El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha puesto sobre la mesa este sábado las exigencias mínimas del independentismo para votar a favor de la investidura del líder socialista y actual presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez. Aragonès ha dicho que hay que abordar la celebración de un referéndum sobre la independencia, el traspaso del servicio de Cercanías de Cataluña y lo final del déficit fiscal. Todo esto, «una vez confirmada la amnistía» y para continuar trabajando por un acuerdo con el PSOE. Lo ha dicho en una comparecencia ante la prensa en Valencia, donde ha asistido a la entrega de los Premios Octubre.
Todo esto, el mismo día que Sánchez ha dado luz verde a la amnistía en un acto del PSOE. Sánchez ha defendido la medida de gracia como un paso más para sellar «el reencuentro» en Cataluña. Un paso que, según Sánchez, es necesario para dejar atrás el conflicto que tuvo su punto álgido en el referéndum del 1 de Octubre. Sánchez ha hecho una defensa enconada de la amnistía precisamente ante los barones socialistas y los exdirigentes históricos que la rechazan y la critican duramente. «En interés de España y la convivencia, hoy defiendo la amnistía en Cataluña», ha reivindicado el secretario general socialista.

Aragonès cree que las palabras de Sánchez son «un paso adelante»
Aragonés ha vivido las palabras de Sánchez como un «paso adelante», pero ha advertido que hay que «trabajar por una solución al conflicto político» que no acabará solo con la amnistía. La solución, según el presidente de la Generalitat, pasa por un referéndum «para que los ciudadanos decidan su futuro» y para tratar otras «cuestiones muy importantes con relación a la investidura como el traspaso de Cercanías y el déficit fiscal»