacto con El Món para dejar claros sus motivos para renunciar. Además del vicepresidente, Joan Llacuna, se han expresado en este sentido la ex tesorera, Mercè Colet, el ex secretario, Albert Viver, y el ex vocal Jordi de Nadal. Los cuatro subrayan que las desavenencias empezaron cuando Jordi Cuixart todavía estaba en prisión, pero que consideraron que tenían que mantenerse en la junta y como socios –ahora los cuatro han dejado también de ser afiliados a Òmnium– para contribuir a la lucha contra la represión. «Es en el momento que Cuixart sale de prisión que me siento libre de dimitir», concreta Albert Viver.

La dirección nacional de Òmnium replica que está personada en el TSJC en defensa del catalán

Para estos cuatro críticos, la esencia de su desacuerdo es la tibieza que ven en los posicionamientos de Òmnium respecto la reivindicación de la independencia y también en la defensa de la lengua: creen que fue lenta y poco contundente su reacción a la sentencia para imponer el 25% de castellano en las escuelas y a la ley que se pactó en el Parlamento –ERC, PSC, Junts y Comuns para intentar contrarrestarla.

El Palacio de Justicia suyo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) / Jordi Borràs
El Palacio de Justicia sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) / Jordi Borràs

En este punto, los portavoces de la entidad subrayan que Òmnium, además de dedicar más del 50% de su presupuesto a lengua –recientemente han lanzado una campaña de activismo lingüístico y han editado una guía para ejercerlo– es la única entidad que está ejerciendo todas las acciones jurídicas posibles en todas las causas relacionadas con el 25%». De hecho, el abogado que lleva el caso es Benet Salellas, que formó parte de la defensa de Cuixart en el juicio del Supremo, con un planteamiento abiertamente político, a diferencia de otras defensas, que quisieron ser más técnicas con la esperanza –frustrada– que la condena fuera menos dura.

Un manifiesto crítico con la falta de apoyo explícito al Consejo de la República

La junta de Sarriá, ya mucho antes de dimitir, expresó sus argumentos en la reunión con Marcel Mauri –un encuentro que «agradecieron»– y posteriormente los plasmaron por escrito en un manifiesto, con fecha de 14 de mayo del 2020, en el que lamentaban «la ausencia de acciones directamente vinculadas con la lucha por la independencia» y los «mensajes ambiguos y vacíos de contenido real».

La otra queja es la que consideran carencia de apoyo al Consell de la República: «Por qué Òmnium no da apoyo explícito al Consell per la República, si hace falta, velando por su neutralidad?», preguntaban en el manifiesto. «Precisamente si Òmnium no ha estado nunca ligada a ningún partido, apoyarlo puede ayudar a darle esta vertiente independiente y transversal», argumentaban.

Para Jordi de Nadal, la respuesta a sus preguntas y quejas se resume en dos claves: «Òmnium es prisionera de dos ideas. La primera es la de la unidad independentista, que ante el comportamiento de los partidos hace que la entidad sea ambigua. Y la segunda es la de las luchas compartidas, que acaba queriendo decir que tu lucha [la de la independencia] no es preeminente».

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